Educaci¨®n otra vez
La aprobaci¨®n de la nueva reforma educativa sirve para volver a hablar, una vez m¨¢s, de Educaci¨®n. El problema es que el concepto es tan amplio que los comentarios se diversifican y todo el mundo cree tener raz¨®n. Deber¨ªamos empezar por distinguir el ¨¢mbito en el que se educa (escuela, familia, iglesia¡) y no mezclarlos.
Si hablamos de la formaci¨®n en la escuela, debemos dejar el tema solo para los especialistas. Fuera deben quedar las ideolog¨ªas y las presiones externas.
Los ni?os, adolescentes y j¨®venes reciben en las aulas una educaci¨®n que la familia decide, despu¨¦s y fuera del horario escolar, completar con otra formaci¨®n paralela y siempre respetable.
Tambi¨¦n los padres deciden si sus hijos van a estudiar en un colegio religioso, en un centro privado o en una escuela p¨²blica. Entonces, ?qu¨¦ empe?o tiene el Gobierno en no definir las caracter¨ªsticas de uno y de otro?
La ense?anza p¨²blica ofrece integraci¨®n respetando todo tipo de confesiones, ideolog¨ªas y capacidades. Eso es lo que queremos los que llevamos a nuestros hijos a la escuela p¨²blica y los que trabajamos en ella. Hablemos entonces de la ense?anza en los centros p¨²blicos, hablemos de calidad, de logros y tambi¨¦n de necesidades. Hablemos de ese pacto no conseguido para avanzar y no retroceder. Hablemos claro: estos pol¨ªticos, con su af¨¢n de privatizar todos los servicios p¨²blicos, est¨¢n intentando eliminar todo lo que se ha conseguido con a?os de trabajo en manos de estupendos profesionales.¡ª Rosa Santa Dar¨ªa Hern¨¢ndez.?
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