Medir nuestra vida
Espa?a retrocede en el ¨ªndice para una vida mejor. Aparece la imitaci¨®n del PIB como medidor
En el tr¨¢fago continuo de estad¨ªsticas coyunturales no deber¨ªa quedar marginada una medici¨®n que elabora desde hace poco tiempo la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE): el ¨ªndice para una vida mejor, que compara a 36 pa¨ªses del mundo, los m¨¢s ricos y algunos de los emergentes, con una ponderaci¨®n en ¨¢reas tales como vivienda, ingresos, empleo, educaci¨®n, medio ambiente, sanidad... En este ¨ªndice, Espa?a ocupa el puesto 20?, alcanzando sus peores notas en empleo y desigualdad.
Este ¨ªndice de la OCDE, como el de desarrollo humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), trata de superar las limitaciones del producto interior bruto (PIB) como representaci¨®n m¨¢s fidedigna del bienestar de las sociedades. Para algunos cient¨ªficos sociales, una de las razones por las cuales la crisis econ¨®mica sorprendi¨® a tantos es que los sistemas de medici¨®n fallaron, y que los actores de mercados y los funcionarios gubernamentales no se fijaron en el conjunto de los indicadores estad¨ªsticos apropiados. Ni los sistemas de contabilidad privados ni los p¨²blicos fueron capaces de alertar a tiempo y no avisaron de que el aparente buen comportamiento de la econom¨ªa mundial anterior al a?o 2007 pod¨ªa estar alcanz¨¢ndose a expensas del crecimiento futuro, y que parte de esos resultados semejaban un espejismo, pues eran beneficios basados en precios hinchados por una burbuja.
En 2008, ya sumergidos en la Gran Recesi¨®n, el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy encarg¨® a un grupo de expertos encabezados por Joseph Stiglitz, Amartya Sen y Jean-Paul Fitoussi un informe sobre esas limitaciones estad¨ªsticas. El ¨ªndice para una vida mejor de la OCDE est¨¢ basado en aquel informe, que ahora acaba de ser publicado en castellano con todas las reflexiones alrededor de ¨¦l (Medir nuestras vidas, Ediciones RBA).
Stiglitz, Sen y Fitoussi, con un elenco de expertos, parten del hecho de que si las mediciones son err¨®neas, las decisiones que se toman pueden verse distorsionadas. Y tambi¨¦n de la distancia que se produce muchas veces entre las variables macroecon¨®micas y la percepci¨®n ciudadana de la realidad econ¨®mica: ¡°Una de las razones por las que la mayor parte de la gente percibe que est¨¢ peor, aunque el PIB medio suba, es porque efectivamente est¨¢ peor¡±, dicen. Si solo se busca incrementar el PIB de las sociedades, se puede acabar perjudicando a los ciudadanos. Cuando se producen grandes cambios en el nivel de desigualdad (o un cambio en la distribuci¨®n de los ingresos) puede que el PIB, o cualquier otro c¨¢lculo agregado per c¨¢pita, no proporcione una evaluaci¨®n adecuada de la situaci¨®n en que se encuentra la mayor¨ªa de la poblaci¨®n; si las desigualdades aumentan lo bastante con relaci¨®n al incremento medio del PIB, la mayor¨ªa de los ciudadanos puede encontrarse en peor situaci¨®n aun cuando la renta media haya crecido.
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