Cien a?os
Los inviernos eran largos y Espa?a era una c¨¢rcel
El pasado uno de Mayo cumpli¨® en M¨¦xico DF sus cien a?os. Ha vuelto al exilio cansada del moho reaccionario. A Chonchi?a Concheiro le cantaron las ma?anitas y ella empez¨® a entonar la Internacional como una canci¨®n de cuna, con la alegr¨ªa de o¨ªrse a si misma en ese rumor de las entra?as de la historia, sin estar infectada de nostalgia. La guerra estall¨®, entre otras causas, para matar a Eros. Pero no pudo con el amor de Choncha y Francisco Comesa?a, un m¨¦dico que salv¨® la vida varias veces de la persecuci¨®n sa?uda del ¨²nico nazismo ejerciente en Espa?a. Cuando marcharon al exilio, ella iba embarazada, con la esperanza en el vientre, y en M¨¦jico nacieron un var¨®n que ser¨ªa violinista y una hembra que ser¨ªa poeta. Como tejidos con lana invisible, llegaban a las c¨¢rceles los jerseys que Choncha y sus amigas calcetaban. Los inviernos eran largos y Espa?a era una c¨¢rcel. Muerto nuestro F¨¹hrer (Caudillo), la pareja volvi¨® a Tui, a su huerto de vides, mirlos y camelias, y el doctor Comesa?a sigui¨® luchando contra la muerte sin cobrar un duro. Tambi¨¦n volvi¨® entonces un emigrante que se hab¨ªa ido a los 9 a?os. En Argentina, a los 16, se enter¨® del asesinato de su padre, alcalde de Castro de Rei, en Lugo. Desde Buenos Aires, Dar¨ªo Rivas, ahora con 92 a?os, es uno de los valientes (?Qu¨¦ libro, Valientes, de Natalia Junquera!) impulsores de la querella contra los cr¨ªmenes del nazismo (franquismo) espa?ol. Disculpen la simpleza hist¨®rica, pero es una forma de expresar la n¨¢usea ante quienes vapulean a las mujeres libres, a los desahuciados, a los disidentes, y con la doble perversi¨®n de llamarles nazis o filoetarras. El Gobierno tiene una ocasi¨®n extraordinaria de luchar contra el nazismo. Facilitar la investigaci¨®n de la jueza argentina, en lugar de cortarle hasta la videoconferencia y tapar la boca a los valientes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.