Un error de c¨¢lculo

Thomas Herndon? es un doctorado de Econ¨®micas en Massachusetts que ya se ha hecho famoso. Su m¨¦rito ha sido encontrar en un estudio econ¨®mico que aconseja la austeridad una hoja de c¨¢lculo Excel con errores. Precisamente aquella hoja, seg¨²n sus autores ¡ªKenneth Rogoff y Carmen Reinhart, profesores de Harvard¡ª, en la que se calculaban los ¨ªndices de crecimientos de pa¨ªses altamente endeudados.

Este maremoto acad¨¦mico ha traspasado ampliamente las fronteras de la universidad porque el famoso estudio de Rogoff y Reinhart ha sido la munici¨®n que ha utilizado m¨¢s de un pol¨ªtico para defender a ultranza los recortes en el gasto p¨²blico. Tal informe, basado en datos de 44 pa¨ªses durante 200 a?os, viene a decir que cuando la deuda supera el 90% del PIB, el ritmo de crecimiento se reduce en un punto porcentual respecto a los pa¨ªses cuya deuda est¨¢ por debajo de dicho umbral.

No sirve ahora de mucho que Rogoff y Reinhart maticen sus conclusiones y que se empe?en en que nunca hablaron del 90% como un ¡°umbral m¨¢gico¡±. Su error no invalida su tesis general de que un mayor endeudamiento frena el crecimiento ¡ªuna conclusi¨®n, por cierto, de toda l¨®gica¡ª, pero les ha colocado en una inc¨®moda situaci¨®n. De hecho, est¨¢n recibiendo mensajes amenazadores e insultantes que indican que mucha gente ya ha encontrado en ellos a los culpables de tantos sacrificios en nombre de la sacrosanta austeridad. Es una acusaci¨®n que solo tendr¨ªa fundamento en el caso de que el error fuera intencionado para ofrecer a los pol¨ªticos la coartada perfecta, una tesis, como m¨ªnimo, extravagante.

Frente a Rogoff y Reinhart hay muchos economistas ¡ªalgunos de ellos premios Nobel¡ª que defienden justamente lo contrario. As¨ª que habr¨ªa que convenir dos cosas: que los economistas proponen y son los pol¨ªticos los que disponen y que a partir de ahora todos los sesudos acad¨¦micos se cuidar¨¢n mucho de aprender a usar una hoja de c¨¢lculo, no se vaya a extender todav¨ªa m¨¢s ese aserto que dice que la econom¨ªa es algo demasiado importante como para dejarla en manos de los economistas.