La propiedad intelectual s¨ª tiene quien le escriba
Son necesarias medidas eficaces que persigan los enlaces y las webs ilegales
Entre las diferentes causas que han concurrido a librarnos de la barbarie, no se puede obviar la invenci¨®n de la imprenta. Desanimar, abatir, envilecer este arte es actuar a favor del retraso, es aliarse con la multitud de enemigos del conocimiento humano¡¡±, escribi¨® Diderot (1713-1784), protagonista esencial de uno de los proyectos editoriales m¨¢s importantes de la humanidad, La Enciclopedia. Y con esa declaraci¨®n de principios fij¨® la esencia de la aportaci¨®n de los derechos de propiedad intelectual al patrimonio de la humanidad, pues los vincul¨®, entre otros, a la creaci¨®n, el conocimiento, el trabajo, la investigaci¨®n, la educaci¨®n o los avances continuos de unas tecnolog¨ªas que, adem¨¢s, contribuyen a la generaci¨®n de empleo.
Lo que Diderot afirmaba es v¨¢lido hoy para defender el trabajo de los creadores y de los empresarios de las industrias culturales en estos tiempos de distribuci¨®n digital e interactiva.
Los cambios tecnol¨®gicos enriquecen la propiedad intelectual, ampl¨ªan la oferta legal de los bienes culturales, de entretenimiento y, a la par, son nuevos yacimientos de empleo. Y viceversa.
Cada uno tenemos grabada en el alma una poes¨ªa, una novela, un concierto, una obra de teatro, un programa de radio, un art¨ªculo de prensa, un informativo, una pel¨ªcula, la magia de un artista, de un deportista o de un actor, la lecci¨®n magistral de un profesor, una canci¨®n, la retransmisi¨®n de un programa, el recuerdo de un partido de f¨²tbol, de aquel ¡°gol de Iniesta¡±, un videojuego¡ Es la banda sonora de nuestras vidas. Todo ello est¨¢ al alcance en la Red y de manera legal, y todo ello enriquece a una sociedad, que entre otras batallas, ha luchado contra la censura y los censores, para terminar acobardada ahora por una minor¨ªa que defiende en nombre de todos lo ilegal, el robo y la precariedad.
El valor de los contenidos descargados ilegalmente es de 15.000 millones
Hoy, D¨ªa Mundial de la Propiedad Intelectual, al que se suman todas las disciplinas y artes, todos nos emplazamos al impulso del trabajo y el talento y a una defensa de uno de nuestros derechos esenciales que contribuye al ¡°todos¡±, al ¡°nosotros¡±.
Lo que s¨ª vindicamos es una retribuci¨®n equitativa para los investigadores, trabajadores y empresarios de la industria creativa y cultural que contribuyen a la riqueza com¨²n, y lanzamos una petici¨®n a los legisladores: combatir de manera local y global los fraudes y delitos de la propiedad intelectual con el establecimiento de medidas eficaces de persecuci¨®n contra los enlaces y webs ilegales, contra las infracciones de la propiedad intelectual y los derechos an¨¢logos en todo sistema de distribuci¨®n, de las obras del ingenio, del talento, de la investigaci¨®n, de la ciencia o de las retransmisiones culturales, art¨ªsticas, de entretenimiento o deportivas, etc¨¦tera.
Ahora, cuando muchos preconizan la barra libre de los contenidos culturales en Internet, parece que es de mal gusto reconocer el m¨¦rito y el poder trabajar y ¡°ganar el pan¡± a los creadores, investigadores y empresarios culturales.
La Coalici¨®n de Creadores e Industrias de Contenidos, en la presentaci¨®n del ¨²ltimo Observatorio de pirater¨ªa, afirmaba que se hab¨ªan dejado de generar 24.766 empleos directos y 124.000 indirectos. A causa de esta lacra las arcas del Estado han dejado de ingresar 495 millones de euros.
Seg¨²n los datos del citado Observatorio, en 2012 se descargaron il¨ªcitamente el 86% de los contenidos en Espa?a. Parece muy preocupante que la mitad de los internautas que descargan contenidos lo hagan ilegalmente con la excusa de que ya se paga bastante por el ADSL. ?Acaso a alguien se le ocurre irse de la gasolinera sin pagar lo que ha repostado porque el veh¨ªculo al que le echa gasolina ya le ha costado bastante?
En Francia, la legislaci¨®n establece un sistema de avisos a los internautas que se descargan archivos de forma ilegal; en Reino Unido, la norma exige a los proveedores de servicios de Internet mantener archivados los datos de quienes descargan y establece la desconexi¨®n de los usuarios que descarguen de forma continuada material con derechos de autor; Irlanda se autorregula gracias a un acuerdo entre la industria de contenidos y los proveedores de servicios de Internet, y algunos pa¨ªses n¨®rdicos, como Finlandia y Suecia, mantienen el env¨ªo de avisos y requerimientos a aquellos usuarios que realicen conductas il¨ªcitas. Adem¨¢s, establecen un sistema de multas a los internautas, desconexiones de la Red y vigilancia de los usuarios a trav¨¦s de los proveedores de Internet. En Espa?a tenemos a¨²n que progresar adecuadamente en esta asignatura y ahora tenemos una oportunidad.
Deber¨ªamos tomarnos m¨¢s en serio como ciudadanos la protecci¨®n y el respeto al esfuerzo de nuestros creadores, investigadores y empresarios. Un trabajo que se ha de hacer y que es una garant¨ªa de una riqueza econ¨®mica y social tangible e intangible. Est¨¢ en juego la propiedad intelectual con may¨²sculas.
Antonio Mar¨ªa ?vila, director ejecutivo de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, y Jos¨¦ Manuel G¨®mez Bravo, experto en derechos de propiedad intelectual, firman este texto en representaci¨®n del Observatorio Internacional de la Propiedad Intelectual.
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