?D¨®nde est¨¢ Charlene?
La princesa de M¨®naco, la gran ausente de la alfombra roja de Holanda en la que Masako de Jap¨®n fue la m¨¢s observada
Nada como una alfombra roja de la realeza para dejarse ver y presumir. Todas las princesas que asistieron a la ceremonia de entronizaci¨®n de Guillermo-Alejandro desempolvaron sus mejores coronas para desfilar ante los ojos del mundo, pendientes de una instituci¨®n tan denostada por unos y tan venerada por otros. En eso es una experta Charlene de M¨®naco. Dise?ada a golpe de bistur¨ª a modo de mala copia de su suegra Gracia de M¨®naco y aconsejada por los grandes de la moda (con Lagerfeld y Armani a la cabeza), su presencia siempre da que hablar. En Holanda se ha hablado de ella estos d¨ªas y tambi¨¦n en medio mundo. Esta vez no por su vestido, su peinado o su gesto contrariado, sino por su ausencia. Alberto de M¨®naco ha paseado por los palacios de ?msterdam solo, como cuando estaba soltero, es decir como hasta hace dos a?os. Ninguna explicaci¨®n para esta ausencia y miles de rumores. ?Estar¨¢ embarazada? ?Se habr¨¢ hartado de estar encerrada en el Principado?
Pero otras llegan. Masako ha reaparecido para acompa?ar a los nuevos reyes de Holanda. Tras 11 a?os sin realizar un viaje oficial, la princesa de Jap¨®n se ha tomado las cosas con calma. No asisti¨® a la cena del lunes pero s¨ª acudi¨® a la entronizaci¨®n, dando muestras de una clara mejor¨ªa en la melancol¨ªa que la acompa?a.
Solo eclipsaron la noticia de la ausencia de Charlene y la reaparici¨®n de Masako, los Orange. Mientras la calle se vest¨ªa de naranja, el color de la naci¨®n, la familia real se mostraba en su dos vertientes: la institucional y la emocional.
Beatriz, ahora princesa antes reina, pas¨® en solo unos minutos y por arte de magia a ser una soberana investida de toda la pompa necesaria, a ser una abuela pendiente de sus nietas, en especial de Amalia, que a sus 9 a?os, se ha convertido ya en la nueva heredera. Ella es la m¨¢s joven de un club que encabeza el ya entrado en a?o Carlos de Inglaterra, que apareci¨® en la ceremonia acompa?ado de su mujer, Camilla, que levaba el mismo tocado que luci¨® en su boda. El hijo de Isabel II ve c¨®mo sus colegas le ganan la partida mientras vive amenazado por la gran popularidad alcanzada por su hijo Guillermo y la esposa de este, Kate.
Entre las parejas reales, Felipe y Letizia. Los pr¨ªncipes de Asturias se mostraron muy profesionales en la cita holandesa. Serio ¨¦l, mientras ella, con una sonrisa forzada, luc¨ªa lo mejor que pod¨ªa sus controvertidos traje de Felipe Varela. A lo mejor por ah¨ª pod¨ªa comenzar el cambio.
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