Un emir de 33 a?os, ante el poder absoluto
En un gesto ins¨®lito, el jeque de Catar ha abdicado esta semana en su hijo Tamim Este joven manejar¨¢ el destino de una de las naciones m¨¢s ricas del planeta, clave en el equilibrio geopol¨ªtico ¨¢rabe, cuyo poder se extiende a mundos muy diversos, incluido el del f¨²tbol ?Un giro de modernizaci¨®n o solo un cambio menor para que todo siga igual?
A uno de los hermanos del nuevo emir de Catar le gusta la velocidad. Ning¨²n problema cuando corre en un circuito. Pero, en ocasiones, tambi¨¦n aprieta el acelerador por las amplias avenidas de La Perla, uno de los nuevos barrios de Doha. A pesar de su imparable crecimiento, la capital catar¨ª sigue siendo un pueblo en muchos aspectos, y los locales cuentan que el jefe de la polic¨ªa andaba apurado despu¨¦s de que sus hombres interceptaran varias noches al jeque Jaled a m¨¢s velocidad de la permitida. Alguien se lo coment¨® al todav¨ªa heredero jeque Tamim, quien pidi¨® al responsable policial que la pr¨®xima ocasi¨®n detuviera al imprudente piloto y le llamara. As¨ª lo hizo y, seg¨²n las fuentes, el rapapolvo fue muy convincente.
La an¨¦cdota, como tantas otras que circulan en los cen¨¢culos de Doha, es imposible de verificar, pero da una pista sobre el car¨¢cter pragm¨¢tico que se atribuye a Tamim bin Hamad al Thani, que esta semana ha accedido al poder tras la abdicaci¨®n de su padre, el jeque Hamad. El inusual gesto le ha convertido, a sus 33 a?os, en el monarca m¨¢s joven de entre los que gobiernan en la pen¨ªnsula ar¨¢biga y en el primero de ellos en haber nacido despu¨¦s que su propio pa¨ªs.
Tamim es el cuarto hijo var¨®n del jeque Hamad y el segundo con su esposa favorita, la medi¨¢tica jequesa Mozah, a quien se atribuye en gran medida el impulso modernizador de su marido. Fue educado en colegios privados del Reino Unido y, como su padre y otros l¨ªderes de Oriente Pr¨®ximo, acudi¨® a la Academia Militar de Sandhurst. Pero ha sido su vinculaci¨®n al deporte lo que le ha dado a conocer dentro y fuera de Catar.
Logr¨® el mundial de f¨²tbol de 2022 y est¨¢ detr¨¢s de la empresa propietaria del Club Paris Saint-Germain
Presidente desde el a?o 2000 del Comit¨¦ Ol¨ªmpico de su pa¨ªs, a ¨¦l se le atribuy¨® el ¨¦xito de los Juegos Asi¨¢ticos de 2006 y fue felicitado por lograr el Mundial de f¨²tbol de 2022, aunque no tuvo suerte con los Juegos Ol¨ªmpicos de 2020. Tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s de Qatar Sport Investments, la empresa propietaria del club de f¨²tbol Paris Saint-Germain. Menos conocida es su influencia en la participaci¨®n por primera vez en unos Juegos de varias atletas catar¨ªes el a?o pasado en Londres.
Al margen de que est¨¢ casado con una prima, la jequesa Jawaher, con la que tiene cuatro hijos, y con una segunda mujer, Al Anud al Hajri, con la que tiene otros dos, poco m¨¢s se conoce de su vida privada. Hay im¨¢genes suyas jugando al tenis, al b¨¢dminton, e incluso, a los bolos, nada menos que con el anterior jefe del Ej¨¦rcito egipcio, el general Mohamed Hussein Tantawi. Tambi¨¦n las hay haciendo fotos con su iPhone como cualquier moderno que se precie. Aunque llama la atenci¨®n que, a diferencia de otros pr¨ªncipes de los pa¨ªses vecinos, su cuenta de Twitter (@HHSheikhTamim) permanece inactiva.
Hamad se refiri¨® a la necesidad de un cambio generacional durante el discurso en el que anunci¨® su decisi¨®n de pasar el testigo, a la que los analistas han buscado diferentes lecturas. Para algunos, intenta dar coherencia al apoyo que Catar ha mostrado a los cambios en los pa¨ªses de la primavera ¨¢rabe, mientras se le acusaba de no hacer reformas en casa. Para otros, se trata de permitir un giro en una pol¨ªtica exterior cuyas ambiciones empiezan a chocar con los l¨ªmites de la realidad. Otros, en fin, han aludido a problemas de salud, algo que hubiera podido soslayar cediendo responsabilidades al heredero sin necesidad de renunciar.
Tal vez, como ha mencionado Wadah Khanfar, buen conocedor del emirato y ex director general de Al Jazeera, la ¨²nica explicaci¨®n sea el car¨¢cter del jeque Hamad, el hombre que ha puesto a Catar en el mapa. No cabe duda de que ha dado la campanada. Como cuando en 1996, un a?o despu¨¦s del golpe palaciego en el que destron¨® a su padre, lanz¨® esa cadena de televisi¨®n pan¨¢rabe. Luego, ayudado por los fenomenales ingresos de las terceras reservas mundiales de gas natural, multiplic¨® la econom¨ªa por siete, moderniz¨® el pa¨ªs y se embarc¨® en una fren¨¦tica diplomacia. Su empe?o ha hecho que un Estado de 11.500 kil¨®metros cuadrados (similar a la provincia de Murcia) y apenas 250.000 nacionales (a los que hay que sumar 1,5 millones de extranjeros) sea imprescindible para resolver cualquier crisis regional.
