La hora de Isabel
Recuperamos la entrevista con la dise?adora Isabel Marant, cuyo estilo mestizo, humilde y delicado, est¨¢ hecho a la medida de esta nueva era. La modista francesa ser¨¢ la pr¨®xima en dise?ar una colecci¨®n para la firma H&M
Toda chica deber¨ªa tener en alg¨²n momento de su vida una amiga como Isabel Marant. Vivaz, apasionada, simp¨¢tica, c¨¢lida, inteligente. Una de esas personas que te empujan a mejorar. Seguramente por eso tantas mujeres conectan con su ropa. Han pasado 16 a?os desde que se estableciera como una firma de moda en Par¨ªs, pero en los ¨²ltimos seis ha pegado un salto de popularidad. No porque ella haya variado su discurso, basado en una muy francesa mezcla de hipismo, androginia, bohemia y delicadeza. Aunque ha intensificado sus esfuerzos de promoci¨®n y expansi¨®n, la dise?adora, de 43 a?os, sigue en sus trece. Pero el mundo, de pronto, la escucha mucho m¨¢s. Carmen Vega y Ana B¨²fala empezaron a hacerlo hace 15 a?os, cuando le compraron dos abrigos de cuero en una feria parisiense. Ella ten¨ªa un stand min¨²sculo e iba con su madre. Ellas empezaban con una tienda, llamada Scooter, en Madrid. Desde entonces han vendido ininterrumpidamente sus colecciones. ¡°Siempre hemos cre¨ªdo en ella. Y eso que al principio no lo entend¨ªa nadie. Ahora est¨¢ muy de moda, pero cuando sac¨® leggings hace cinco a?os, nadie los compraba¡±, explican Carmen y Ana.
Hace tres meses, su relaci¨®n se estrech¨® todav¨ªa m¨¢s. Las espa?olas abrieron una tienda Isabel Marant a dos pasos de la suya. ¡°Nos gusta su forma de ser, c¨®mo ha ido creciendo despacio, manteniendo un n¨²cleo muy familiar. Cada prenda se la prueba y la corrige sobre ella misma. Es fiel a sus principios¡±.
PREGUNTA: La apertura en abril de su primera tienda en Nueva York gener¨® una enorme expectaci¨®n. ?Para triunfar de forma global sigue siendo necesaria la conquista de Am¨¦rica?
RESPUESTA: En Europa aprecian mucho mi trabajo. En Espa?a y en los pa¨ªses escandinavos tengo mucho apoyo. Pero me faltaba Estados Unidos. Sent¨ªamos que ten¨ªamos la capacidad de tener m¨¢s ¨¦xito all¨ª. De todas formas, mi objetivo no es ser masiva. Quiero mantener mi compa?¨ªa peque?a. La delicadeza es fundamental. Quiero estar presente en las principales capitales de la moda, pero de la forma que mejor me representa y en la que creo.
P: ?A qu¨¦ atribuye esa sinton¨ªa con Espa?a?
R: Es una cuesti¨®n de filosof¨ªa. Lo que yo dise?o es f¨¢cil, pero no superficial. Puedes llevarlo durante mucho tiempo, tiene su lado po¨¦tico, es diferente, pero no demasiado¡ Mucha gente en Espa?a se reconoce en eso y me siento muy cerca de Espa?a en mi esp¨ªritu, en mis gustos¡ Es dif¨ªcil de expresar, pero creo que compartimos muchos puntos de filosof¨ªa vital.
P: Su filosof¨ªa est¨¦tica y su concepto parecen hechos a la medida de una ¨¦poca que busca una moda m¨¢s sensible, humilde y discreta. Pero ?qu¨¦ pasaba antes? ?Se sent¨ªa excluida cuando se favorec¨ªa la ostentaci¨®n y una sexualidad agresiva?
