Jugar para sentirnos vivos
Cuando le preguntaron a Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez sobre la educaci¨®n de los ni?os dijo: ¡°Lo ¨²nico importante es encontrar el juguete que llevan dentro¡±. Cada ni?o tiene uno distinto y la clave consiste en descubrir cu¨¢l es su juguete personal. Hablaba desde su propia experiencia. Garc¨ªa M¨¢rquez era un mal estudiante hasta que un profesor le ayud¨® a encontrar su propio juguete: las palabras, con las que m¨¢s tarde crear¨ªa sensaciones inolvidables para sus lectores.
Jugar es fluir, seg¨²n el doctor croata Mihaly Csikszentmihalyi (lo s¨¦, impronunciable para un latino), director del ¡°Quality of Life Research Center¡± de la Claremont Graduate University en California. En su best-seller ¡°Flow¡± explica que cuando jugamos entramos en un estado de flujo, es decir, en un estado en el que el tiempo pasa sin darnos cuentas, nos olvidamos de los problemas y nos centramos solo en lo que hacemos. Gracias a las experiencias en dichos estados, ganamos confianza en nosotros mismos y desarrollamos habilidades. As¨ª ocurre con el juego y no solo en los humanos, sino tambi¨¦n en otros animales con los que compartimos la Tierra. Cuando el resto de mam¨ªferos juegan est¨¢n entrenando para la caza, al tiempo que se socializan e interiorizan las reglas de su grupo. Por ello, jugar es una manera de madurar y de aprender. Ahora bien, no todos los juegos tienen el mismo impacto.
Si entendemos el juego como una experiencia agradable, este puede ser de cuatro tipos, seg¨²n el antrop¨®logo franc¨¦s Roger Caillois:
- Juegos competitivos (agon): La palabra competici¨®n proviene del lat¨ªn competire, que significa ¡°buscar juntos¡±. Se vive como experiencia de flujo cuando nos enfocamos fundamentalmente en la actividad y no tanto en el resultado que vamos a alcanzar. Un ejemplo de ello son los atletas. Si estos entrenan solo por la posici¨®n en el p¨®dium fluir¨¢n mucho menos (y tendr¨¢n peores resultados) que si lo practican por el disfrute que les genera.
- Juegos de imitaci¨®n (mimesis): Engloba todas las actividades que crean realidades alternativas, como el baile, el teatro o las artes en general. Construir otras realidades nos lleva a hacernos sentir m¨¢s de lo que somos realmente, lo que nos amplifica nuestro potencial y por qu¨¦ no, nuestras fortalezas.
- Juegos de azar (alea): Son agradables en la medida que permiten crear una ilusi¨®n de control del futuro¡ aunque, por supuesto, racionalmente sea discutible. Pero est¨¢ claro que el juego no es precisamente un tema ¡°racional¡±.
- Juegos de v¨¦rtigo (ilinx): Bajo este ep¨ªgrafe incluimos todas las actividades que alteran la conciencia y que nos hacen percibir la realidad de un modo diferente, como el alcohol o las drogas, por ejemplo. Aunque aparentemente expandan la conciencia, acabamos perdiendo el control sobre nosotros mismos¡ de ah¨ª, que sean juegos peligrosos donde no solo no se fluya sino que adem¨¢s podemos quedar atrapados.
- Juegos competitivos (agon): La palabra competici¨®n proviene del lat¨ªn competire, que significa ¡°buscar juntos¡±. Se vive como experiencia de flujo cuando nos enfocamos fundamentalmente en la actividad y no tanto en el resultado que vamos a alcanzar. Un ejemplo de ello son los atletas. Si estos entrenan solo por la posici¨®n en el p¨®dium fluir¨¢n mucho menos (y tendr¨¢n peores resultados) que si lo practican por el disfrute que les genera.
- Juegos de imitaci¨®n (mimesis): Engloba todas las actividades que crean realidades alternativas, como el baile, el teatro o las artes en general. Construir otras realidades nos lleva a hacernos sentir m¨¢s de lo que somos realmente, lo que nos amplifica nuestro potencial y por qu¨¦ no, nuestras fortalezas.
- Juegos de azar (alea): Son agradables en la medida que permiten crear una ilusi¨®n de control del futuro¡ aunque, por supuesto, racionalmente sea discutible. Pero est¨¢ claro que el juego no es precisamente un tema ¡°racional¡±.
- Juegos de v¨¦rtigo (ilinx): Bajo este ep¨ªgrafe incluimos todas las actividades que alteran la conciencia y que nos hacen percibir la realidad de un modo diferente, como el alcohol o las drogas, por ejemplo. Aunque aparentemente expandan la conciencia, acabamos perdiendo el control sobre nosotros mismos¡ de ah¨ª, que sean juegos peligrosos donde no solo no se fluya sino que adem¨¢s podemos quedar atrapados.
Una propuesta para un nuevo lema: Reivindiquemos nuestra capacidad interior para jugar. Y no es dif¨ªcil. A ning¨²n ni?o hay que ense?¨¢rselo. Nacemos con ese potencial y simplemente hemos de recordarlo o como dir¨ªa Garc¨ªa Marquez, encontrar nuestro juguete. La vida no siempre es tan solemne como la pintamos y una manera de relativizar los problemas y superar, incluso, nuestros miedos es sabiendo ser amables con esa parte de nosotros que se atreve a explorar, a crear, a expandirse. Por ello, si queremos sentirnos vivos, juguemos.
Recetas:
- Responde a la pregunta: ?Y tu juguete cu¨¢l es? Identifica qu¨¦ tipo de juegos te gustan y por qu¨¦: ?es para competir, para sentir control, para experimentar otras realidades?
- Reflexiona sobre tu capacidad de jugar y de disfrutar con lo que haces, en especial, en el mundo laboral o en tus relaciones personales. Si tuvieras que darte una puntuaci¨®n, ?cu¨¢l ser¨ªa?
- Por ¨²ltimo, piensa qu¨¦ tipo de dificultades o barreras puedes ponerte para disfrutar a¨²n m¨¢s de lo que haces. ?Te concedes la libertad de jugar?
F¨®rmula:
Jugar es una manera de madurar, de aprender y de sentirnos vivos.
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