Talento Femenino: ?De qui¨¦n es la responsabilidad?
Autoretrato "Tamara en Bugatti verde" 1929, Tamara Lempicka
Si tuvieras que contratar a un directivo, ?te decantar¨ªas por un hombre o por una mujer? La estad¨ªstica nos se?ala que tu elecci¨®n ser¨ªa la de un hombre en el 79% de los casos y la de una mujer en el 21%. Son datos de 2.013 en Espa?a. Pero si los empresarios espa?oles conocieran los resultados de uno de los ¨²ltimos estudios realizados por Jack Zenger, autoridad mundial en el desarrollo del liderazgo, quiz¨¢ no lo tuvieran tan claro. Seg¨²n este investigador, las mujeres tenemos un ¨ªndice de efectividad media en el liderazgo del 53% frente al 49% de los hombres. Si observamos bajo la lupa la efectividad de ambos sexos veremos que de un total de diecis¨¦is habilidades analizadas las mujeres salen mejor valoradas en todas, excepto en un ¨²nico caso: la perspectiva estrat¨¦gica, en la que los hombres han sido mejor puntuados. Los datos anteriores son el resultado de una encuesta realizada a 7.280 l¨ªderes a nivel mundial, de los cuales la mayor parte eran varones (64%).
Diferencia en la evaluaci¨®n de habilidades en el liderazgo (?ndice de Efectividad):
Hombres
Mujeres
Toma de iniciativas
48
56
Pr¨¢cticas de autodesarrollo
48
55
Alta integridad y honestidad
48
55
Orientaci¨®n a resultados
48
54
Desarrollo de otras personas
48
54
Inspirar y motivar a otras personas
49
54
Construir relaciones
49
54
Colaboraci¨®n y trabajo en equipo
49
53
Establecer objetivos ambiciosos
49
53
Impulsar el cambio
49
53
Resoluci¨®n y an¨¢lisis de problemas
50
52
Comunicaci¨®n poderosa y prol¨ªfera
50
52
Conectar el grupo con el mundo exterior
50
51
Innovar
50
51
Experiencia t¨¦cnica o profesional
50
51
Desarrollo de la perspectiva estrat¨¦gica
51
49
Fuente: Jack Zenger (2012)
Ahora bien, aunque parece que queda claro que las mujeres son reconocidas en el terreno profesional, si nos ce?imos a los datos antes comentados, solo el 21% de los directivos y el 32% de los mandos medios son mujeres (con respecto a 2.012 el porcentaje de mujeres directivas en empresas de m¨¢s de 100 empleados ha descendido del 24% al 21%). Entonces, ?a qu¨¦ se debe esta divergencia?, ?d¨®nde est¨¢ el problema? Algo ocurre.
Sabemos que la incorporaci¨®n de la mujer al mundo laboral es un acontecimiento hist¨®rico si rebobinamos siglos atr¨¢s y que la maternidad no siempre es f¨¢cil de compatibilizar con posiciones que exigen m¨¢s all¨¢ de las ocho horas diarias. Sabemos, adem¨¢s, que existen los famosos techos de cristal en las organizaciones, y que pese a son transparentes dificultan la posibilidad de ascenso a determinados tipos de perfiles en ciertas empresas. De acuerdo, todo lo anterior lo sabemos¡ sin embargo, algo se nos escapa.
Existen motivos mucho m¨¢s sutiles. Despu¨¦s de trabajar durante a?os en el desarrollo del talento, he identificado tres causas por las que adem¨¢s de los factores anteriores, las mujeres tenemos unas dificultades a?adidas para el ascenso que est¨¢n directamente relacionadas con nuestras habilidades personales y, como no, con nuestros miedos. A saber:
Nos cuesta ¡°vender¡± nuestro trabajo. En los programas de talento que imparto, me he encontrado con una creencia muy extendida entre muchas mujeres. Pensamos que con hacer bien nuestro trabajo es suficiente. Y me temo que no es as¨ª, en especial en las grandes empresas. No solo hay que trabajar bien, sino que adem¨¢s hay que saber transmitirlo. Lo que aqu¨ª nos limita es una creencia bastante arraigada entre nosotras y basada en ¡°comportarnos como buenas chicas¡± dentro de unas normas y esperar que sean otros los que propaguen "nuestras virtudes" (por supuesto se trata de una generalizaci¨®n, pero es una creencia en mi opini¨®n bastante extendida). El temor de fondo es el miedo al rechazo, cuya deformaci¨®n es el miedo al rid¨ªculo. Y ya sabemos que el precio que pagamos es alto.
No sabemos gestionar adecuadamente nuestra red de contactos. Tener visibilidad en una empresa es una responsabilidad que comienza en el propio profesional sabiendo hablar adecuadamente de su talento y por supuesto, sabiendo dedicar tiempo a la red de contactos a la que transmit¨ªrselo. Este punto es otra de nuestras carencias m¨¢s importantes. Si alguien desea ascender, construir una red de contactos dentro y fuera de la organizaci¨®n ha de formar parte de su agenda diaria.