R: No pienso en esos t¨¦rminos. Es cierto que durante los a?os dorados de Tom Ford no sent¨ªa que fuera mi tiempo. Pero siempre he tenido seguidoras, mujeres que no quer¨ªan ser tan abiertamente sexys, que no compart¨ªan esa imagen. Siempre hay sitio para estilos diferentes. Nunca so?¨¦ con ser una dise?adora muy famosa, sino con poder dise?ar lo que quisiera y como quisiera. Por eso siempre he rechazado las propuestas para ser comprada por una gran compa?¨ªa. Para m¨ª, el mayor lujo es que nadie me diga qu¨¦ tengo que hacer. Cuanto m¨¢s he seguido mi instinto, m¨¢s ¨¦xito he tenido.
P: ?Le han hecho muchas ofertas para vender?
R: S¨ª, bastantes. Es agradable. Significa que a la gente le interesa lo que hago. Pero nunca me he sentido tentada de verdad. S¨¦ c¨®mo termina casi siempre. Era muy joven cuando cre¨¦ mi compa?¨ªa y mi pol¨ªtica siempre ha sido ir paso a paso, sin prisas. He aprendido de mis errores. Somos realistas. No so?amos con imposibles, s¨®lo queremos ser fieles a nosotros mismos.
"Ha ido creciendo despacio, manteniendo un n¨²cleo familiar", seg¨²n las propietarias de su tienda en Madrid
P: Esos pasos no han sido los t¨ªpicos. Empez¨® con una colecci¨®n de joyer¨ªa, luego una de punto y finalmente la ropa.
R: S¨ª, empec¨¦ con las joyas, reinvert¨ª lo que gan¨¦ y fui creciendo despacio. En un momento dado, me pidieron que hiciera una colecci¨®n de punto con mi madre y lo hicimos juntas hasta que ella tuvo problemas econ¨®micos en su empresa. As¨ª que me qued¨¦ sola. A mediados de los noventa empec¨¦ a estar m¨¢s segura de m¨ª misma y a organizar mi marca, con desfiles y todo lo dem¨¢s. Y mi madre acab¨® trabajando conmigo hasta que se retir¨®.
P: Su madre, una modelo alemana, se separ¨® de su padre, un franc¨¦s de libro, siendo usted ni?a. Seg¨²n su propio relato, ¨¦l se cas¨® con una mujer caribe?a que fue como una segunda madre. Las relaciones entre todos ellos han sido inusualmente fluidas. ?Qu¨¦ efecto ha tenido esa mezcla en su trabajo?
R: Sin duda, ha influido. Fui educada en un entorno multicultural. Pero mi forma de hacer las cosas tiene mucho que ver con mis viajes. He estado en India, en ?frica¡ Era muy joven y no ten¨ªa un duro, pero me iba a todas partes con mi mochila. Siempre me fascin¨® c¨®mo la gente que menos tiene es capaz de crear los objetos m¨¢s hermosos a partir de la nada. Soy una gran amante de la artesan¨ªa, me fascina ver lo que el ser humano es capaz de hacer con sus manos. No me gustan los diamantes, ni los pedruscos. Cuando volv¨ª a Par¨ªs despu¨¦s de tres meses en ?frica quise reproducir lo que hab¨ªa visto. As¨ª naci¨® mi colecci¨®n de joyas.
P: ?Colaboraba con esos artesanos en sus colecciones?
R: Al principio, mucho. Me hac¨ªan bordados o botones con t¨¦cnicas tradicionales. Una maravilla. Por desgracia, cuando tu negocio crece, todo se complica. Tienes que ser muy estricto con las fechas de entrega. Y la relaci¨®n se convirti¨® en una pesadilla. Estamos hablando de poblados remotos donde a veces ni siquiera hab¨ªa un tel¨¦fono al que llamar si las piezas no llegaban. Pero fue una de las ¨¦pocas m¨¢s bonitas de mi vida. Estaba loca. Miraba libros, encontraba pueblos n¨®madas que ten¨ªan un legado de artesan¨ªa especial y me iba a buscarlos. Eso funcionaba cuando la empresa era peque?a. Ese es el problema de crecer. Te impide hacer ciertas cosas. Y yo quiero seguir teniendo la posibilidad de trabajar as¨ª, de tener un contacto y una escala humana. En todo caso, me alegra que con la toma de conciencia de la industria se fomente cada vez m¨¢s la relaci¨®n con estos talleres tradicionales.
