Un yate real disputado
Quiz¨¢ la salga m¨¢s rentable al Estado devolver el 'Fortuna' a los que se lo regalaron al Rey
All¨¢ por el a?o 2000, cuando la familia real espa?ola gozaba de un enorme apoyo popular, una veintena de empresarios, junto al Gobierno balear, hizo un espl¨¦ndido regalo al rey Juan Carlos: el yate Fortuna. Era el tercero que disfrutar¨ªa con el mismo nombre y lo ha exhibido durante m¨¢s de una d¨¦cada en los veranos mallorquines para regocijo de invitados ¡ªde otras casas reales o no¡ª y fest¨ªn de los reporteros de la prensa del coraz¨®n.
Las dos embarcaciones anteriores finalizaron su vida activa y pasaron una ¡ªel primer Fortuna¡ª al desguace y la otra ¡ªregalo del rey Fahd de Arabia Saud¨ª¡ª al Museo Ol¨ªmpico de Barcelona, cumpliendo el deseo del propio Monarca. Este tercero, una vez que el Rey ha renunciado a su disfrute, deber¨ªa transferirse al patrimonio del Estado, titular ¨²ltimo del barco, para darle el mejor y m¨¢s rentable uso posible, como dijo la vicepresidenta del Gobierno. Pero es evidente que los tiempos son muy distintos y que el idilio entre Mallorca y la casa real ha sufrido algunos contratiempos.
Cuando los m¨¢s ilustres apellidos del sector tur¨ªstico regalaron el Fortuna al Rey quer¨ªan hacer, en realidad, una buena inversi¨®n. Aquellos paseos por la bah¨ªa de Palma ofrec¨ªan ¡°una extraordinaria imagen internacional de Baleares¡±, como ellos mismos alegaron para gastarse los casi 3.500 millones de pesetas (21 millones de euros) que cost¨® construir el yate. De paso, sus empresas se acog¨ªan a ciertos beneficios fiscales al constituirse en fundaci¨®n. El regalo cumpli¨® su cometido. El flamante yate, libre de las humillantes aver¨ªas del anterior, remolcado una vez por pescadores con el Rey y el pr¨ªncipe de Gales a bordo, ofreci¨® una estampa ideal de las islas.
Pero ahora, tras la renuncia y cuando hay m¨¢s cr¨ªticas a la Monarqu¨ªa, los dadivosos empresarios piden la devoluci¨®n del regalo. Aparte de cuestiones sobre educaci¨®n y buen gusto, ?acaso el yate no cumpli¨® su funci¨®n? De todas formas, el Gobierno deber¨ªa hacer cuentas. Quiz¨¢ resulte m¨¢s econ¨®mico devolver un regalo que genera mucho gasto ¡ªsolo llenar el dep¨®sito cuesta 26.000 euros¡ª y exigir la compensaci¨®n por aquellas exenciones fiscales a las que algunos se acogieron.
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