Canad¨¢ tambi¨¦n mete mano
No es una novedad decir que las compa?¨ªas mineras de todo el mundo tienen puestos sus ojos y sus manos en ?frica. Sin embargo, sorprende conocer que hay un pa¨ªs, cuya presencia en el continente, a primera vista, no parece ser tan fuerte y destructiva como la de muchos otros y que, sin embargo, domina el sector de la miner¨ªa, se trata de Canad¨¢.
Creo que no me equivoco si digo que todos pensar¨ªamos que Reino Unidos, Francia, Australia, China o incluso Sud¨¢frica, ser¨ªan los que m¨¢s se benefician de los recursos naturales de ?frica. Pero parece que cada pa¨ªs mide y declara sus posesiones e inversiones utilizando diferentes m¨¦todos y no todos con la misma transparencia, por lo que no resulta f¨¢cil hacer comparaciones. Pero si nos fijamos en las cifras publicadas por el Departamento de Recursos naturales de Canad¨¢ la cosa es muy diferente. Seg¨²n este organismo, en 2011, 155 compa?¨ªas canadienses, con activos mineros valorados en casi 31.6 mil millones de d¨®lares (26.9 en 2010) operaban en 39 pa¨ªses africanos.
Potasio. Foto Financialpost.
Los 10 pa¨ªses donde los grupos mineros canadienses han invertido m¨¢s son: Zambia, Mauritania, Sud¨¢frica, Madagascar, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Ghana, Tanzania, Mal¨ª, Senegal y Eritrea.
Seg¨²n el periodista Travis Lupick, las principales compa?¨ªas canadienses que operan en ?frica son: Allana Potash Corp., Barrick Gold Corp. (a trav¨¦s de su grupo African Barrick Gold), Endeavour Mining Corp., First Quantum Minerals Ltd., Nevsun Resources Ltd., Platinum Group Metals, Sherritt International Corp., y Volta Resources Inc.
Estas grandes firmas tienen su sede en Toronto, pero en los ¨²ltimos a?os est¨¢n surgiendo nuevas compa?¨ªas, quiz¨¢s m¨¢s peque?as y con sede en Vancouver, que tambi¨¦n est¨¢n iniciando prospecciones y asent¨¢ndose en ?frica.
Adem¨¢s, seg¨²n un documento de la Bolsa de Toronto, A capital Opportunity, investing in Africa mining (diciembre 2012), en los primeros nueve meses de 2012, el 89% de todas las financiaciones mundiales de capital de la industria minera pas¨® por ese organismo.Todo esto hace de la miner¨ªa uno de los motores m¨¢s potentes de la econom¨ªa canadiense.
Mina de oro Essakane, en Burkina Faso, perteneciente a una compa?¨ªa canadiense. Foto Issouf Sanogo/AP
Sin embargo, Minig Watch Canada advierte que muchas compa?¨ªas mineras canadienses presentes en pa¨ªses en desarrollo, especialmente en ?frica, operan con muy poca supervisi¨®n, lo cual representa un fuerte riesgo para los derechos humanos y el medio ambiente.
Esta organizaci¨®n tambi¨¦n expone una de las principales razones del auge de las compa?¨ªas mineras canadienses y su carrera por los recursos africanos y de otros continentes: Canad¨¢ es uno de los pocos pa¨ªses que casi no tiene leyes de aplicaci¨®n internacional, por lo que si sucede alg¨²n accidente o algo va mal en alguno de los pa¨ªses donde sus compa?¨ªas operan, es muy dif¨ªcil que los afectados puedan demandarlas.
Esto deja todas las actividades de estas corporaciones a merced de las leyes locales de los pa¨ªses donde operan y de la buena fe. Minig Watch advierte del riesgo que esto representa ya que permite a muchas compa?¨ªas aprovecharse de la debilidad de los gobiernos, de sus faltas leyes y de los pocos recursos para su ejecuci¨®n¡ dando lugar a la impunidad de estos grandes grupos y sus responsables.
Tropas de Canad¨¢ y Mal¨ª durante los ejercicios militares Flintlock que tuvieron lugar en Senegal en 2011. Foto Ottawacitizen.
Existen acusaciones de mal pr¨¢cticas de estas compa?¨ªas, como las que eexpone el periodista Doug Saunders al mostrar solo algunos ejemplos que han surgido en los ¨²ltimos meses, como que la petrolera Griffiths Energy International Inc. pag¨® al gobierno de Chad un soborno de 2 millones de d¨®lares o que, como denuncia Human Right Watch, una mina en Eritrea, propiedad de Nevsun Resources, fue construida, en parte, gracias al trabajo forzado de personas suministradas por el gobierno eritreo.
A todo esto hay que unir la fuerte inversi¨®n de Ayuda humanitaria y al desarrollo que Canad¨¢ ha llevado a cabo en el continente durante mucho tiempo. En los ¨²ltimos a?os el gobierno de Ottawa ha decidido reducirla y poner fin a la ayuda bilateral con algunos pa¨ªses. Sin embargo, desde el pasado mes de enero, el gobierno ha lanzado una nueva misi¨®n comercial canadiense que recorre el continente firmando acuerdos con distintos pa¨ªses, para asegurarse de que las compa?¨ªas canadienses puedan seguir realizando sus actividades.
Tampoco podemos olvidar la cada vez m¨¢s fuerte presencia de tropas canadienses en suelo africano. Esto nos podr¨ªa inducir a pensar, que como sucede con los militares de tantos otros pa¨ªses, los canadienses no est¨¢n en ?frica solo para garantizar la paz y la seguridad, sino, sobre todo, para asegurar el acceso de sus compa?¨ªas a los recursos naturales.
De todo esto surge una gran desilusi¨®n, un pa¨ªs que a nivel internacional se presenta como gran promotor de derechos humanos y respeto del medio ambiente, cuando llega a ?frica pierde sus modales y no deja de comportarse como cualquier otro: sacando el mayor beneficio posible a costa de los derechos de sus ciudadanos y de su naturaleza y burlando leyes y tratados internacionales.
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