P: ?Es real esa toma de conciencia?
R: Hay mucha falsedad. Yo no pretendo vender que hago moda sostenible. No es cierto. Mucha gente s¨®lo quiere sacar partido de todo esto, ahora ser ecol¨®gico es pol¨ªticamente correcto.
P: Ahora mismo tiene una legi¨®n de imitadores, y eso que usted ha sido muy activa en la denuncia de las copias ante los tribunales. ?Soluciona eso algo?
Amo la artesan¨ªa. Me fascina lo que el ser humano puede crear con sus manos. En cambio, no me gustan los diamantes"
R: Bueno, al menos he conseguido que me paguen mucho dinero. Les he demandado muchas veces y siempre he ganado. A Gap y muchas otras marcas. Es desagradable c¨®mo te copian. Pero ¨²ltimamente lo hacen de forma m¨¢s inteligente. Antes replicaban exactamente, pero han perdido mucho dinero conmigo y ahora introducen peque?as modificaciones. Si hago una falda con cinco volantes, ellos la producen con cuatro. Ahora estoy teniendo problemas con EE UU. Est¨¢n empezando a copiarme mucho. Los zapatos, por ejemplo. Pero la legislaci¨®n aqu¨ª es diferente y para poder reclamar que algo es un plagio de un dise?o tuyo tienes que tenerlo previamente registrado. Y registrar todo lo que haces cuesta una fortuna.
P: ?C¨®mo afectan esas copias a su negocio?
R: Todo se vuelve lo mismo. Antes, si una temporada dabas con una idea potente, pod¨ªas continuar con ella la siguiente. Hacerla evolucionar. Ahora es imposible. Las tendencias estallan inmediatamente y no tienen recorrido. Tienes que renovarte por completo cada seis meses porque tus ideas han estado tan machacadas que parecen viejas. Hay copias que llegan a las tiendas antes que mis productos. Adem¨¢s, estas firmas se ahorran intermediarios y producen m¨¢s r¨¢pido y m¨¢s barato. La gente piensa que t¨² eres el ladr¨®n por cobrar tres veces m¨¢s que ellos y que, adem¨¢s, se te ocurri¨® despu¨¦s. Es muy injusto.
P: ?Qu¨¦ hace una persona tan poco consumista y vanidosa como usted viviendo del consumismo y la vanidad de otros?
R: Cada temporada, cuando empiezo una nueva colecci¨®n me cuesta mucho. Despu¨¦s de los desfiles, todo esto me asquea durante una temporada. Yo no me compro casi nada, odio el consumismo. Y no siempre es f¨¢cil esquivar esta paradoja. Pero cuando creas algo que est¨¢ bien hecho y trabajado, que est¨¢ bien concebido¡ No necesitas miles de cosas, pero es bonito poseer algunas durante mucho tiempo.
P: Para crear objetos con otro recorrido, ?por qu¨¦ no escapar del sistema de dos temporadas y de los desfiles convencionales?
R: He intentado salirme de esa rueda, pero necesitas tener mucho ¨¦xito para poder saltarte las normas. Mis primeros desfiles eran con gente de la calle, luego hab¨ªa c¨®cteles¡ Ven¨ªan mis amigos, la gente fiestera de Par¨ªs. Pero me convencieron de que si no pasaba por el aro de las presentaciones con modelos -y en un horario m¨¢s sensato que las diez de la noche-, no iba a conseguir nada. Esto es mucho menos divertido, pero mucho m¨¢s eficaz.
P: ?Por qu¨¦ su estudio est¨¢ ¨ªntegramente formado por mujeres?
R: No ha sido algo deliberado. Se ha ido creando as¨ª. Es un universo muy familiar y femenino. No s¨¦ por qu¨¦. Los hombres son m¨¢s creativos porque no tienen nada que les detenga, trabajan con la imaginaci¨®n y no parten de su realidad. Por eso la innovaci¨®n en la moda surge m¨¢s de ellos que de las mujeres. Pero las mujeres son m¨¢s pragm¨¢ticas. Saben instintivamente lo que otra busca en una pieza de ropa.
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