Men¨² degustaci¨®n de textos y citas de viajes
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01 "Ella valoraba sus viajes pensando en los anuncios y en una playa blanca como polvos de talco, donde la brisa tropical mec¨ªa las palmeras y sus cabellos; para ¨¦l todo se cifraba en comidas prohibidas, tiempo malgastado y un gasto espantoso". Vladimir Nabokov.
02 "Para adquirir perspectivas amplias, cabales y compasivas sobre los seres humanos y las cosas, uno no puede vegetar en un rinconcito del mundo toda su vida". Mark Twain.
04 "La nostalgia del hogar es un sentimiento del que muchos saben y se quejan; yo, por el contrario, sufro de un dolor menos conocido, y su nombre es nostalgia del afuera. Cuando la nieve se derrite, las cig¨¹e?as llegan y los primeros barcos de vapor zarpan, me asalta la punzante comez¨®n de partir". Hans Christian Andersen.
05 ¡°Ahora lo tengo claro. El viaje en su conjunto es un timo. Los viajes no te ampl¨ªan; te vuelven sofisticado, a la ¨²ltima, una v¨ªctima de la superficialidad con la expresi¨®n est¨²pida de un miembro del jurado en un concurso de belleza". Henri Michaux.
07 ¡°Deja tu casa. Ve solo. Viaja ligero. Lleva un mapa. Ve por tierra. Cruza a pie la frontera. Escribe un diario. Lee una novela sin relaci¨®n con el lugar en el que est¨¦s. Evita usar el m¨®vil. Haz alg¨²n amigo". Paul Theroux
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08 ¡°Se adormece el esp¨ªritu con el h¨¢bito de los viajes; uno se hace a todo, a los m¨¢s singulares parajes ex¨®ticos y a los rostros m¨¢s extraordinarios. Sin embargo, hay horas, cuando el esp¨ªritu despierta y se reencuentra consigo mismo, en que de golpe todas las rarezas que lo rodean lo sacuden fuertemente¡±. Pierre Loti.
10 ¡°?Qui¨¦n me devolver¨¢ las noches calladas, los
perezosos paseos a caballo a trav¨¦s de las llanuras interminables del
Oued Righ y las arenas blancas del Oued Souf? ?Qui¨¦n me devolver¨¢ alguna
vez las cabalgadas fren¨¦ticas por los montes y los valles del Sahel,
cara al viento del oto?o, cabalgadas embriagadoras que me hac¨ªan perder
la noci¨®n de la realidad en una suprema borrachera?¡±.
Isabelle Eberhardt.
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11 ¡°Los australianos se pasan la mitad de cualquier conversaci¨®n insistiendo en que los peligros del pa¨ªs se han exagerado mucho y que no hay que preocuparse, y la otra mitad cont¨¢ndote que hace seis meses su t¨ªo Bob iba en coche a Mudgee cuando una serpiente tigre sali¨® del salpicadero y le mordi¨® en la ingle; pero bueno, ya lo han desconectado de la respiraci¨®n artificial y se puede comunicar parpadeando con los ojos.
Yo, claro, era todo o¨ªdos¡±. Bill Bryson. En las ant¨ªpodas.
12 ¡°?Por qu¨¦ la vida humana no acabar¨¢ como los oto?os de ?frica, con un cielo claro y vientos tibios, sin decrepitud ni presentimientos?¡±. Eug¨¨ne Fromentin.
14 "Yo ten¨ªa una granja en ?frica, al pie de las colinas de Ngong¡±. Nadie como Karen Blixen y su maravilloso libro Memorias de ?frica para transportarnos a las tierras altas de Kenia, ¡°donde te impresiona el sentimiento de haber vivido durante un tiempo en el aire¡± .
15 De La c¨¢mara l¨²cida, de Roland Barthes: "Un d¨ªa, hace mucho tiempo, di con una fotograf¨ªa de Jer¨®nimo, el ¨²ltimo hermano de Napole¨®n (1852). Me dije entonces con un asombro que despu¨¦s nunca he podido despejar: <veo los ojos que han visto al Emperador>".
16 "Para esta dolencia (la melancol¨ªa) no hay nada mejor que cambiar de aire, que vagabundear en una y otra direcci¨®n, como aquellos zalmohenses t¨¢rtaros que viven en hordas y que aprovechan la oportunidad de disfrutar de tiempos, lugares, estaciones." Robert Burton.
