Salvemos Nigeria
Por Chido Onumah
¡°La palabra unidad no tiene nada de particular. La palabra unidad contiene la mayor oportunidad de progreso para Nigeria solo cuando se tiene el prop¨®sito de conseguir esa unidad y, aunque se act¨²e en su beneficio, esa unidad tiene que abordarse de manera distinta a como se hace actualmente. Para que la unidad sea duradera, ha de ser creativa, no como la de Jon¨¢s y la ballena sino como la unidad del santo matrimonio. La primera solo nos conduce a la defecci¨®n. La segunda a la reproducci¨®n¡±. Chukwuemeka Odumegwu Ojukwu.
Acabo de terminar de trabajar en un nuevo libro que se titula Nigeria is negotiable. Su publicaci¨®n estaba prevista el pasado 12 de junio, fecha que coincid¨ªa con el veinte aniversario de las elecciones presidenciales que gan¨® Moshood Abiola el 12 de junio de 1993. La mayor¨ªa de nosotros conocemos bien c¨®mo termin¨® aquel experimento del general desdentado Ibrahim Babangida. Pero bueno, ese ser¨ªa el tema de otro art¨ªculo.
Lo que me interesa ahora es el t¨ªtulo del libro. Lo eleg¨ª deliberadamente, para provocar un debate. Pero adem¨¢s es una forma de reafirmarme en mis ideas sobre el rumbo que ha tomado nuestro querido pa¨ªs y sobre las cosas que se necesitan hacer. Nunca antes, desde que soy pol¨ªticamente consciente, hace ya m¨¢s de treinta a?os, me he sentido tan preocupado por Nigeria como lo estoy ahora.
Lo que me preocupa no son tanto las reivindicaciones de ciertos grupos que lo que buscan es dividir el pa¨ªs, sino la actitud hip¨®crita y carente de entusiasmo de aquellos que est¨¢n en condiciones de evitar la cat¨¢strofe que se avecina. Resulta cuando menos sorprendente que un pa¨ªs que est¨¢ inmerso en una profunda crisis a¨²n se cuestione si somos una naci¨®n o no, casi cien a?os despu¨¦s de su creaci¨®n como estado y cincuenta y tres a?os despu¨¦s de haber conseguido la independencia pol¨ªtica.
Retiro lo dicho. En realidad no hay ning¨²n debate sobre el futuro de nuestro pa¨ªs. Lo que s¨ª tenemos son algunos t¨®picos, amenazas y presuposiciones que nos hacen creer que de una forma u otra al final las cosas saldr¨¢n bien. Pero si profundiz¨¢ramos en un debate, llegar¨ªamos a la inevitable conclusi¨®n de que en Nigeria hay muchas cosas que no funcionan y que si no conseguimos atajar el c¨¢ncer del separatismo, ¨¦ste se har¨¢ met¨¢stasis y acabar¨¢ consumiendo el pa¨ªs.
El presidente Jonathan, al igual que otros mandatarios anteriores, ha tenido numerosas ocasiones para hablar sobre la controvertida cuesti¨®n de la unidad nacional. Las m¨¢s recientes han sido en septiembre de 2012 durante la celebraci¨®n de una Cumbre nacional y en un mitin sobre la paz, la unidad y el desarrollo organizado por el Congreso Nacional del Trabajo (NLC por sus siglas en ingl¨¦s).
¡°Estoy de acuerdo con aquellos que creen que no podemos hablar ni de canibalizaci¨®n ni de balcanizaci¨®n en Nigeria¡±, afirm¨® el presidente. ¡°Me da la impresi¨®n de que los que piensan de ese modo lo ¨²nico que pretenden es ser los jefes de unos estados min¨²sculos. Porque, por lo poco que yo s¨¦, creo que Nigeria a¨²n es considerado en el mundo por ser un pa¨ªs que mira al exterior. A pesar de que mucha gente piensa que es porque producimos petr¨®leo, yo no creo que sea por eso. Un pa¨ªs peque?o con una poblaci¨®n de menos de diez millones de habitantes produce mucho m¨¢s petr¨®leo que Nigeria. As¨ª que, no es por el petr¨®leo. Y tampoco es por nuestro enorme territorio. Si, por ejemplo, nos comparamos con Sud¨¢n, ?qu¨¦ espacio ocupa Nigeria? Por eso, quienes sientan que los nacionalismos triunfar¨¢n en Nigeria, es que solo quieren ser soberanos sin hacer ning¨²n esfuerzo. Pero no lo conseguir¨¢n, porque Nigeria no se dividir¨¢¡±.
