Paren la m¨¢quina: hiperregulaci¨®n en la UE
Con la aprobaci¨®n de 18 normas diarias, la burocracia europea se vuelve ingobernable
Uni¨®n Europea no pasa por su mejor momento. A las desavenencias entre los diferentes Estados que la forman y la cada vez mayor distancia econ¨®mica entre el Norte y el Sur se une la falta de credibilidad y confianza de los europeos hacia sus instituciones. Los tiempos han cambiado y lo han hecho para todos. Hace unas d¨¦cadas, los espa?oles mir¨¢bamos a Europa como el espacio de salvaci¨®n en el que se defend¨ªan nuestros intereses de manera leg¨ªtima y democr¨¢tica y sobre todo eficaz. Hoy en d¨ªa las cosas ya no son lo que eran.
Hace apenas un mes, Foro Europa Ciudadana publicaba una encuesta en la que se observaba c¨®mo el grado de sentimiento y pertenencia de los espa?oles hacia Europa estaba alcanzando unos niveles muy bajos y nunca antes vistos. A diferencia de ¨¦pocas anteriores, los espa?oles nos mostr¨¢bamos muy cr¨ªticos con la Uni¨®n. As¨ª, el 81,5% de los espa?oles consideraba que el actual n¨²mero de ¨®rganos pol¨ªticos y administrativos impide tomar decisiones r¨¢pidas y consensuadas y el 72% de los encuestados opinaba que la gran cantidad de leyes comunitarias es una traba para la creaci¨®n de empleo y el desarrollo de empresas.
Este punto nos ha llamado la atenci¨®n y hemos querido profundizar en ello. Necesit¨¢bamos saber si esta percepci¨®n estaba sustentada en datos objetivos que explicasen que una entidad supranacional tradicionalmente bien vista por los espa?oles sufriera ahora una crisis de imagen como la que mostraban las encuestas.
Las instituciones europeas aprueban 3.076 normas jur¨ªdicas al a?o, es decir, 280 normas jur¨ªdicas al mes?
El resultado ha sido demoledor. En el informe Hiperregulaci¨®n en la Uni¨®n Europea se pone de manifiesto que las instituciones europeas aprueban 3.076 normas jur¨ªdicas al a?o, es decir, 280 normas jur¨ªdicas al mes y 18 normas jur¨ªdicas al d¨ªa. Son normas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos, desde los alimentos, los medicamentos, los medios de transporte, la energ¨ªa y, en general, la inmensa mayor¨ªa de los productos que consumimos.
Una producci¨®n normativa como esta plantea serias dudas sobre su eficacia. La transparencia ¡ªel 96% de los espa?oles reclaman m¨¢s a las instituciones europeas¡ª no solo es rendir cuentas de la actuaci¨®n de los poderes p¨²blicos. La transparencia implica tambi¨¦n racionalizaci¨®n, econom¨ªa de medios y sobre todo comunicaci¨®n. Dieciocho normas al d¨ªa, 280 normas al mes y 3.076 al a?o est¨¢n fuera de todo control posible que queramos ejercer, no ya para el ciudadano, incluso para el profesional, para el investigador del Derecho. Esta cifra supone un n¨²mero tal que desvirt¨²a la legitimidad de nuestra, otrora, Europa de los ciudadanos.
El efecto multiplicador de esta ingente cantidad de legislaci¨®n es tremendo. M¨¢s del 70% de las leyes de los Estados miembros procede de Bruselas. La transposici¨®n de cada norma implica entre 30 y 300 medidas para que el derecho nacional pueda adaptarse a los requisitos comunitarios. Multipliquen 300 por 3.076 y se dar¨¢n cuenta de la magnitud del problema.
Los beneficios derivados de la reducci¨®n de cargas administrativas podr¨ªa aumentar en un 1,5% en el PIB comunitario
Pero no todo se queda en un reproche num¨¦rico. El ansia por regular tiene tambi¨¦n consecuencias econ¨®micas. Las empresas se encuentran obligadas a afrontar unas exigencias administrativas que implican altos costes econ¨®micos, cargas y tasas que perjudican su productividad. Productividad que, por otra parte, se nos exige, cada d¨ªa y cada hora, desde el poder econ¨®mico y financiero europeo. La propia Comisi¨®n Europea, en su documento Legislar mejor para potenciar el crecimiento y el empleo en la Uni¨®n Europea, estima que los beneficios econ¨®micos derivados de la reducci¨®n de cargas administrativas podr¨ªa provocar un aumento del 1,5% en el PIB comunitario, lo que supondr¨ªa al menos 150.000 millones de euros, casi tres veces m¨¢s del rescate a la banca espa?ola.
La responsabilidad de la crisis econ¨®mica que padecemos est¨¢ repartida, pero no por ello debemos evitar pedir a los ¨®rganos de decisi¨®n, tanto nacionales como comunitarios, que sean m¨¢s activos y eficaces que nunca. Europa no puede permitir que crezca su burocracia y tampoco puede convertirse en un ente ingobernable, dedicado ¨²nica y exclusivamente a la autorregulaci¨®n, a la defensa de su propia existencia.
Esta semana se habr¨¢n reunido en Bruselas al menos cuatro consejos de la Uni¨®n, que tratar¨¢n diversos temas que nos afectan directamente, entre otros la nueva regulaci¨®n del tabaco, un sector que en Espa?a aporta 56.000 empleos y que genera 10.000 millones de euros de recaudaci¨®n fiscal que podr¨ªan verse reducidos como consecuencia de este exceso regulatorio.
Es solo un ejemplo de la importancia que tiene la regulaci¨®n europea en Espa?a. Fue la Uni¨®n Europea quien acu?¨® el t¨¦rmino better regulation. Es hora de pasar de las palabras a los hechos, de que el better se convierta en smart, como ya apuntan muchos think tanks como Foro Europa Ciudadana, y podamos, entre todos, volver a sentirnos identificados con una Uni¨®n fuerte, segura y sobre todo inteligente.
Probablemente, en el tiempo que hayan tardado en leer este art¨ªculo alguna disposici¨®n europea o transposici¨®n nacional se haya aprobado, por lo que es necesario recordar a Bruselas que el poder de asimilaci¨®n del ser humano tiene un l¨ªmite y estamos a punto de alcanzarlo.
Jos¨¦ Carlos Cano es presidente de Foro Europa Ciudadana.
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