Demasiado ruido
Ni los desplantes ni la chequera dar¨¢n a Maduro la legitimidad internacional que busca
El bronco arranque del mandato de Nicol¨¢s Maduro ha tenido estos d¨ªas su traslaci¨®n a la pol¨ªtica exterior. Si el presidente venezolano ha sido hasta ahora incapaz de articular una salida a la crisis desatada tras las elecciones del 14 de abril, impugnadas por la oposici¨®n, en el terreno internacional Maduro se ha estrenado con excesivo estr¨¦pito.
En apenas dos semanas en el cargo, Maduro ha provocado cuatro incidentes diplom¨¢ticos que no han ido a m¨¢s por la prudencia de la contraparte. Decirle al ministro espa?ol de Exteriores que ¡°saque sus narices¡± de Venezuela (por mucho que la del ministro no fuera una declaraci¨®n afortunada), abrir una crisis con Per¨² y acusar de ¡°injerencia¡± a su canciller por promover en Unasur un llamamiento ¡°a la tolerancia y al di¨¢logo¡± o calificar a Barack Obama de ¡°jefe mayor de los diablos¡± y promotor de la violencia de ¡°la derecha fascista¡±, despu¨¦s de que el presidente de EE UU expresara su preocupaci¨®n por el pa¨ªs caribe?o, no parecen los pasos m¨¢s adecuados para apuntalar una imagen de estadista. Maduro ha logrado incluso que el Gobierno del colombiano Juan Manuel Santos, que maneja la situaci¨®n de Caracas con guante de seda, exprese su malestar por la arremetida contra el expresidente ?lvaro Uribe, a quien el venezolano acus¨® de querer asesinarlo.
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Mal remedo de su mentor, Hugo Ch¨¢vez, Maduro alterna las peleas con las d¨¢divas y ofrece petrod¨®lares a cambio de apoyo. Empez¨® garantizando el suministro del crudo subvencionado a los 18 miembros de Petrocaribe y ha seguido esta semana con los pa¨ªses del Mercosur. Maduro recibi¨® palmadas en la espalda en Uruguay, un ba?o de masas en Argentina y honores militares en Brasil, al que la desastrosa situaci¨®n econ¨®mica de Venezuela abre oportunidades por el desabastecimiento alimentario y el deplorable estado del suministro el¨¦ctrico. El f¨¦rreo pragmatismo de Dilma Rousseff ¡ªsi bien preocupada por controlar los excesos del chavismo¡ª no ayuda a dar a Brasil solidez como referencia diplom¨¢tica regional.
Maduro har¨ªa bien en rectificar el tiro. Ni la chequera (cada vez m¨¢s delgada) ni los desplantes van a afianzar su legitimidad en el exterior. Como tampoco el acoso a los opositores ni las palizas a los diputados van a disipar las dudas de muchos venezolanos sobre la limpieza de los comicios. Las encuestas ya muestran el desgaste del reci¨¦n estrenado presidente.
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