?Cu¨¢ntas veces hemos escuchado las mismas frases simplistas de que ¡°Nigeria no se dividir¨¢¡± o que ¡°la unidad el pa¨ªs es innegociable¡±? Desde luego que si las cosas fueran tan sencillas como el presidente imagina, no malgastar¨ªamos nuestro precioso tiempo hablando sobre este asunto. Lo que me parece es que la gente utiliza la unidad de Nigeria seg¨²n les conviene. Para muchos, la unidad de nuestro pa¨ªs es como la de Jon¨¢s en el vientre de la ballena.
Pero lo cierto es que nuestra mayor perdici¨®n es precisamente nuestra incapacidad para enfrentarnos a esa unidad malsana. Hay algo inquietante en la estructura de Nigeria. Tal vez eso explica por qu¨¦ no somos capaces de conseguir que las cosas marchen bien a pesar de los esfuerzos que hacemos por intentar ¡°sacar al pa¨ªs adelante¡±, por parafrasear las palabras enga?osas de nuestros pol¨ªticos.
Aunque no quiero excusar la corrupci¨®n y la deslealtad de nuestros dirigentes, tengo muy claro que la enorme corrupci¨®n que impera en todo el pa¨ªs, la violaci¨®n de los derechos humanos, la injusticia generalizada y el desprecio a nuestro estado de derecho condicionan de forma inexorable la estructura de este pa¨ªs. Por eso, necesitamos volver a nuestros principios b¨¢sicos. En una palabra, tenemos que hacer algo para salvar a Nigeria. Es una necesidad imperiosa en vista del ¡°peligro claro y presente¡±.
Cada d¨ªa o¨ªmos tambores de guerra, amenazas y contra amenazas. Hace pocos d¨ªas, el l¨ªder de la Fuerza Voluntaria del Pueblo del Delta del N¨ªger, Alhaji Mujahid Dokubo-Asari, tras el enfrentamiento que mantuvieron el presidente Jonathan y el gobernador Rotimi Amaechi del estado de Rivers, jur¨® que ¡°nunca habr¨¢ paz, no solo en el Delta del N¨ªger sino en ning¨²n otro lugar, si Goodluck Jonathan no contin¨²a siendo presidente despu¨¦s de las elecciones de 2015. Si antes Dios no le quita la vida, algo que nosotros no deseamos de ning¨²n modo¡±.
¡°De acuerdo con la constituci¨®n de Nigeria, a Jonathan le corresponde ser presidente dos mandatos ininterrumpidos de ocho a?os¡±, a?adi¨® Dokubo-Asari. ¡°Por tanto, debemos mantener esos dos mandatos ininterrumpidos de ocho a?os. No estoy a favor de ninguna enmienda a la Constituci¨®n que reduzca ese periodo de ocho a?os¡±.
Si esto no es una declaraci¨®n de guerra contra el estado de Nigeria, que me digan lo que es. Esa es la naturaleza de nuestra democracia. Nuestros votos no cuentan. Y lo que es peor, nunca han contado. No s¨¦ a qu¨¦ Constituci¨®n se refiere Dokubo-Asari, pero la Constituci¨®n de 1999 que el presidente Jonathan jur¨® defender no garantiza de forma autom¨¢tica ¡°dos mandatos ininterrumpidos de ocho a?os¡± para ning¨²n nigeriano independientemente de donde proceda.
Antes, sol¨ªamos hablar de la hegemon¨ªa de los tres grupos ¨¦tnicos que dominaban en la vida del pa¨ªs. Ahora este ya no es el caso. Aunque las palabras de Dokubo-Asari puedan simplemente sonar a un berrinche infantil, vean las que pronunci¨® hace unas semanas el consejero especial del presidente para asuntos del Delta del N¨ªger y asimismo presidente del programa de amnist¨ªa presidencial, Kingsley Kuku advirtiendo de ¡°las terribles consecuencias que sufrir¨ªa el Delta del N¨ªger si el presidente Jonathan no es reelegido¡±.
A Kuku se le oy¨® decir mientras hablaba en una reuni¨®n con oficiales del Departamento de Estado estadounidense que dirige el Secretario de estado auxiliar (perteneciente al Comit¨¦ de Asuntos Africanos), Donald Teitebaum: ¡°Solamente el se?or Jonathan puede garantizar la paz en esa regi¨®n tan conflictiva. As¨ª que tenemos que convencerle para que se presente a la reelecci¨®n en 2015¡±.
