Tolerancia cero con las excusas
No puedo, no tengo tiempo, no s¨¦... los seres humanos somos expertos en crear pretextos Si perdemos la pelea interior ante los desaf¨ªos, ni actuaremos ni resolveremos
Podemos cambiar los h¨¢bitos, incluso los mentales que nos llevan a tratar de sobreprotegernos con las excusas, haciendo que perdamos oportunidades en la vida. La costumbre negativa de la procrastinaci¨®n se puede sustituir por rutinas de acciones disciplinadas y responsables. Pero ?de d¨®nde proceden las excusas?, ?c¨®mo ser¨ªa nuestra vida sin ellas? Y sobre todo, ?c¨®mo dejar de ponerse pretextos?
Los h¨¢bitos, sean buenos o malos, tienen un prop¨®sito claro que resulta muy beneficioso: ahorrar esfuerzo. Aunque parezca sorprendente, una gran parte de las acciones que realizamos son automatismos inconscientes y no decisiones reflexivas. Por eso convierten los comportamientos en rutinas que tratan de ahorrar tiempo y energ¨ªa. Pero ?y si esa costumbre estuviese privando a una persona de lo que m¨¢s quiere? Eso es precisamente lo que ocurre con las excusas.
Una excusa es peor
y m¨¢s terrible que una mentira¡±
(Alexander Pope)
Seguramente los pretextos est¨¢n m¨¢s cerca del enga?o que del argumento, porque suenan m¨¢s a justificaci¨®n subjetiva que a raz¨®n objetiva. El ser humano es experto en crearlas. Tal vez las que siguen son algunas de las m¨¢s frecuentes: ¡°Es dif¨ªcil. Es arriesgado. Alg¨²n d¨ªa. Crear¨¢ problemas en casa. No me lo merezco. No me lo puedo permitir. Nadie me va a ayudar. No soy lo suficientemente inteligente. No s¨¦ c¨®mo hacerlo. Soy demasiado mayor. Soy demasiado joven. Qu¨¦ pensar¨¢n de m¨ª. No tengo la energ¨ªa necesaria. No tengo tiempo. Lo har¨¦ cuando me retire. Ahora no es el momento. Esperar¨¦ una oportunidad¡¡±.
Dice Camilo Cruz en su conocido libro La vaca: ¡°El verdadero enemigo del ¨¦xito no es el fracaso, como muchos piensan, sino el conformismo y la mediocridad. Todos cargamos con m¨¢s vacas de las que estamos dispuestos a admitir; excusas que ni nosotros mismos creemos, con las que pretendemos explicar por qu¨¦ no hemos hecho lo que sabemos que tenemos que hacer¡±. Seguramente el autor se refiere al ¡°juego interno del ¨¦xito¡±. ?En qu¨¦ consiste semejante concepto?
La costumbre de empezar como filosof¨ªa de vida
"La innovaci¨®n es misteriosa. La inspiraci¨®n es, en gran parte, impredecible. Pero es obvio, por todos los ¨¦xitos que vemos en el mercado, que podemos dar la talla. Cuando la costumbre se arraiga y te conviertes en un iniciador, en el centro del c¨ªrculo, cada vez encontrar¨¢s m¨¢s cosas en las que fijarte y m¨¢s proyectos que iniciar. El impulso aumenta y cada vez se te da mejor generarlo. Si te metes en la cama por la noche con la certeza de que la gente espera que te pases el d¨ªa siguiente iniciando cosas, te despertar¨¢s con una lista. Y a medida que la gente que te rodea adopte tambi¨¦n la costumbre de conectar, mejorar e ir m¨¢s all¨¢, los beneficios ser¨¢n evidentes. Esta idea tan prosaica, el simple acto de empezar, es en realidad profundamente transformadora".
('Hazlo', de Seth Godin).
Las personas desarrollan dos clases de juegos: el interno y el externo. El interno sucede en nuestra mente. Es la pelea interior que tenemos que resolver ante un desaf¨ªo de la vida, una decisi¨®n compleja o una situaci¨®n de cambio. El juego externo consiste en actuar y resolver. Cuando una persona pierde la partida interna, lo m¨¢s seguro es que acto seguido ocurra lo mismo con la externa. Es decir, cuando alguien se pone excusas, lo m¨¢s seguro es que no actuar¨¢. Y si bien no experimentar¨¢ un fracaso, tampoco conseguir¨¢ un ¨¦xito y, lo que es peor, no tendr¨¢ una experiencia de aprendizaje.
