Ante la visita real a Marruecos
El viaje de don Juan Carlos podr¨ªa servir de apoyo a una mayor democratizaci¨®n
Ha sido una suerte que la bicefalia que rige en Marruecos haya permitido que varias familias espa?olas hayan podido acoger en r¨¦gimen de kafala (tutela) a ni?os marroqu¨ªes. El proceso contaba con el visto bueno de los tribunales, pero se hab¨ªa visto paralizado por una directriz del ministro de Justicia, que exig¨ªa la residencia permanente en Marruecos de los padres de acogida.
La bicefalia ha sido consagrada por la Constituci¨®n marroqu¨ª de 2011, que mantiene en la figura del rey el n¨²cleo duro de los poderes, incluida la presidencia del Consejo de Ministros, que es el que debe adoptar las grandes decisiones y enviar las leyes al Parlamento. Pero otorga al jefe del Gobierno la presidencia de otro organismo de menor rango, el Consejo de Gobierno, al que se reserva la gesti¨®n de los asuntos corrientes, si bien con mayores competencias que las que los anteriores textos constituciones le conced¨ªan al primer ministro.
El asunto de la kafala, protecci¨®n o tutela de menores que en el derecho musulm¨¢n hace las veces de adopci¨®n pero sin conceder v¨ªnculo de parentesco al tutelado, ven¨ªa d¨¢ndose entre familias espa?olas y ni?os marroqu¨ªes desde hace a?os, pero tropez¨® el 19 de septiembre de 2012 con la circular del ministro de Justicia marroqu¨ª, Mustafa Ramid, que ordenaba a los fiscales encargados de los Tribunales de Apelaci¨®n y a los procuradores de los de Primera Instancia que se opusieran a la concesi¨®n en tutela de ni?os a extranjeros que no residiesen en Marruecos.
El monarca deber¨ªa interceder por los 22 saharauis que sufren? una condena injusta
Exceso de celo religioso por presuponer que, una vez fuera de Marruecos, el menor objeto de la kafala corr¨ªa el riesgo de no ser educado convenientemente en los preceptos musulmanes. Pero tambi¨¦n una medida de autoafirmaci¨®n de un ministro con un historial de roces con el poder que le llevaron a ser vetado como portavoz del grupo parlamentario del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) por sus posiciones a favor de una monarqu¨ªa constitucional en la que el rey reine pero no gobierne. Lleg¨® incluso a participar, en contra de las directrices de su partido, en la manifestaci¨®n del 20 de febrero de 2011. Por ello, sorprendi¨® su nombramiento al frente de este ministerio, tras complicadas negociaciones entre los consejeros del monarca y el jefe del Gobierno, Abdelilah Benkiran.
Desde que se public¨® la mencionada circular, las familias afectadas han removido Roma con Santiago (por no decir La Meca con Rabat) para que se d¨¦ marcha atr¨¢s en la medida, alegando no solo que no solo estaba en juego el porvenir de unos ni?os a los que se hab¨ªa alejado de la desprotecci¨®n y el abandono, sino tambi¨¦n los lazos afectivos creados ya entre ni?os y padres adoptivos, en algunos casos durante muchos meses. Han tocado todas las teclas para llegar, v¨ªa consejeros reales, al mismo rey de Marruecos, han escrito al rey de Espa?a y todo parec¨ªa enquistado en un forcejeo de competencias.
Finalmente, gracias a todas esas mediaciones, el ministro marroqu¨ª viaj¨® a Madrid y negoci¨® con el ministro hom¨®logo las condiciones para un desbloqueo del tema.
Seg¨²n parece, no ha sido extra?a al proceso la intervenci¨®n del monarca marroqu¨ª, revelando los l¨ªmites y las virtudes de la bicefalia en un sistema que no est¨¢ lejos del despotismo ilustrado a lo siglo XXI.