Es un enorme peso el que recae sobre los hombros de Tamim. Incluso con los recursos que da el estar al frente de una de las naciones m¨¢s ricas del planeta, los retos y los riesgos van tambi¨¦n en consonancia.
¡°Estoy plenamente convencido de que est¨¢ a la altura de la responsabilidad, merece la confianza y es capaz de cumplir la misi¨®n¡±, declar¨® su padre al anunciar el traspaso de poder. Y sin duda, el jeque Hamad se ha encargado de prepararle para ello desde que hace 10 a?os, en un cambio nunca explicado, su hermano Jasim, un a?o mayor, y tambi¨¦n hijo de Mozah, renunci¨® a ser el heredero. Sus compromisos de gobierno se han incrementado sobre todo en los ¨²ltimos tres a?os, cuando empez¨® a prepararse con discreci¨®n el relevo.
Tamim es el cuarto hijo var¨®n del jeque Hamad y el segundo con su esposa favorita, la medi¨¢tica jequesa Mozah
Tamim preside el proyecto Vision 2030, que establece las l¨ªneas maestras y los objetivos de desarrollo econ¨®mico y social para el pa¨ªs con el horizonte de esa fecha. Tanto su padre como su madre han contribuido de forma significativa a ese plan, seg¨²n apuntan fuentes catar¨ªes. Tambi¨¦n encabeza el Comit¨¦ Supremo para Catar 2022, que se encarga de los preparativos para el Mundial, entre cuyas infraestructuras se incluyen un sistema ferroviario presupuestado, as¨ª como una docena de estadios, un nuevo puerto y varias autopistas, por un importe global estimado en 200.000 millones de d¨®lares.
Pero sobre todo, en tanto que vicejefe de las Fuerzas Armadas desde 2009, ha ido haci¨¦ndose cargo de forma progresiva de la gesti¨®n del Ej¨¦rcito y de la seguridad del Estado y forjando alianzas en esa importante base de apoyo. Significativamente, cuando en 2011, a ra¨ªz de las primeras revueltas ¨¢rabes, se le atribuy¨® estar detr¨¢s de la subida de los salarios de los funcionarios catar¨ªes en un 60%, el aumento para los militares fue del 120%. Adem¨¢s, ha supervisado compras multimillonarias de armas y negociado directamente con altos cargos de Defensa de Estados Unidos y otros aliados occidentales.
El golpe de efecto que ha supuesto la abdicaci¨®n de Hamad, a los 61 a?os y despu¨¦s de 18 de gobierno, no puede ocultar el hecho de que se trata una sucesi¨®n dentro de una monarqu¨ªa absoluta. Aunque eventualmente el nuevo emir recupere el proyecto de su padre para celebrar elecciones a una Asamblea Consultiva (varias veces retrasadas), la posibilidad de una monarqu¨ªa constitucional no est¨¢ sobre la mesa. Como tampoco lo est¨¢ revisar el sistema de patrocinio de los trabajadores extranjeros (kafala), que las organizaciones internacionales de derechos humanos han tachado de ¡°esclavista¡±. O las limitaciones a la libertad de expresi¨®n que permiten que un poeta local, Mohammed al Ajami, haya sido condenado a 15 a?os de c¨¢rcel por una oda a las revueltas ¨¢rabes.
De momento, en su primer discurso, el jeque Tamim subray¨® la continuidad. ¡°El cambio de emir en el Estado de Catar no significa que los retos y las responsabilidades hayan cambiado¡±, se?al¨® antes de repasar los pilares de la pol¨ªtica de su pa¨ªs. Tampoco tiene presi¨®n desde abajo para actuar de otra manera, o alg¨²n tipo de oposici¨®n organizada. A lo sumo, cierta inquietud con la velocidad o el coste de las reformas, sobre todo entre los sectores m¨¢s conservadores del emirato. De ah¨ª, el temor de algunos analistas a que, bajo la p¨¢tina de modernidad de la entrega del poder a una generaci¨®n m¨¢s joven, solo se intenten tapar las grietas de la vieja pintura.
¡°Es una transici¨®n familiar basada en valores tradicionales, m¨¢s que estrictamente democr¨¢tica¡±, ha constatado Salman Shaikh, director del Centro Brookings en Doha.
Quien tenga alguna duda, solo tiene que ver la maratoniana sesi¨®n de dos d¨ªas durante los que, tras los hermanos y otros miembros de la familia real, los varones catar¨ªes han pasado por palacio para expresar su lealtad al nuevo emir. Dada la altura de Tamim, muchos de ellos ten¨ªan que ponerse de puntillas para el roce de narices que constituye el saludo de origen beduino habitual entre las tribus de la pen¨ªnsula ar¨¢biga. Ahora les toca la visita de cortes¨ªa a los monarcas vecinos y a otros dirigentes deseosos de mantener las buenas relaciones y la asistencia econ¨®mica que estas llevan aparejada.
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