Nos cuesta ser asertivas en la defensa de nuestros propios intereses. Por ¨²ltimo, las mujeres tenemos dificultades para ser asertivas al expresar nuestras necesidades y lo que es peor, incluso existen prejuicios contra aquellas que lo saben hacer. Una de las investigaciones que m¨¢s me impactaron en este punto fue la publicada en la Universidad de Harvard sobre diferencias de g¨¦nero. Cuando una de las autoras le pregunt¨® a su decano por qu¨¦ los hombres impart¨ªan clases de doctorado y las mujeres eran meras asistentes a dichas clases, la respuesta fue contundente: Porque los hombres se lo pidieron y las mujeres no. Aquello dio pie a una investigaci¨®n sobre nuestra asertividad y sus consecuencias. Mostraron a hombres y mujeres un video sobre la negociaci¨®n salarial de una serie de candidatos y candidatas en un supuesto proceso de selecci¨®n para que ellos escogieran a la persona que m¨¢s les hab¨ªa gustado y a las que finalmente contratar¨ªan (como podemos presuponer, los candidatos eran realmente actores y actrices con un patr¨®n de respuesta). Tanto las mujeres como los hombres alabaron a los hombres que protagonizaron una negociaci¨®n m¨¢s agresiva, bajo el pretexto de que ten¨ªan claro lo que quer¨ªan; al tiempo que, igualmente tanto mujeres como hombres, penalizaron a las mujeres que jugaron el mismo rol porque hab¨ªan sido menos agradables ("less nice") y, por lo tanto, no las contratar¨ªan. La conclusi¨®n es escalofriante. M¨¢s all¨¢ de la falta de oportunidades, parece que por un lado a las mujeres nos cuesta expresar abiertamente nuestras necesidades y lo que es peor, tenemos un prejuicio social hacia aquellas mujeres que tienen claro lo que quieren.
En definitiva, si queremos desarrollar el talento femenino tanto los m¨¢ximos responsables de las empresas como las propias mujeres tenemos que asumir un compromiso y una responsabilidad, lo que significa poner ¨¦nfasis en pol¨ªticas internas y por supuesto, desarrollar habilidades que favorezcan los ascensos. Los datos demuestran que podemos ser muy efectivas como l¨ªderes, pero necesitamos poner en valor nuestro trabajo, gestionar adecuadamente nuestra red de contactos, ser m¨¢s asertivas en la defensa de nuestros propios intereses y por supuesto, no juzgar a aquellas personas que realmente lo hacen.Todos las empresas necesitan de la diversidad para funcionar adecuadamente. Hoy por hoy, esto todav¨ªa no ocurre en los equipos directivos. Podemos culpar a la historia o la cultura, pero mucho me temo que queda mucho trabajo por hacer, y que ¨¦ste empieza en cada una y cada uno de nosotros.
<h3 >Recetas:
Si quieres ascender en una organizaci¨®n, no solo has de realizar adecuadamente el trabajo, adem¨¢s has de:
- Saber poner en valor lo que haces, es decir, aprovecha las oportunidades que tengas para relatar tu desempe?o, tus ¨¦xitos¡ desde la humildad pero tambi¨¦n desde la seguridad y la satisfacci¨®n personal.
- Dedicar tiempo a la gesti¨®n de tu red de contactos. De alg¨²n modo, haz que las personas que tienen poder de decisi¨®n sepan de ti. Incluye en tu agenda comer con determinadas personas o asistir a eventos, reuniones, donde acudan personas que sean influyentes en tu entorno. Cuidar la red de contactos es un trabajo en s¨ª.
- Expresar abiertamente tus intereses y necesidades, es decir, s¨¦ asertiva y si deseas aspirar a un puesto, no esperes que nadie de tu ¨¢mbito lo imagine, simplemente expr¨¦salo de manera efectiva. Y por supuesto, si en tu entorno hay una persona que es capaz de hacerlo, aprende de ella pero sin juzgar. Es un flaco favor que nos hacemos.
- Saber poner en valor lo que haces, es decir, aprovecha las oportunidades que tengas para relatar tu desempe?o, tus ¨¦xitos¡ desde la humildad pero tambi¨¦n desde la seguridad y la satisfacci¨®n personal.
- Dedicar tiempo a la gesti¨®n de tu red de contactos. De alg¨²n modo, haz que las personas que tienen poder de decisi¨®n sepan de ti. Incluye en tu agenda comer con determinadas personas o asistir a eventos, reuniones, donde acudan personas que sean influyentes en tu entorno. Cuidar la red de contactos es un trabajo en s¨ª.
- Expresar abiertamente tus intereses y necesidades, es decir, s¨¦ asertiva y si deseas aspirar a un puesto, no esperes que nadie de tu ¨¢mbito lo imagine, simplemente expr¨¦salo de manera efectiva. Y por supuesto, si en tu entorno hay una persona que es capaz de hacerlo, aprende de ella pero sin juzgar. Es un flaco favor que nos hacemos.
Las mujeres podemos ser muy eficaces como l¨ªderes pero para desarrollar nuestro talento necesitamos poner en valor nuestro trabajo, gestionar adecuadamente nuestra red de contactos, ser m¨¢s asertivas en la defensa de nuestros propios intereses y por supuesto, no juzgar a aquellas otras mujeres que realmente lo hacen.
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