Zapata, el conquistador
Sus cuadros alcanzan cientos de miles de d¨®lares en el mercado y acaban de desembarcar en la Bienal de Venecia A Domingo Zapata, que mezcla como pocos cuch¨¦ y lienzo, no hay famoso que se le resista

Son las cuatro de la tarde de un martes de mediados de abril. El lobby del Bowery Hotel, forrado de madera oscura y terciopelo, aporta un aire c¨¢lido y secreto a este punto imprescindible en el mapa del downtown cool neoyorquino. Bienvenidos al portal de la casa y estudio de Domingo Zapata, el artista mallorqu¨ªn de 38 a?os que pint¨® el cuerpo de Sof¨ªa Vergara, convenci¨® a Lady Gaga para que posara y prest¨® su coche sin pens¨¢rselo dos veces a la actriz y temeraria conductora Lindsay Lohan.
Pero Zapata, un fijo en la imprescindible Page Six ¨Cla p¨¢gina de cotilleo del tabloide New York Post¨C, es un cotizado artista cuyos cuadros alcanzan cientos de miles de d¨®lares, y han sido comprados, entre otros, por el financiero y fil¨¢ntropo George Soros o el actor Johnny Depp. Este mes de junio ha desembarcado en la Bienal de Venecia, donde expone 30 obras en el Palazzo da Mula y prepara una intervenci¨®n en el puente Frari. Ha llegado el momento Zapata.
En el descansillo de la planta 16? del hotel, por el que se accede al ¨¢tico donde reside Domingo, las puertas del ascensor muestran figuras pintadas con espray rojo y negro. La primera pintada que saluda al visitante en el pasillo de paredes blancas dice ¡°Flores para ti, mi amor¡±; en los sof¨¢s cubiertos con grafitis alguien ha escrito ¡°Smile don¡¯t cry¡± (sonr¨ªe, no llores); un peluche de oso panda est¨¢ colgado en la pared y pide una ¨²ltima copa. El conjunto de la casa donde el artista se instal¨® hace dos a?os ¨Calertado por un amigo de la disponibilidad de este espacio¨C est¨¢ cubierto de dibujos y leyendas. Cualquier superficie sirve para que el mallorqu¨ªn y sus amigos den rienda suelta a su vena art¨ªstica. La sala acristalada de la vivienda, con una impresionante vista de los tejados de la ciudad de Nueva York, prueba la incontinencia o el desparrame pict¨®rico en el que vive Domingo: l¨¢mparas, mesas, molduras y ventanas, todo est¨¢ pintado. Su asistente brasile?a, Cinthia, trabaja en una mesa de comedor, mientras Zapata termina de darse una ducha.
Ha retratado a las mujeres del momento: ¡°vuelven al mundo loco¡±
¡°Me gusta vivir dentro del arte y de la expresi¨®n¡±, dice con media sonrisa al salir. En sus brazos luce varios tatuajes; uno es un homenaje al Guernica de Picasso y sus formas cubistas, otro cuenta que es la imagen de una mujer que vio en Par¨ªs y de la que qued¨® prendado. Entre todos los rascacielos a la vista se?ala el que est¨¢n construyendo dos clientes suyos, One Trade Center, la tambi¨¦n llamada Freedom Tower que se erige sobre la Zona Cero. Zapata crear¨¢ una obra para el lobby y tiene pensado que sea una bandera americana estilo Jasper Johns de acero pulido ¡°donde se refleje el pasado, el presente y el futuro de un lugar tan hist¨®rico¡±.
Su melena alborotada, barba de varios d¨ªas, camiseta negra y pantal¨®n le dan un toque entre rockero y motero, para muchos la viva imagen de un artista con un punto rom¨¢ntico y desali?ado. ¡°Domingo es una obra de arte andante. Hay que conocerle para entenderlo¡±, dice su amigo el actor Jordi Moll¨¤ en conversaci¨®n telef¨®nica desde Italia, donde se encuentra inmerso en un rodaje. Un personaje que ha cautivado, entre otras, a Alexandra Richards, Kim Kardashian, Angelina Jolie o Eva Longoria, todas ellas parte del proyecto Ten, con el que le mallorqu¨ªn se propuso retratar a las mujeres m¨¢s fascinantes del momento. ¡°Desprenden una atracci¨®n que vuelve al mundo loco, y al tenerlas posando sientes esa magia¡±, dice mientras lamenta no haber podido hacer lo mismo con Elizabeth Taylor. Sof¨ªa Loren es uno de sus objetivos m¨¢s buscados. ?Su secreto con las mujeres? ¡°Prestar atenci¨®n¡±.

