Hormigas
Lo que hablas o tecleas por el m¨®vil queda grabado para siempre y podr¨¢ ser tomado en tu contra ma?ana
Fuera del hormiguero ya no hay salvaci¨®n. Las c¨¢maras que siguen tus pasos desde cualquier ¨¢ngulo de la ciudad y los sat¨¦lites que te vigilan desde el espacio te juzgar¨¢n un d¨ªa si te apartas del r¨ªo confuso de los mortales y tratas de ser t¨² mismo navegando contracorriente. Lo que hablas o tecleas por el m¨®vil queda grabado para siempre en el nido de la ara?a planetaria y podr¨¢ ser tomado en tu contra ma?ana. Solo si te comportas como una hormiga an¨®nima estar¨¢s a salvo. Las c¨¢maras aceptan de buen grado el fluido uniforme de la gente; la gran ara?a digiere sin problema en su tripa la algarab¨ªa insignificante con que expresan los humanos sus sentimientos anodinos, pero si tratas de ser original, singular, y no te comportas como una hormiga conformista te convertir¨¢s en un sospechoso. Puede que te sientas un ser libre porque la vida te ofrece la posibilidad de elegir lim¨®n o gaseosa para el tinto de verano, pero en realidad con cualquier cosa que uno haga no est¨¢ sino obedeciendo las reglas inexorables del hormiguero. Eso mismo que haces, piensas, dices o callas, crey¨¦ndote muy ocurrente o extravagante, en este preciso momento millones de personas lo est¨¢n ejecutando, pensando, pronunciando o callando al mismo tiempo con gestos semejantes, intercambiables. La partitura musical de risas y l¨¢grimas que ejecuta de forma ciega la humanidad apenas tiene una docena de compases. Nuestro destino en lo universal consiste en ser esa hormiga que no se sale nunca del pentagrama. Un d¨ªa las c¨¢maras captaron a un tipo que iba con abrigo en pleno verano por la City de Londres. Fue detenido y juzgado como posible terrorista. Hoy todos los abrigos en verano pueden ocultar la faja de dinamita de un suicida. Si pronuncias por el m¨®vil m¨¢s de tres veces en un d¨ªa la palabra yihad o Bin Laden, la ara?a planetaria tomar¨¢ tu filiaci¨®n y la de tus antepasados. Cuando pases por el control de un aeropuerto norteamericano tu pasaporte engendrar¨¢ tres pitidos de alarma. A continuaci¨®n se acercar¨¢ un gorila con toda una ferreter¨ªa alrededor de su barriga y te llevar¨¢ a un cuarto sin ventanas, donde enumerar¨¢ los pelos de tu nariz y no podr¨¢s salir en libertad si no demuestras que no eres m¨¢s que una hormiga perpleja, prueba que correr¨¢ a tu cargo.
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