18Otra perla de En las ant¨ªpodas, deBill Bryson:¡°El misterio del cricket no es que los australianos lo jueguen bien, sino que lo jueguen. A m¨ª siempre me ha parecido un deporte muy contenido para el en¨¦rgico temperamento australiano. Los australianos prefieren los deportes donde hombres fornidos con ropa ligera se parten las narices. Estoy casi seguro de que si el resto del mundo desapareciera de repente y el desarrollo del cricket quedara en manos australianas, en una sola generaci¨®n los jugadores llevar¨ªan pantalones cortos y utilizar¨ªan los bates para pegarse entre ellos. Y la verdad es que el juego mejorar¨ªa mucho¡±.
20 "El viaje, en verdad, le dio la impresi¨®n de ser una p¨¦rdida de tiempo, puesto que pensaba que la imaginaci¨®n era capaz de proporcionar un sustituto m¨¢s que adecuado a la vulgar realidad de la experiencia". J. K. Huysmans.
21 "Se produce un cambio en el hombre o la mujer itinerantes. En ning¨²n sitio sucede tanto esto como a bordo de un barco, donde la personalidad se modifica por completo". John Steinbeck.
22 "Los trenes no parten: se ponen en camino, y se mueven siguiendo un ritmo que da relieve al paisaje y agranda la tierra que surcan". William Gaddis.
23 "?Ah! El viaje es una cura de humildad: te das cuenta del diminuto lugar que ocupas en el mundo". Gustave Flaubert.
25 ¡°Los bosquimanos, que recorren inmensas distancias por el Kalahari, no imaginan la supervivencia del alma en otro mundo. Cuando morimos, morimos -¨Cdicen--. El viento borra la huella de nuestras pisadas, y ¨¦se es nuestro final¡±. Bruce Chatwin. Los trazos de la canci¨®n.
26 "Nuestra naturaleza reside en el movimiento; la calma completa es la muerte". Pascal. Pensamientos
27 "El cambio es la ¨²nica cosa por la que merece la pena vivir. Nunca aparques tu vida en un escritorio. Lo que sigue son las ¨²lceras y los problemas card¨ªacos". Bruce Chatwin.
28 ¡°Mi salud estaba amenazada. El terror se apoder¨® de m¨ª. Durante d¨ªas y d¨ªas me quedaba dormido y, al despertar, continuaban los sue?os tenebrosos. Estaba maduro para la muerte. Mi debilidad me empuj¨® por una ruta plagada de peligros, hasta el fin del mundo, hasta Cimeria, el pa¨ªs de la bruma negra y los tornados. Me vi obligado a viajar para alejar los fantasmas de mi cerebro¡±. Rimbaud. Una temporada en el infierno.
30 ¡°No puedes transitar el camino hasta haberte convertido t¨² mismo en la senda¡±. Buda.
31 ¡°En los viajes, encuentras a personas que tratan de aferrarse a ti, que te tutelan como unos padres y que te critican. Otro de los placeres de la vida itinerante es poder darte la vuelta y marcharte sin ofrecer ninguna explicaci¨®n¡±. Paul Theroux.
32 ¡°Me solt¨¦ de las mezquinas ataduras de la tierra
Y danc¨¦ en los cielos en sonrientes alas de plata;
Hacia el firmamento me elev¨¦ y me un¨ª al alegre
desorden
De nubes partidas por el sol ¨C-e hice cientos de cosas
Que ni siquiera hab¨¦is so?ado¨C- rod¨¦, flot¨¦ y gir¨¦
En el iluminado silencio de las alturas. Agazapado all¨ª
Persegu¨ª al rugiente viento en su camino y lanc¨¦
Mi ansiosa nave por l¨ªmpidos pasillos de aire.
Arriba, en el delirante y abrasador azul,
Sobrepas¨¦ con suave gracia las cimas barridas por
el viento,
Donde nunca alondra, ni incluso ¨¢guila vol¨®.
Y mientras con mente serena y elevada me asomaba a
La alta e inmaculada santidad del espacio,
Saqu¨¦ mi mano y toqu¨¦ la cara de Dios¡±.
John Gillespie Magee. Alto vuelo
Traducci¨®n de Andr¨¦s Rubio para El ¨¢rbol rojo (Demipage).
33 ¡°?No tengo acaso todo lo que hay que envidiar en el mundo? Independencia, la libertad de mi fantas¨ªa, mis 200 plumas talladas y el arte de poder usarlas". Gustave Flaubert. El Nilo. Cartas de Egipto
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34 "El pasado al que no se retorna forma siempre un bucle en los sue?os que uno tenga. La memoria tambi¨¦n es un tren fantasma. Muchos a?os despu¨¦s uno sigue meditando sobre aquel rostro tan bello que entrevi¨® un instante en un pa¨ªs lejano [...], o bien sobre el ruido de un tren en la noche, con esa nota precisa y musical que dan los silbatos de los trenes, una tercera que mengua en la oscuridad mientras uno va tumbado en el tren, desplaz¨¢ndose por el mundo como lo hacen los viajeros, en el vientre de la ballena". Paul Theroux. Tren fantasma a la Estrella de Oriente.
