La cuarta revoluci¨®n industrial
Nuevos materiales, sistemas operativos m¨¢s potentes, procesos m¨¢s eficientes y una gran cantidad de servicios que se realizan por Internet est¨¢n cambiando las cosas. Es hora de apostar por un sector que ayuda a crecer
Hablar de industria es volver a los principios b¨¢sicos de una econom¨ªa real, que ofrece soluciones tangibles a los problemas a los que se enfrenta la sociedad cada d¨ªa. Hablar de industria es aferrarnos a una tabla de salvaci¨®n, que se ha mostrado muy fiable en medio de la tormenta econ¨®mica que vivimos. Hablar de industria es sin¨®nimo de innovaci¨®n para conseguir hacer m¨¢s por menos. Hablar de industria es, en definitiva, hablar de calidad de vida, riqueza y desarrollo econ¨®mico.
Los datos son evidentes y refrendan, una vez m¨¢s, la necesidad de apostar por la industria. Si nos fijamos en los pa¨ªses que mejor han sobrevivido a esta crisis, nos daremos cuenta de que todos ellos tienen un importante sector secundario. De los 10 pa¨ªses m¨¢s competitivos del mundo, en cinco de ellos el peso del PIB industrial supera el 20%. A nivel mundial, la industria representa el 16% del PIB, el 70% del comercio global y origina m¨¢s de las tres cuartas partes de la investigaci¨®n y desarrollo en el ¨¢mbito privado. Por ello, no es de extra?ar que los pa¨ªses con planes de crecimiento m¨¢s ambiciosos est¨¦n experimentando un ¡°Renacimiento de la industria¡±. El objetivo de todos ellos es conseguir una cuota industrial ligeramente por encima del 20% del PIB.
De hecho, la importancia creciente de la industria puede atribuirse a diversas caracter¨ªsticas estabilizadoras y sostenibles. Constituye el punto de partida de una extensa cadena de valor que abarca desde la investigaci¨®n y el desarrollo hasta servicios basados en tecnolog¨ªa. Este sector se considera una garant¨ªa para el crecimiento (cada d¨®lar estadounidense en valor a?adido bruto en la industria genera 1,4 d¨®lares en valor a?adido bruto en otros sectores de la econom¨ªa), el empleo (por cada nuevo puesto de trabajo en la industria, se crea una media de dos empleos en otros sectores), la competitividad (los pa¨ªses m¨¢s industrializados tienen una mayor cuota de mercado en exportaciones) y, por tanto, un factor de estabilidad para la sociedad.
A pesar de todo esto, la tercerizaci¨®n de la econom¨ªa es evidente, como apuntan los datos del Fondo Monetario Internacional que indican que la cifra de empleados de sectores industriales se ha reducido desde los 62 millones en 2000 a poco m¨¢s de 45 millones en 2010 y alerta que de no poner freno a esta tendencia la cifra podr¨ªa llegar a menos de 40 millones en 2030.
En Espa?a, es el principal generador de empleo cualificado, de I+D+i
y de comercio exterior
En Espa?a, no hemos sido ajenos a esta tendencia y el peso del sector se ha reducido desde el 34% de 1970 a poco m¨¢s del 15% actual. Se trata de una ca¨ªda dram¨¢tica a la que es necesario poner fin de manera inmediata, ya que pese a su reducido tama?o se trata del principal generador de empleo cualificado (el 85% del empleo es fijo), de I+D+i (su inversi¨®n supone el 50%) y de comercio exterior en nuestro pa¨ªs. El autom¨®vil y la industria alimentaria son un buen ejemplo para analizar qu¨¦ se ha hecho bien para permitir a nuestro pa¨ªs situarse como una referencia mundial en estos campos.
La industria se enfrenta a importantes obst¨¢culos que lastran su capacidad de crecimiento y su productividad. En primer lugar, cabe destacar el precio de la energ¨ªa, que es uno de los m¨¢s caros de Europa. Debemos tener en cuenta que el precio de la electricidad ha crecido en los ¨²ltimos cinco a?os muy por encima de la inflaci¨®n, lo que supone una importante barrera de crecimiento, m¨¢xime cuando los costes energ¨¦ticos pueden suponer hasta el 60% de los totales. En Espa?a, el sector consume tres veces m¨¢s energ¨ªa que la media de la UE, por lo que urge implantar medidas que favorezcan la eficiencia energ¨¦tica para garantizar una mayor competitividad de las f¨¢bricas.
La flexibilidad del mercado es un problema a?adido m¨¢s al que la reforma laboral parece que podr¨ªa poner coto. En este sentido, es necesario articular las medidas necesarias para amoldar las jornadas laborales a los picos de trabajo y as¨ª evitar paradas innecesarias, que no hacen m¨¢s que retrasar la producci¨®n y aumentar los costes. En Siemens, por ejemplo, durante los primeros a?os de la crisis, m¨¢s de 19.000 empleados de nuestras f¨¢bricas en Alemania redujeron sus jornadas.
