Reelecci¨®n pol¨¦mica

El Gobierno de Bolivia public¨® el lunes la ley que permite a Evo Morales presentarse por tercera vez a las elecciones presidenciales. Despu¨¦s de haber ganado los comicios en 2006 y de haber sido reelegido en 2010, la pr¨®xima cita con las urnas ser¨¢ en 2014. Nada habr¨ªa que objetar a esta decisi¨®n de no ser porque la Constituci¨®n proh¨ªbe un tercer mandato presidencial. La misma Constituci¨®n, por cierto, que Morales promulg¨® en 2009 y con la que anunci¨® el advenimiento de ¡°una nueva era¡± en Bolivia.

Un a?o antes, el presidente se hab¨ªa comprometido a no permanecer en el poder m¨¢s de dos periodos. ¡°Evo no es ambicioso. Evo no tiene intereses¡±, proclam¨®.

Ahora se desdice y el Gobierno sostiene que, en realidad, el primer mandato no cuenta, porque se dio antes de la refundaci¨®n de Bolivia. En 2009, por tanto, se pone el contador a cero, y en 2014 Morales se postular¨¢ a su ¡°reelecci¨®n¡±, y no a la ¡°re-reelecci¨®n¡±.

Esta artima?a pol¨ªtica choca de nuevo con la Constituci¨®n, que se?ala, espec¨ªficamente, que los mandatos presidenciales anteriores a su entrada en vigor ¡°ser¨¢n tomados en cuenta a los efectos del c¨®mputo de los nuevos periodos de funciones¡±. Ese precepto fue determinante para que la oposici¨®n diera su apoyo a la nueva Carta Magna.

Lo peor del caso no es que el Gobierno boliviano pisotee las normas, sino que para ello haya contado con el aval del propio Tribunal Constitucional, que hace suyos los argumentos del Ejecutivo por encima del respeto a la ley.

El episodio, que la oposici¨®n califica de ¡°golpe a la democracia¡±, pone de manifiesto una tendencia preocupante en Am¨¦rica Latina. Porque el af¨¢n por prolongar el mandato m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites constitucionales est¨¢ implicando la desarticulaci¨®n del juego de contrapesos que frena los abusos de poder. Los resortes democr¨¢ticos se utilizan para ir socavando la democracia, gracias al control progresivo de todos los estamentos del Estado, incluido el judicial.

Evo Morales sigue los pasos del ecuatoriano Rafael Correa, del nicarag¨¹ense Daniel Ortega y del mentor de todos ellos, el venezolano Hugo Ch¨¢vez. El mismo debate se abre ahora en Argentina a ra¨ªz de la controvertida reforma judicial impulsada por Cristina Fern¨¢ndez, que asegura, como hizo Morales en su d¨ªa, que no piensa en una tercera elecci¨®n.