200 millones de j¨®venes parados africanos
Seg¨²n el African Economic Outlook Report (AEOR) de 2012, en ?frica hay 200 millones de j¨®venes que tienen entre 15 y 24 a?os y todo indica que para el a?o 2045 esta cifra se doblar¨¢. El sector joven de la poblaci¨®n africana no solo est¨¢ creciendo r¨¢pidamente sino que cada vez est¨¢ mejor preparado y cuenta con m¨¢s ganas de que las cosas cambi¨¦n.
Sin embargo, y a pesar de que en los ¨²ltimos a?os se han creado muchos nuevos puestos de trabajo en el continente, la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), advierte del gran n¨²mero de j¨®venes en paro o que trabajan en empleos precarios, mal pagados y normalmente pertenecientes al sector informal. Seg¨²n esta organizaci¨®n, el paro juvenil presenta cifras que llegan al 60% y cada a?o entre 10 y 12 millones de j¨®venes africanos llegan al mundo laboral, donde la gran mayor¨ªa de ellos engrosaran el n¨²mero de los parados. Todo ello a pesar de que seis de las diez econom¨ªas que m¨¢s crecen en el mundo est¨¢n en ?frica subsahariana. Esto no deja de ser una prueba m¨¢s de lo que hemos repetido varias veces, que el crecimiento econ¨®mico no est¨¢ teniendo una verdadera repercusi¨®n social sobre la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Seg¨²n el AEOR el 70% de los j¨®venes africanos est¨¢n viviendo con menos de 2 d¨®lares al d¨ªa y la mayor¨ªa de ellos tienen que contribuir a la econom¨ªa de sus hogares.
Este factor es la causa de mucha de la frustraci¨®n que viven los j¨®venes del continente. De hecho, casi todos los procesos electorales que se celebran en ?frica suelen estar marcados por episodios violentos liderados por los j¨®venes, como si necesitasen una v¨¢lvula de escape. Muchos analistas piensan que este malestar y falta de oportunidades puede convertirse en una bomba de relojer¨ªa que d¨¦ origen a nuevos conflictos en el continente.
J¨®venes se buscan la vida como pueden en Freetown, Sierra Leona. Foto Allafrica.
Evidentemente, no estamos ante un fen¨®meno nuevo. Ya en 2009, los l¨ªderes africanos se reunieron en la capital de Etiop¨ªa, Addis Abeba, para hablar de este problema y aprobar la Carta africana de la juventud, la cual proporciona un marco estrat¨¦gico para el empoderamiento de los j¨®venes y su participaci¨®n en el desarrollo tanto a nivel continental, regional y nacional. Se centra en cuestiones claves que afectan a estos como el empleo, los medios de vida sostenible, la educaci¨®n, la formaci¨®n profesional, la salud, la participaci¨®n en las pol¨ªticas nacionales de juventud, la paz y la seguridad, los que viven en la di¨¢spora y los que padecen discapacidad.
Tambi¨¦n declararon la d¨¦cada 2009-2018 como la D¨¦cada de la juventud africana y aprobaron un Plan de acci¨®n que tiene como finalidad alcanzar los objetivos establecidos en la Carta. Este documento pone mucho ¨¦nfasis en el empleo juvenil y en el desarrollo.
Dos a?os m¨¢s tarde, los mandatarios africanos volvieron a reunirse en Malabo, Guinea ecuatorial, donde, una vez m¨¢s, prometieron ¡°la creaci¨®n de oportunidades de empleo seguras, decentes y competitivas para los j¨®venes¡±.
Revuelta de j¨®venes en el Norte de Nigeria. Foto Nation.
Kingsley Ighobor, en un art¨ªculo publicado en Africa Renwal, muestra como varios gobiernos han hecho algunos esfuerzos para poner en pr¨¢ctica el Plan de acci¨®n. Por ejemplo, Ghana ha creado un programa nacional de asesoramiento y empoderamiento de j¨®venes para ayudar a los graduados universitarios a adquirir los requisitos necesarios para encontrar trabajo. Islas Mauricio ha desarrollado un plan para promocionar los estudios t¨¦cnicos y de formaci¨®n profesional entre los j¨®venes. Zambia ha introducido un plan nacional de juventud y un fondo para j¨®venes emprendedores con el objetivo de estimular la creaci¨®n de empelo. Nigeria present¨® un programa de formaci¨®n y desarrollo de negocios como un componente m¨¢s del servicio nacional de juventud.
Podr¨ªamos seguir enumerando iniciativas y estrategias, pero la realidad es que estas, hasta el momento, no han conseguido sus objetivos de reducci¨®n del desempleo juvenil. Los j¨®venes africanos siguen pateando las grandes ciudades del continente, de oficina en oficina, en busca de un empleo y, a pesar de sus t¨ªtulos, tambi¨¦n ellos est¨¢n dispuestos a aceptar cualquier cosa.
En las ¨²ltimas d¨¦cadas, cientos de j¨®venes africanos han migrado desde las zonas rurales hasta las grandes metr¨®polis con la convicci¨®n de que all¨ª ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil encontrar un empleo. No olvidemos que aproximadamente 325 millones de personas viven en las zonas urbanas de ?frica subsahariana y que seg¨²n las Naciones Unidas la cifra se triplicar¨¢n en las pr¨®ximas d¨¦cadas, alcanz¨¢ndose los mil millones en 2050. Adem¨¢s, aproximadamente el 60% de los habitantes de las ciudades africanas viven en ¨¢reas marginales (slums). Los n¨²meros tambi¨¦n indican que la pobreza urbana est¨¢ creciendo r¨¢pidamente. En estos barrios se amontonan miles de los j¨®venes sin empleo del continente. Muchos de ellos buscan en el alcohol, las drogas o la violencia una salida a su situaci¨®n.
En los ¨²ltimos a?os tanto el Banco Mundial como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha indicado, como forma de crear nuevas oportunidades de trabajo y frenar el ¨¦xodo hacia las ciudades, la necesidad de invertir m¨¢s en las zonas rurales y en la agricultura. Esta era la tesis, por ejemplo, que sosten¨ªa el primer Informe sobre desarrollo humano en ?frica, publicado por el PNUD en mayo de 2012, donde se dec¨ªa que una situaci¨®n en la que los gobiernos gastaban m¨¢s en ej¨¦rcitos que en agricultura es insostenible.
Otros organismos se fijan en la necesidad de reformar los planes educativos de los distintos pa¨ªses africanos para introducir m¨¢s formaci¨®n profesional y estudios t¨¦cnicos.
Kroo Bay, uno de los slums de Freetown. Foto mlive.
Varias son las hip¨®tesis, m¨²ltiples las iniciativas¡ pero la gran mayor¨ªa de los j¨®venes africanos siguen sin empleo o con trabajos precarios y viviendo en la pobreza. Es por ello que representan un gran peligro para sus propios pa¨ªses, no olvidemos que las revoluciones de la llamada Primavera ¨¢rabe, que terminaron con varios diversos gobiernos del Norte de ?frica, tuvieron sus ra¨ªces en la frustraci¨®n de los j¨®venes.
Quedan cinco a?os para llegar al final de la D¨¦cada de la juventud africana e implementar las directivas del Plan de acci¨®n que los propios l¨ªderes africanos aprobaron. Todav¨ªa los gobiernos del continente est¨¢n a tiempo de tomar medidas para frenar el paro juvenil y poner remedio a la frustraci¨®n que muchos j¨®venes viven cada d¨ªa. De lo contrario les estar¨¢n dando las razones que necesitan para incendiar el continente.
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