Domingo acompa?aba a una belleza cuando conoci¨® a Moll¨¤ en las puertas de un restaurante argentino en Los ?ngeles hace unos siete a?os. Poco despu¨¦s empezaron a colaborar en un proyecto que expusieron en el Chateau Marmont, el despegue de Zapata como pintor, decidido entonces a lanzarse al arte tras haber hecho algo de dinero con la venta de una web de citas en Internet en la que hab¨ªa invertido. Ofreci¨® a Moll¨¤ un inmenso lienzo y, a falta de furgoneta, lo trasladaron en un coche sujet¨¢ndolo por la ventanilla. ¡°Era como una vela, no entiendo c¨®mo no nos arrestaron¡±, recuerda el actor. En ese mismo hotel ¨Cla versi¨®n angelina del Chelsea¨C, Domingo mont¨® durante un a?o su estudio en un bungal¨® e invit¨® a ilustres hu¨¦spedes como Marilyn Manson o Scarlett Johansson a pintar. El resultado final de aquel experimento fue subastado y comprado por un liban¨¦s que replic¨® la habitaci¨®n en su casa.
Esta tarde de abril, Zapata est¨¢ reci¨¦n llegado de un viaje y a punto de partir a Miami ¨Cdonde tiene otro estudio, al igual que en Par¨ªs¨C. Est¨¢ preparando su proyecto en Venecia. ¡°Una de las piezas es un mosaico realizado al estilo bizantino en el que me ayudan artesanos. Hay mucho trabajo que tienes que hacer en el lugar en cuesti¨®n, y en el caso de la Bienal supone una oportunidad para mostrar mucha obra¡±, explica distendido mientras posa para las fotos. Domingo cuenta orgulloso que, a diferencia de otros artistas contempor¨¢neos, ¨¦l mismo pinta sus cuadros, no dirige a un equipo de asistentes, trata siempre de estar lo m¨¢s metido posible en el proceso creativo. Y eso incluye de alguna manera su vida, que a menudo es descrita como su verdadera obra de arte. ¡°Domingo pinta mientras habla por tel¨¦fono, seduce a una chica o reserva un avi¨®n que nunca tomar¨¢. Es una ensalada tremenda, un caos del que mana su obra. Es un torero pop¡±, dice Moll¨¤.
Imbuido de su persona art¨ªstica, Domingo saca un libro de poemas de Jacques Pr¨¦vert para encontrar la cita completa de uno de los grafitis pintados en su sal¨®n y recitarla en franc¨¦s. Pronto pasa a otro asunto, ofrece una copa de vino y se muestra relajado y a gusto en la neur¨®tica Nueva York, que le ha coronado como una de sus estrellas noct¨¢mbulas. Listo y cercano, Zapata tiene una simpat¨ªa natural, que no suena forzada. Su carisma no apabulla y hace sentir c¨®moda a la persona que tiene enfrente, sea esta una estrella de Hollywood como Sof¨ªa Vergara ?¨Cque se quit¨® la ropa y dej¨® que Zapata la pintara y tomara fotos del resultado final con su Polaroid¨C o un vendedor de pizzas del Bowery. En uno de estos locales de comida r¨¢pida, Zapata trab¨® amistad con el due?o, quien acab¨® pidi¨¦ndole alg¨²n cuadro para decorar el comedor. Como pago acordaron que servir¨ªa el equivalente a 100.000 d¨®lares en pizza para el Bowery Mission. Con notable regularidad, el artista dona obras para proyectos ben¨¦ficos, y tambi¨¦n acude a las galas. Lo cierto es que sus clientes adoran a Domingo m¨¢s all¨¢ de sus cuadros. El entrenador de la NBA Pat Riley es uno de sus m¨¢s fieles seguidores; tanto es as¨ª que le invit¨® a pintar un inmenso fresco de un olivo en su casa de Miami. Tambi¨¦n le regal¨® el anillo de campe¨®n de la Liga de baloncesto, con el que Zapata vacila a los deportistas que se encuentra por los clubes neoyorquinos.