Pero adem¨¢s los pensamientos est¨¢n expuestos a las mentes de otras personas continuamente; es decir, son susceptibles de contaminarse con el contagioso virus de la excusa. Algunas personas lo incuban desde peque?as, ya que antes de los diez a?os todos hemos sido expuestos a un surtido variado de memes (unidad de informaci¨®n transmisible de persona a persona por imitaci¨®n). Cuando un meme entra en la mente, sin duda va a influirla sutilmente. Por suerte, siempre es posible cambiar cualquier patr¨®n mental adicto a las excusas, no importa cu¨¢nto tiempo haya tomado el condicionamiento. ?C¨®mo? Con la autodisciplina.
Mucha gente piensa que el ¨¦xito viene de la buena suerte o de un talento enorme, pero muchas personas de ¨¦xito alcanzan sus mayores logros de una manera m¨¢s sencilla: a trav¨¦s de la autodisciplina, a trav¨¦s de vivir sin pretextos.
No importa de qu¨¦ ¨¢rea de la vida se habla: relaciones, car¨¢cter, salud, ¨¦xito personal, condici¨®n f¨ªsica, negocios, gesti¨®n del tiempo, amistad y familia, liderazgo, consecuci¨®n de objetivos, ventas, finanzas, soluci¨®n de problemas¡ la autodisciplina siempre es la clave. Basada en el dominio de s¨ª mismo o autocontrol, es realmente la respuesta para conseguir lo que una persona se propone. Importa m¨¢s la voluntad que la formaci¨®n o la inteligencia. Cuando una persona puede elevar el nivel de su autodisciplina, se convierte casi en imparable.
Lo que sigue son cinco actitudes para acabar con el h¨¢bito de las evasivas: disciplina, persistencia, coraje, coherencia, trabajar con objetivos y autorresponsabilidad.
Hay mil excusas
para fallar, pero ni una sola buena raz¨®n¡±
(Mark Twain)
La primera es la m¨¢s poderosa. Puede sonar a obligaci¨®n, pues parece sugerir una acci¨®n forzada, pero nada m¨¢s lejos de la realidad: disciplina en realidad significa ser disc¨ªpulo de una idea que se ama. Precisamente por seguir una elecci¨®n guiada por la autoestima, somos capaces de decir adi¨®s para siempre a las excusas.
Pero ?c¨®mo activar la autodisciplina? Aqu¨ª es donde pide en??trada el concepto de las buenas preguntas que abren nuevos paradigmas de percepci¨®n.
Alguien dijo que cuando se afronta un problema, todo lo que se necesita para hacerle frente es formularse una buena pregunta y atreverse a responderla. No una pregunta cualquiera, sino una pregunta que haga pensar y tambi¨¦n que permita intuir cu¨¢l es la mejor decisi¨®n. En efecto, todo lo que necesita una excusa para disolverse es una pregunta certera.
Las preguntas son una poderosa herramienta para el cambio personal y la toma de decisiones importantes. En el coaching se usan con frecuencia para dise?ar nuevas perspectivas. Las preguntas, como siempre exigen una respuesta concreta, ayudan a crear un nuevo modo de ver las situaciones y consecuentemente a generar un cambio de actitud o mentalidad.
Disciplina es el puente entre las metas
y los logros¡± (Jim Rohn)
Estas son las preguntas que ayudan a disolver las excusas: ?de d¨®nde procede?, ?es verdad?, ?c¨®mo es mi vida con ella?, ?c¨®mo ser¨ªa mi vida si la dejara de lado?, ?qu¨¦ se esconde realmente tras ella?
Cinco preguntas nada m¨¢s, pero, una vez formuladas, el inconsciente ya no puede dejar de pensar en ellas y buscar¨¢ respuestas aqu¨ª y all¨¢ hasta que las encuentre.
Lo primero que suele descubrirse es que la mayor¨ªa de los pretextos simplemente no son verdad, y nunca lo han sido, solo eran hip¨®tesis sin confirmar. Otra certeza que se adquiere tras formular la mencionada bater¨ªa de preguntas es que son¡ ?argumentos de otras personas! Puede parecer rid¨ªculo, y en realidad lo es, pero as¨ª es como sucede. Alguien dice: no se puede esto o no conviene lo otro¡ y quien lo oye confunde una opini¨®n no contrastada con una verdad justificada.
Lo siguiente que ocurre despu¨¦s de reflexionar sobre estas cuestiones es que las personas descubren cu¨¢nto se pierden en realidad y el elevado precio que acaban pagando por autoenga?arse: tratamos de protegernos de cometer un error, y el efecto es que el miedo que inspira las excusas siempre es una estafa.
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