No es la primera vez que el rey interviene en momentos de bloqueo en los que est¨¢n en cuesti¨®n temas que afectan a la religi¨®n isl¨¢mica. En 2002, ante la par¨¢lisis de la reforma del c¨®digo de estatuto personal (Mudawana), que regula el papel de la mujer en la familia y en la sociedad, el rey encontr¨® la manera de forzar la revisi¨®n del texto acerc¨¢ndolo a lo que reivindicaban las asociaciones feministas y de derechos humanos. El tema ahora era menor, pero los argumentos de fondo eran tambi¨¦n religiosos.
Se puede pensar que es una suerte que en un sistema puedan subsistir resortes que permitan corregir medidas poco sensatas, como la circular del ministro, venciendo obst¨¢culos que ata?en a la m¨¢s sensible de las cuestiones en un pa¨ªs como Marruecos, el islam. Recuerdo que en 2002 una figura emblem¨¢tica de la resistencia marroqu¨ª, Abraham Serfaty, defendi¨® en un coloquio en T¨¢nger el mantenimiento en la Constituci¨®n del denostado art¨ªculo 19 (hoy desaparecido, pero segmentado en dos art¨ªculos diferentes que separan las funciones de rey y de emir de los creyentes, asumidas ambas por el monarca) para resolver situaciones como esta, poniendo coto a un islamismo creciente.
Aunque pueda producir alg¨²n buen resultado, la bicefalia es una malformaci¨®n de la democracia
Pero esa invocaci¨®n al ¡°buen pr¨ªncipe¡± no est¨¢ siempre a mano y no puede olvidarse que ese ¡°buen pr¨ªncipe¡± es el refugio en el que se escudan quienes conforman un sistema no de derecho en el que abusan de sus privilegios.
Aunque pueda producir alg¨²n buen resultado de cuando en cuando, la bicefalia es una malformaci¨®n de la democracia y la experiencia de cohabitaci¨®n entre el poder real y el Gobierno de coalici¨®n dirigido por los islamistas de Benkiran ha servido para que el Gobierno elegido por la soberan¨ªa popular (aunque, todo hay que decirlo, solo relativamente, pues el PJD, si bien fue el m¨¢s votado, solo obtuvo el 8% del censo electoral en noviembre de 2011) derrape en algunas iniciativas emprendidas para hacer m¨¢s transparente la gesti¨®n p¨²blica. Adem¨¢s, con la clara intenci¨®n de que se queme, se le dejan las patatas calientes como la reforma de la Caja de Compensaci¨®n, imprescindible para una gesti¨®n econ¨®mica eficaz, que el Ejecutivo de Benkiran se niega a adoptar por su impopularidad.
Con la soluci¨®n del tema de la kafala se elimina una cuesti¨®n espinosa para la pr¨®xima visita del rey Juan Carlos a Marruecos: el encargo por las familias afectadas para que lo tratase con Mohamed VI. Pero hay otra cuesti¨®n m¨¢s espinosa a¨²n que el monarca espa?ol deber¨ªa afrontar en su pr¨®ximo viaje: interceder por la amnist¨ªa de los 22 saharauis condenados por un tribunal militar en el pasado mes de febrero por los sucesos de Gdym Izik. Es un gesto humanitario hacia unos ciudadanos que por derecho hubieran debido ser espa?oles en tanto que descendientes de s¨²bditos de una provincia espa?ola, y que adem¨¢s han sido condenados injustamente, sin prueba alguna. En un caso, el condenado se encontraba ya en detenci¨®n cuando se produjeron los incidentes por los que se le sentenci¨®.
Mohamed VI deber¨ªa haberles amnistiado ya, para demostrar a la luz internacional que quiere marchar de verdad por la senda del Estado de derecho (el Consejo Nacional de Derechos Humanos de su pa¨ªs le ha pedido que suprima los tribunales militares para juzgar a civiles), pero se ha topado con los guardianes de otra instituci¨®n sin duda menos d¨®cil que la de los que guardan el orden religioso. Tiene capacidad para amnistiarlos y unas buenas palabras de otro ¡°buen pr¨ªncipe¡± pueden ayudarle en el empe?o.
Bernab¨¦ L¨®pez Garc¨ªa es catedr¨¢tico honorario de Historia del Islam Contempor¨¢neo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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