La prueba de alcoholemia
Anulada parte de la investigaci¨®n del accidente mortal provocado por Ortega Cano
Una imprudencia grave del torero Jos¨¦ Ortega Cano, al volante de un coche que invadi¨® el carril contrario a gran velocidad, no solo le dej¨® a ¨¦l herido de gravedad, sino que dio como resultado la muerte en el acto de Carlos Parra, conductor de otro veh¨ªculo que circulaba correctamente. Una juez ha condenado al torero a dos a?os y medio de c¨¢rcel, m¨¢s la retirada del permiso de conducir y una indemnizaci¨®n para la familia del fallecido; y gran parte del inter¨¦s medi¨¢tico se centra en si pisar¨¢ la c¨¢rcel o no. Ir¨¢ a prisi¨®n en caso de que esa sentencia adquiera firmeza, y podr¨ªa eludirla si apela y logra una rebaja a menos de dos a?os.
Pero, ?de veras es eso lo m¨¢s importante?
Un primer hecho de inter¨¦s es que el juicio y la sentencia llegan casi dos a?os despu¨¦s del accidente. ?Banal, porque ya se sabe de la lentitud judicial? Sea. Menos banal resulta la anulaci¨®n del an¨¢lisis de alcoholemia a una muestra de sangre, supuestamente del torero, para quien el fiscal ped¨ªa cuatro a?os de prisi¨®n.
La sentencia precisa que no se hizo ¡°prueba de impregnaci¨®n alcoh¨®lica¡± en el lugar del accidente, ¡°dado el estado f¨ªsico¡± del herido. Se le extrajo sangre una vez hospitalizado, pero solo ¡°con fines terap¨¦uticos¡±. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde, el hospital recibi¨® orden judicial de conservar una muestra de esa sangre, que fue analizada en el Instituto de Toxicolog¨ªa y dio una tasa de 1,26 gramos de alcohol por litro en sangre, muy por encima de lo permitido. La juez anula la prueba porque se rompi¨® ¡°la cadena de custodia¡±, debido a que el hospital mantuvo la muestra en condiciones que no se ajustan a la norma v¨¢lida a efectos judiciales, y no hay plena garant¨ªa de que la sangre analizada fuera realmente de Ortega. Los primeros m¨¦dicos que le atendieron no recuerdan olor a alcohol.
Todos nos alegramos de que mejore la seguridad vial en Espa?a, porque muestra que algo va bien: ah¨ª est¨¢n las leyes, los controles, las sanciones. Y de repente descubrimos que no podemos tener confianza en que una prueba de alcoholemia se hace en condiciones v¨¢lidas para la justicia. Todo un desaf¨ªo para la confianza en leyes, controles y sanciones.
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