35 "Para ser un buen viajero y obtener del viaje verdadero placer son necesarias varias condiciones. La primera consiste en ser joven y despreocupado, dotado de talento e imaginaci¨®n: si se carece de estas virtudes, es mejor quedarse en casa". Herman Melville. Viajar.
36 ¡°Es casi ya un axioma: en cuanto un sitio se gana la reputaci¨®n de paradisiaco, se va al diablo¡±.
Paul Theroux. Las islas felices de Ocean¨ªa.
37 "Para no morirse de hambre en Par¨ªs se requiere cierta conjunci¨®n de cualidades, mente abierta, ojo husmeador, o¨ªdo avizor, nariz alerta, pierna ligera y cierto desprecio a la propiedad personal".
Jean-Paul Cl¨¦bert. Par¨ªs ins¨®lito.
38 ¡°Sobre todo, no pierdas tu deseo de caminar: yo mismo camino diariamente hasta alcanzar un estado de bienestar y al hacerlo me alejo de toda enfermedad. Caminando he tomado contacto con mis mejores ideas, y no conozco ning¨²n pensamiento cuya naturaleza sea tan abrumadora como para que uno no pueda distanciarse de ¨¦l andando¡pero cuando te quedas quieto, y cuanto m¨¢s te quedas quieto, m¨¢s pr¨®ximo est¨¢s a sentirte enfermo¡ De modo que si caminas sin parar, todo te saldr¨¢ bien¡±.
Soren Kierkegaard.
39 ¡°El viaje alcanza su m¨¢xima expresi¨®n en soledad: para ver, examinar y valorar, tienes que estar solo y a tu aire. Otras personas pueden confundirte: solapar¨¢n tus impresiones peregrinas con las suyas; si son una buena compa?¨ªa obstruir¨¢n la vista, y si son aburridas corromper¨¢n el silencio con banalidades, haciendo trizas tu concentraci¨®n con frases del tipo: ?Oh, mira, est¨¢ lloviendo? y ?Cu¨¢ntos ¨¢rboles tienen aqu¨ª?¡± . Paul Theroux. El viejo Expreso de la Patagonia.
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40 ¡°Ni yo ni nadie puede recorrer ese camino por ti.
Deber¨¢s recorrerlo por ti mismo.
No est¨¢ lejos, se puede alcanzar,
Acaso, sin saberlo, has estado recorri¨¦ndolo desde
que naciste,
Acaso est¨¢ en todas partes, en el agua y en la tierra.
Echa al hombro tus b¨¢rtulos, hijo m¨ªo, yo cargar¨¦
los m¨ªos, y pong¨¢monos en marcha sin demora,
Maravillosas ciudades y naciones libres
encontraremos en nuestro camino.
Si te cansas dame la carga y apoya tu mano en mi
cintura,
Y a su debido tiempo me recompensar¨¢s con el
mismo servicio,
Pues despu¨¦s de que empecemos ya no podremos
descansar.
Hoy, antes del amanecer, sub¨ª a una colina y
contempl¨¦ el cielo estrellado,
Y le dije a mi esp¨ªritu: <Cuando lleguemos a poseer
aquellas ¨®rbitas, y el placer y la sabidur¨ªa de cada cosa
que hay en ellas, ?nos sentiremos por fin llenos
y satisfechos?>
Y mi esp¨ªritu dijo: <No. Habremos alcanzado esos
mundos para continuar m¨¢s all¨¢>.
T¨² tambi¨¦n me haces preguntas y te escucho.
Y contesto que no puedo contestar, que deber¨¢s
encontrar la respuesta por ti mismo.
Si¨¦ntate un poco, hijo m¨ªo,
Aqu¨ª tienes pan para comer y leche para beber,
M¨¢s tan pronto como hayas comido y te hayas
puesto ropa fresca, te dar¨¦ un beso de despedida
Y abrir¨¦ la puerta para que salgas.
Largo tiempo has tenido sue?os desde?ables,
Ahora te quito la venda de los ojos,
Tendr¨¢s que habituarte al resplandor de la luz
y de cada uno de los instantes de tu vida.
Hace ya tiempo que has vadeado t¨ªmidamente
la orilla asido a una tabla,
Ahora quiero que seas un nadador intr¨¦pido,
Que saltes en medio del mar, resurjas, me hagas una
se?al, grites y risue?amente agites el agua de tus cabellos¡±.
Walt Whitman. Traducci¨®n de Andr¨¦s Rubio para El ¨¢rbol rojo(Demipage).
?Cu¨¢les son las citas o p¨¢rrafos sobre viajes que m¨¢s te han gustado?
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