¡°Sin embargo, si permitimos que no se haga nada para da?ar la paz en el Delta del N¨ªger, la econom¨ªa de Nigeria estar¨¢ en peligro y la seguridad energ¨¦tica de Nigeria e incluso la de Estados Unidos no podr¨¢n ser garantizadas. Es necesario por tanto que para mantener la estabilidad en el Delta del N¨ªger, Estados Unidos contin¨²e prestando la misma atenci¨®n y el mismo inter¨¦s a Nigeria. La manera m¨¢s f¨¢cil de asegurarnos que va a ser as¨ª es animar al presidente Jonathan a que permanezca en el poder¡±, afirmo Kuku.
Pero, ?qu¨¦ clase de presidente incita a una guerra contra su propio pueblo? Est¨¢ claro que solamente un presidente que no conf¨ªa en el pa¨ªs que gobierna puede actuar as¨ª. Claro est¨¢ que si defendemos el derecho de un grupo a declarar la guerra al Estado, no podemos del mismo modo negar el mismo derecho a otros grupos. Por eso, tenemos que oponernos al juicio por traici¨®n que se ha organizado contra los miembros del Movimiento para la Actualizaci¨®n de la Soberan¨ªa del Estado de Biafra (MASSOB por sus siglas en ingl¨¦s).
Podemos subestimar a Dokubo-Asari pero no podemos criticarle por afirmar ¡°las elecciones generales de 2015 ¡®definir¨¢n y decidir¨¢n¡¯ la existencia de Nigeria¡±. Sus palabras fueron corroboradas por Farouk Adamu Aliyu, antiguo miembro de la C¨¢mara de Representantes y miembro tambi¨¦n del Congreso para el Cambio Progresivo de 2011 (CPC por sus siglas en ingl¨¦s) adem¨¢s de candidato a gobernador por el estado de Jigawa, que advirti¨® hace unos d¨ªas: ¡°si el presidente que salga elegido en las pr¨®ximas elecciones de 2015 no es una persona del norte, Nigeria dejar¨¢ de existir como naci¨®n¡±.
¡°Perm¨ªtanme que aproveche esta oportunidad para decir, en nombre de los que somos del norte, que nadie tiene el monopolio de la violencia y que Nigeria dejar¨¢ de existir como naci¨®n si una persona del norte no es elegida presidente del pa¨ªs. La pol¨ªtica no es m¨¢s que un juego de n¨²meros y el pueblo Ijaw no son un mill¨®n o dos millones, pueden llegar a ser hasta cinco millones¡±, afirm¨® Aliyu.
En ¡°respuesta¡± a Dokubo-Asari, Aliyu expuso un argumento err¨®neo, c¨ªnico e inquietante. El hecho de que ¡°el pueblo Ijaw no son un mill¨®n o dos millones, pueden llegar a ser hasta cinco millones¡± no invalida en ning¨²n modo el derecho de un Ijaw a convertirse en presidente de Nigeria o incluso a ser reelegido como presidente de Nigeria. ?Qu¨¦ pasar¨ªa entonces con otros nigerianos que no son Ijaws o del norte? ?No tienen por tanto derecho a ser presidente de Nigeria?
Anteriormente, cuando el presidente Jonathan gan¨® las elecciones en 2011, ya pudimos o¨ªr a algunos prometer que si ¨¦l era nombrado presidente Nigeria se convertir¨ªa en un pa¨ªs ¡°ingobernable¡±. No cabe duda de que nuestro problema como naci¨®n es mucho m¨¢s grave de lo que estamos dispuestos a admitir.
Pero ahora, en lugar de pensar en ser reelegido en 2015, el presidente Jonathan mejor har¨ªa en preocuparse porque su nombre quedara grabado en la historia y salvar a Nigeria facilitando un proceso en el que ¡°nosotros, el pueblo¡± juguemos un papel decisivo en el futuro de nuestro pa¨ªs.
El presidente Jonathan se muestra contento de estar al frente del gobierno justo cuando el pa¨ªs est¨¢ celebrando el 100 aniversario de su unificaci¨®n. Este ser¨ªa el momento propicio para salvar a Nigeria. Olvid¨¦monos de la corrupci¨®n. Olvid¨¦monos de la falta de suministro el¨¦ctrico. Olvid¨¦monos de la ausencia de infraestructuras. Necesitamos una naci¨®n en la que todas estas cosas funcionen.
?Creo que no estoy pidiendo demasiado!
Traducci¨®n de Virginia Solans
Todas las im¨¢genes v¨ªa S¨¢hara Reporters, el ministro de Educaci¨®n, Nyson Wike, junto a una delegaci¨®n del People's Democratic Party reunidos junto al presidente Goodluck Jonathan en Aso Rock Villa.
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