Responsabilidad
El PP debe aclarar su financiaci¨®n, castigar los excesos del pasado y disuadir a otros para el futuro
El Partido Popular mantuvo una mec¨¢nica continuada entre 2002 y 2007 para burlar los controles del Tribunal de Cuentas a su forma de financiarse, seg¨²n los nuevos datos publicados por este peri¨®dico esta semana sobre el caso B¨¢rcenas. La decencia pol¨ªtica exige una explicaci¨®n convincente del PP sobre su presunta financiaci¨®n ilegal, en vez de encastillarse en que todo se reduce a los manejos de un aprovechado, Luis B¨¢rcenas, que ya no forma parte de la direcci¨®n del partido. La insuficiencia de esa tesis es palmaria en las encuestas, que muestran la p¨¦rdida de confianza ciudadana en la ¨¦lite pol¨ªtica a causa del saqueo de fondos y de la evasi¨®n fiscal: no solo de personas importantes en el PP, pero tambi¨¦n.
La direcci¨®n de este partido se ha pasado casi tres meses ocupada en desmentir la veracidad de los papeles de B¨¢rcenas, adem¨¢s de se?alar su preocupaci¨®n por el efecto negativo de tales informaciones para la Marca Espa?a. De ello se deduce que la presunta financiaci¨®n ilegal no le parece un problema, ni las importantes sumas que le pagaron a B¨¢rcenas (¡°indemnizaci¨®n diferida¡±) tras dejar el acta de parlamentario y el cargo de tesorero. El problema para el PP es simplemente que todo eso se est¨¢ publicando.
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Sin embargo, al caso B¨¢rcenas le queda todav¨ªa un largo trecho judicial, cuyos efectos se a?aden a la parte ya instruida sobre la trama G¨¹rtel. Las zonas de sombra en la financiaci¨®n ilegal van quedando claras y la direcci¨®n del partido gobernante cambia de t¨¢ctica, pasando de la negaci¨®n en bloque ¡ªcomo pretendi¨® cuando EL PA?S comenz¨® a publicar la contabilidad B de B¨¢rcenas¡ª a la amenaza a los medios de comunicaci¨®n que lo difunden, principalmente este peri¨®dico y la cadena SER. El intento es in¨²til, porque la justicia, que ya se ha ocupado de los tejemanejes financieros del extesorero durante los decenios en que goz¨® de la confianza del partido, habr¨¢ de desenredar el ovillo hasta descubrir los or¨ªgenes de su enriquecimiento. Tambi¨¦n qu¨¦ sucedi¨® para que se violara la prohibici¨®n de recibir donaciones por parte de contratistas de la Administraci¨®n o la limitaci¨®n de 60.000 euros anuales por cada donante, mientras se aplicaban tretas para blanquear presuntamente el dinero negro obtenido y depositar en una cuenta bancaria solo una parte reducida de las donaciones privadas. De paso se ha sabido de sobresueldos pagados a dirigentes populares cuando estaban en la oposici¨®n, entre ellos Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
Los excesos cometidos en la financiaci¨®n ilegal de la pol¨ªtica necesitan que la opini¨®n p¨²blica conozca esas trapacer¨ªas para hacerlas cada vez m¨¢s arriesgadas pol¨ªticamente y, por tanto, menos frecuentes. Porque no se trata solo de exigir cuentas por hechos sucedidos en a?os pasados, sino de contribuir a la capacidad de disuasi¨®n contra los que pretendan intentarlo de nuevo. Solo as¨ª ser¨¢ posible una democracia de la transparencia y de la responsabilidad.
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