El fin de la guerra perpetua
El giro anunciado por Obama en la pol¨ªtica antiterrorista es esencial para el sistema democr¨¢tico
El discurso del presidente Obama, el jueves, fue la m¨¢s importante declaraci¨®n sobre pol¨ªtica antiterrorista desde los atentados de 2001, un punto de inflexi¨®n crucial. Por primera vez, un presidente declar¨® clara e inequ¨ªvocamente que el estado de guerra perpetua que comenz¨® hace casi 12 a?os es insostenible para una democracia, y debe terminar en un futuro no muy lejano. ¡°Nuestro esfuerzo sistem¨¢tico por desmantelar las organizaciones terroristas debe continuar¡±, dijo Obama en la Universad de Defensa Nacional. ¡°Pero esta guerra, como todas las guerras, debe terminar. Es lo que aconseja la historia. Es lo que demanda nuestra democracia¡±.
A pesar de que llega tarde ¡ªmucho de lo que Obama dijo tendr¨ªa que haberse dicho hace a?os¡ª, no hay que subestimar la importancia de esta declaraci¨®n. Obama y su predecesor, George W. Bush, usaron el estado de guerra ¡ªque comenz¨® con la autorizaci¨®n para invadir Afganist¨¢n y perseguir a Al Qaeda y otros que planearon los ataques del 11-S¡ª para justificar actos excepcionales como la detenci¨®n indefinida sin cargos y los asesinatos selectivos de presuntos terroristas. Aunque hay quienes creen, sobre todo algunos congresistas republicanos de l¨ªnea dura, que la guerra tendr¨ªa que durar para siempre, Obama dijo al mundo que EE UU debe volver a manejar el contraterrorismo como siempre se hizo, principalmente con leyes y agencias de inteligencia. Este giro es esencial para preservar el sistema democr¨¢tico y el imperio de la ley por los que Estados Unidos lucha, y para reparar su da?ada imagen global.
Nueva York, 12 de mayo.
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