El ¨¦xito del ¡®caca express¡¯
Un peque?o ayuntamiento de Madrid ha logrado reducir las infracciones devolviendo los excrementos caninos abandonados en la calle a sus amos
Brunete (Madrid, 6.037 habitantes) ha abierto una curiosa senda. El Ayuntamiento del pueblo, harto de fracasadas campa?as contra el abandono de las deposiciones de los perros en sus calles y parques, ha puesto en marcha un m¨¦todo de escasos precedentes: recoger la caca de la mascota y envi¨¢rsela a su due?o dentro de una bolsa. Es verdad que a esta se le adjunta un aviso de que la pr¨®xima vez el inc¨ªvico ciudadano ser¨ªa multado con entre 30 y 300 euros, pero tambi¨¦n es cierto que el conocimiento de la posible penalizaci¨®n no era nuevo. De modo que, tal vez, recibir tan desagradable regalo ha sido el que ha obrado el milagro de que las infracciones se hayan reducido un 70% desde que esta original iniciativa se puso en marcha.
En esta historia, sin embargo, hay m¨¢s de una originalidad. La primera idea municipal fue la de acudir a una empresa de publicidad para hacer una campa?a disuasoria sobre el asunto. Se hizo, pero no dio resultado.
Tras ese primer fracaso, los publicistas, que se han demostrado expertos psic¨®logos, concluyeron que, dado que los infractores parec¨ªan olvidarse de los excrementos de sus perros, lo mejor era activarles la memoria devolvi¨¦ndoselos. As¨ª naci¨® el caca express. Se utilizaron voluntarios que, una vez observado el olvido, charlaban amigablemente con el due?o preguntando por el nombre del can y su raza. A los pocos minutos, accediendo a la base de datos, el Ayuntamiento daba con el due?o y su domicilio y le hac¨ªa el amable env¨ªo, lo que los administrados pillados en falta han tomado, en general, con cierto sentido del humor.
Este caso demuestra lo sencillo que puede resultar concienciar a la gente sobre su inc¨ªvico comportamiento. Hace a?os que voluntarios lesionados medulares explican en los colegios el resultado de una mala conducci¨®n, un elemento que, probablemente, forma parte de las mejoras en seguridad vial.
En este caso, se plantean cuestiones menos graves. Por ejemplo, puede que los due?os de perros de Brunete no vuelvan a charlar con desconocidos en la calle. Lo que es seguro es que se abstendr¨¢n de olvidarse de algunas cosas a la vista de cualquiera.
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