La formaci¨®n de nuestros j¨®venes es otro gran h¨¢ndicap. Pese a que la calidad de los ingenieros espa?oles est¨¢ m¨¢s que contrastada es necesario seguir fomentando el inter¨¦s por la formaci¨®n t¨¦cnica. As¨ª, urge una reforma profunda del modelo de formaci¨®n profesional para adaptarlo mucho m¨¢s a las necesidades de las empresas. En este sentido, los modelos duales han mostrado su ¨¦xito, ya que unen lo mejor de las formaciones te¨®rica y pr¨¢ctica y su fuerza laboral es m¨¢s acorde a las necesidades reales del mercado. De hecho en los pa¨ªses en los que este modelo est¨¢ implantado desde hace a?os como Alemania o Austria, las tasas de paro juvenil son mucho menores y no superan el 10%, pese a que la tasa de universitarios es mucho menor (28% contra 38,5%). Por otro lado, no debemos olvidar la importancia del ingl¨¦s donde no salimos muy bien parados: en Espa?a lo habla con fluidez tres veces menos gente que en otros pa¨ªses m¨¢s avanzados. La ¨²ltima propuesta del Gobierno puede ser un paso importante en este campo.
Es importante tambi¨¦n hacer referencia al tama?o de las empresas. Los pa¨ªses m¨¢s competitivos como Alemania, por ejemplo, tienen m¨¢s empresas medianas y grandes (estas dan trabajo al 60% de los empleados frente al 40% de nuestro pa¨ªs). Este peque?o tama?o impide la generaci¨®n de econom¨ªas de escala, hace que resistan peor los shocks c¨ªclicos, que tengan muchas m¨¢s dificultades para desarrollar procesos exportadores y de I+D+i y dificulta el acceso a la financiaci¨®n. Las pymes espa?olas se enfrentan a grandes problemas para incrementar su capital, adem¨¢s de que el acceso a fondos financieros sigue siendo muy complicado y a unos precios que casi duplican el pagado por algunos de nuestros competidores europeos. Es necesario tomar medidas para que dejen de aumentar sus deudas y puedan aumentar su capital.
Ya hay tecnolog¨ªas que consiguen ahorros de tiempo cercanos al 40% y del 30% en costes
Puede que todav¨ªa no nos hayamos dado cuenta, pero en la actualidad, estamos fabricando el futuro. La convergencia de un gran n¨²mero de nuevos materiales, software m¨¢s potentes, procesos m¨¢s eficientes y una enorme cantidad de servicios basados en Internet est¨¢ cambiando la industria, tal y como la conocemos. Algunos expertos ya se atreven a hablar de una cuarta revoluci¨®n industrial debido a la magnitud de estos avances. Ya hay tecnolog¨ªa que puede conseguir ahorros de tiempos cercanos al 40% y del 30% en costes. As¨ª, por ejemplo, la impresi¨®n en 3D est¨¢ llamada a revolucionar el mercado industrial. Su uso ya es una realidad en la fabricaci¨®n de piezas para aud¨ªfonos o partes de aviones militares.
Esta revoluci¨®n tendr¨¢ consecuencias reales en nuestras vidas. En primer lugar, afectar¨¢ no solo a c¨®mo se hacen las cosas, sino tambi¨¦n d¨®nde. Los grandes ahorros de costes de estas tecnolog¨ªas no har¨¢n necesario llevar las f¨¢bricas a pa¨ªses lejanos, sino que obligar¨¢n a localizarlas cerca de los clientes para responder mejor y m¨¢s r¨¢pido a sus necesidades. Seg¨²n un estudio de Boston Consulting Group en ¨¢reas como el transporte, ordenadores y maquinaria industrial, entre el 10% y 30% de lo que Estados Unidos importa de China podr¨ªa hacerlo en su pa¨ªs, lo que supondr¨ªa un aumento de sus ingresos entre 20.000 y 55.000 millones de d¨®lares al a?o.
Ahora es cuando debemos saber qu¨¦ parte de la fase productiva queremos liderar y si queremos apostar por la tecnolog¨ªa para industria o dejar pasar el momento. En Siemens, aspiramos a marcar el camino y desde 2007 hemos invertido 4.000 millones de euros en compa?¨ªas especializadas en este campo. As¨ª, ya contamos con 17.500 ingenieros de software, de los cuales 7.500 trabajan en el sector industria.
Por ¨²ltimo, no debemos olvidarnos del activo m¨¢s importante con el que contamos y sin el que ninguno de estos cambios ser¨ªa posible: las personas. A pesar de la apuesta por la tecnolog¨ªa, seguiremos necesitando profesionales bien cualificados para que planifiquen, controlen y desarrollen todos los procesos. Por ello, insisto en que debemos destinar una parte importante de la inversi¨®n a formaci¨®n, para que nuestros equipos est¨¦n preparados para afrontar las necesidades de un mercado que cambia cada d¨ªa.
Si hablar de industria es hacerlo de calidad de vida, riqueza y desarrollo econ¨®mico, ?por qu¨¦ nos empe?amos en seguir evitando el debate?
Rosa Garc¨ªa es presidenta de Siemens en Espa?a.
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