No le asusta el mercado. ¡°yo s¨¦ que voy a seguir siendo pintor¡±, asegura
Comparado con Warhol por su lista de amigos famosos y cierto toque pop, lo cierto es que Domingo, que mezcla como pocos cuch¨¦ y lienzo, siente m¨¢s afinidad por Julian Schnabel y Basquiat. ¡°El arte se convirti¨® en un estilo de vida. Ganaron mucho dinero muy j¨®venes¡±, reflexiona Zapata. ¡°Dal¨ª tambi¨¦n lo ve¨ªa venir¡±. A ¨¦l no le asusta el mercado y, aunque trabaja con galer¨ªas y marchantes, va marcando su propio camino; desde hace unos meses, apoyado por la agencia de relaciones p¨²blicas especializada en moda Paul Wilmot Communications. ¡°El arte es un negocio para mucha gente. Para un artista lo importante es durar, y yo s¨¦ que voy a seguir siendo pintor¡±. No le preocupa la voracidad del marketing o el peso que puedan llegar a tener las marcas en el mundo del arte. ¡°Si un montaje cuesta un mill¨®n de euros, de alg¨²n lado tendr¨¢ que salir¡±, afirma. ¡°El arte contempor¨¢neo tiene valor, y esto es un fen¨®meno relativamente reciente que permite que los pintores puedan vivir de lo que hacen. En EE UU esto se apoya con mucha fuerza¡±. Consciente, a pesar de todo, del riesgo y la presi¨®n que el mercado puede causar, Zapata hace caso omiso del esnobismo que rodea el mundo de galer¨ªas y del arte contempor¨¢neo en Nueva York, un circuito en el que no acaba de ser un insider. ¡°Pintar es un sentimiento. No soy alguien que quiera demostrar nada, sino dar un pel¨ªn m¨¢s de alegr¨ªa y ayudar¡±, asegura.
En una esquina de su sal¨®n se encuentran una decena de lienzos de su ¨²ltima exposici¨®n, titulada 11 minutos como homenaje a la novela de Paulo Coelho, una de las muchas referencias que colorean la vida de este artista, hijo de un guardia civil de Ja¨¦n que se retir¨® para pintar coches y una modista. Entre los cuadros desperdigados en esta esquina est¨¢n la ic¨®nica imagen de Sean Connery como James Bond junto a una rubia, Humphrey Bogart en un collage, un jugador de polo en un lienzo dorado, r¨¦plicas de La Mona Lisa con un bocadillo que proclama ¡°Si no copias, no existes¡±, y otras obras con globos aerost¨¢ticos y rinocerontes ¨C¡°la mejor manera de viajar es en globo¡±, se?ala Domingo¨C. Las pinturas desenfadadas mezclan estilos e influencias; una de las m¨¢s notables, la de Basquiat y sus colores primarios; tambi¨¦n referencias a los toros y a Pi?casso. ¡°Basquiat dej¨® una huella tremenda con su obra y su vida atormentada¡±, dice, mientras comenta que visit¨® una reciente exposici¨®n sobre el artista con sus hijos y su madre; todos quedaron fascinados. Divorciado de una americana, Domingo tiene dos hijos, de 13 y 5 a?os, con quienes comparte su libertad creativa.
?l aprendi¨® ingl¨¦s en su escuela en Mallorca, y m¨¢s adelante cuenta que march¨® a Londres para estudiar Ciencias Pol¨ªticas y algo de arte. De all¨ª dio el salto a Nueva York en 1999. ¡°Ven¨ªa de un entorno muy protegido, muy cuidado¡±, recuerda. Por aquel entonces trabajaba en Citicorp y no sal¨ªa mucho. Viv¨ªa en el Bronx. Alguna novia con dinero le sacaba de fiesta. El Soho dice que a¨²n bull¨ªa. ¡°Nueva York me ha influido mucho. Todo ocurre ya, la vida va muy r¨¢pido¡±, dice. ¡°Cada tres manzanas es una ciudad distinta, hay que disfrutarla y no pararse a pensar¡±.

Trabaj¨® en la discogr¨¢fica IMC; conoci¨® a Michael Jackson, con quien colabor¨® en un proyecto, y tambi¨¦n ayud¨® en la creaci¨®n de una nueva versi¨®n del tema Macarena. De aquel pasado musical quedan varias guitarras por la sala y un considerable pu?ado de amigos. Lo cierto es que esta lista de Zapata no para de crecer. En una de las mesas del sal¨®n est¨¢ la guitarra que le ha regalado Iron Maiden tras conocerle recientemente en una fiesta. Y en la calle le esperan dos j¨®venes espa?oles que le est¨¢n haciendo un documental y le acompa?an como una sombra.
¡°Tiene una vida desenfrenada¡±, dice Moll¨¤ de su amigo. ¡°Es la imagen misma del artista, con su look y sus relaciones; trabaja de una manera impulsiva y apasionada, y mezcla su lado de toro salvaje con un punto tierno. Esta dualidad es lo que seduce¡±. Ese desenfreno y la ruta nocturna de Zapata son comentados en los medios, ya sea The New York Times, que le dedic¨® un largo art¨ªculo en su secci¨®n de Estilos, o en los tabloides. El restaurante Cipriani, donde cuelgan algunas de sus obras, es una parada cl¨¢sica. Tambi¨¦n clubes como Provocateur y otros m¨¢s, esos ubicados en callejones oscuros a los que solo se tiene acceso si uno se relaciona con la gente adecuada. Y lo cierto es que este mallorqu¨ªn con apellido de revolucionario mexicano los conoce a todos.
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