Alternativas para un nuevo modelo energ¨¦tico

El 2 de julio termin¨® el plazo dado por la Comisi¨®n Europea para enviar comentarios a su documento de an¨¢lisis y preguntas sobre c¨®mo dise?ar las pol¨ªticas de energ¨ªa y clima en Europa de modo que permitan cumplir la senda de descarbonizaci¨®n fijada por los l¨ªderes europeos para 2050.

Se trata de trazar la l¨ªnea que nos permita transitar entre 2020 y 2030 de la forma m¨¢s inteligente y eficaz, promoviendo competitividad e innovaci¨®n, eficiencia en el uso de recursos y equidad en el reparto de tareas. Es, adem¨¢s, un asunto capital desde el punto de vista de seguridad de suministro energ¨¦tico y de contribuci¨®n al perfil pol¨ªtico de un actor, Europa, que todav¨ªa aspira a mantenerse como referente global.

Lograr reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero entre el 85% y el 90% en 2050 supone contar con un sector el¨¦ctrico libre de CO2, generar cambios en nuestros sistemas de transporte y apurar al m¨¢ximo los esfuerzos en ahorro y eficiencia energ¨¦tica.

Somos muchos los convencidos de que para alcanzar estos objetivos resulta imprescindible establecer para 2030 un compromiso de reducci¨®n unilateral de gases de efecto invernadero del 45%, un objetivo de energ¨ªa renovable del 30% y un incremento notable ¡ªy obligatorio¡ª de las actuales exigencias en materia de ahorro y eficiencia. Es mucho m¨¢s f¨¢cil si, adem¨¢s, revisamos la senda a 2020 para adecuarla a la realidad actual, generando confianza y estabilidad para los inversores y los tecn¨®logos con respecto a la apuesta de Europa y orientando la recuperaci¨®n econ¨®mica de la UE hacia la transformaci¨®n que se necesita.

Es necesario reducir emisiones y apurar al m¨¢ximo los esfuerzos en ahorro y eficiencia

En ese contexto, la generaci¨®n distribuida y el m¨¢ximo aprovechamiento del potencial fotovoltaico en pa¨ªses con alta radiaci¨®n solar son algunas de las opciones m¨¢s atractivas, especialmente tras la significativa reducci¨®n de costes asociada al despegue de la tecnolog¨ªa y la mejora de la capacidad de gesti¨®n de las redes. Sin embargo, se est¨¢n viendo perjudicadas por un contexto hostil fruto de determinados errores ¡ªpropios de un aprendizaje reciente¡ª y, sobre todo, de muchos prejuicios e intereses en contra. No es de extra?ar, por tanto, que surjan colectivos que reclamen la ¡°insumisi¨®n energ¨¦tica¡± o la ¡°desobediencia solar¡±. Su aparici¨®n s¨ª es, sin embargo, un asunto preocupante. Ning¨²n responsable de pol¨ªticas energ¨¦ticas o ambientales, ning¨²n regulador u operador del sistema el¨¦ctrico deber¨ªa atrincherarse frente a la preocupaci¨®n leg¨ªtima de quienes abanderan el autoconsumo y el balance neto como aportaciones interesantes al dif¨ªcil sudoku que tenemos delante: c¨®mo conseguir un sistema moderno y confiable, de costes bajos y predecibles, libre de CO2.

El balance neto es un mecanismo que permite intercambiar con el sistema el¨¦ctrico los excedentes de energ¨ªa del autoconsumo instant¨¢neo. En el caso fotovoltaico, los kWh de m¨¢s que se pueden producir durante el d¨ªa se compensar¨ªan con kWh suministrados por la red durante la noche. Con ello se abrir¨ªa el mercado para aquellos consumidores, como los hogares, que concentran su consumo cuando los paneles solares no producen. En el autoconsumo instant¨¢neo no tiene sentido el cobro de peajes por el uso del sistema el¨¦ctrico, igual que no tiene sentido cobrarlos por sustituir una bombilla incandescente por otra de bajo consumo o por encender una chimenea. En cambio, con el balance neto la situaci¨®n es diferente, porque hay interactuaci¨®n con el sistema.

Por eso, es muy razonable proponer que el balance neto abone todos los peajes que proceda, pero solo los que proceda, es decir, que se pague por el uso efectivo que se hace del sistema al intercambiar los excedentes. En otras regulaciones, como la californiana, la italiana o la danesa, se exime al balance neto del pago de peajes ¡ªy en otras, como la brasile?a, se aplican grandes descuentos¡ª, atendiendo a sus grandes ventajas de generaci¨®n distribuida y renovable. Son opciones que no requieren subvenci¨®n alguna sino un marco regulador estable y acertado, equitativo en la atribuci¨®n de los costes del sistema.

Son alternativas concretas para transitar hacia un nuevo modelo energ¨¦tico en el que los operadores ya no ser¨¢n unos pocos sino muchos y muy distintos. Ser¨¢, por ello, imprescindible disponer de un excelente gestor de la red, capaz de hacer el seguimiento real de lo que hay, lo que entra y lo que sale, cu¨¢ndo y c¨®mo lo hace y de qu¨¦ manera tiene un efecto m¨¢s beneficioso para el conjunto del sistema. Condenar a la ¡°alegalidad¡± y el ostracismo o, lo que es peor, a la ilegalidad y la desobediencia alternativas que son ya hoy una realidad no parece ser la respuesta m¨¢s acertada.

Teresa Ribera fue secretaria de Estado de Cambio Clim¨¢tico entre 2008 y 2011.