El depredador carism¨¢tico
A los cuatro a?os subi¨® a una moto y quiso ser piloto. Tras ganar dos t¨ªtulos mundiales asciende con furia a la categor¨ªa reina MotoGP. Humilde, pero ambicioso, con 20 a?os le ha hecho sombra al campe¨®n, Jorge Lorenzo. ?Hasta d¨®nde llegar¨¢?
??Tacatacatacatac!! Un martillo mec¨¢nico taladra la terraza del adosado de los M¨¢rquez. El alba?il se afana, mientras que el padre de Marc recoge con una pala los trozos que saltan. Juli¨¢ M¨¢rquez busca el punto por el que se cuela el agua que ha provocado una gotera en la casa, situada en un anodino pueblo de Lleida, Cervera. El trabajo le es familiar: se dedicaba a la construcci¨®n hasta que hace un a?o y medio lo despidieron en un ERE. En el sal¨®n, sin escuchar el ruido, que, sin embargo, es notable, su hijo Marc responde a las preguntas tan tranquilo. Tras ¨¦l, una fuente de cristal llena de sales marinas forma la bandera catalana.
Marc M¨¢rquez ha vuelto a encender la pasi¨®n de miles de aficionados al motociclismo. Un chaval de familia trabajadora, guapo y con sonrisa perenne. Tras ganar el campeonato de 125cc en 2010 (ahora Moto3) y el de Moto2 en 2012, entra con furia en MotoGP con 20 a?os reci¨¦n cumplidos. Debut¨® en Catar pis¨¢ndole los talones a Valentino Rossi y se col¨® en el tercer puesto, por encima de su compa?ero de equipo, Dani Pedrosa. En Austin (Estados Unidos) bati¨® varios r¨¦cords mundiales: fue el piloto m¨¢s joven en conseguir la pole y en lograr el primer puesto en la carrera. Y en Jerez, que le pregunten a Jorge Lorenzo, a quien arrebat¨® el segundo puesto en un adelantamiento al l¨ªmite en la curva bautizada¡ Jorge Lorenzo. (Al cierre de estas l¨ªneas no se hab¨ªa disputado el circuito de Lemans). Y todo con una sonrisa de no haber roto un plato. El sello M¨¢rquez.
El origen de esta historia hay que salir a buscarlo a la carretera, all¨¢ por 1985, ocho a?os antes de su nacimiento. Juli¨¢, su padre, viaja al circuito de Paul Ricard, cerca de Marsella (Francia), en una Yamaha FZR1000 que le ha prestado su hermano mayor, Ram¨®n, director de una sucursal bancaria y con m¨¢s dinero para gastar en motos. Son hijos de charnegos que llegaron a Catalu?a procedentes de Busqu¨ªstar, en Granada, y de Montalbanejo, en Cuenca. Sus padres se ganan la vida vendiendo harina, pan y pollos, y tienen cuatro hijos que hablan con acento catal¨¢n. El mayor, Ram¨®n, y el tercero, Juli¨¢, viajan dos veces al a?o a alg¨²n gran premio de motociclismo junto a Luis Capdevila, amigo de Ram¨®n. Un d¨ªa, este les pide ayuda para llevar un club de motos. Ambos se apuntan como voluntarios. En Mollerusa, a medio camino entre Cervera y Lleida, Juli¨¢ conoce una noche a Roser en la discoteca Big Ben. Se gustan. Congenian. Y empiezan a ahorrar para pagar el adosado en el que siguen viviendo. En compa?¨ªa ya de sus dos hijos, Marc y ?lex, la familia pasa muchos fines de semana de voluntaria en uno de los cuatro circuitos del Moto Club Segre, situado en Bellpuig, a 20 kil¨®metros de Cervera. Roser pone bocadillos y Juli¨¢ recoge las entradas para las carreras de motocross y enduro. Su hijo Marc no pierde detalle: ¡°Me sentaba en una bala de paja y me pon¨ªa a mirar las carreras. Lo observaba todo¡±. A los cuatro a?os pidi¨® a los Reyes Magos una moto de gasolina, y le echaron una Yamaha Piwi rosa con un casco en el que cab¨ªan dos cabezas como la suya. Se estren¨® con ruedines para no caerse en una carrera de enduro para ni?os (enduret de nens). Su padre tuvo que empujarle porque los ruedines se atascaban: quedaban por encima de las marcas del resto de las motos. M¨¢rquez recuerda aquella carrera: ¡°Qued¨¦ ¨²ltimo, pero la acab¨¦¡±.
A los cuatro a?os compiti¨® con la Yamaha Piwi que le echaron los Reyes. "Qued¨¦ ¨²ltimo, pero acab¨¦"
Para poder ir a las competiciones en las que participan sus hijos, Juli¨¢ compra una Roller Aloha, una caravana con 16 a?os que le cost¨® ¡°200.000 pesetas¡± (1.200 euros). Marc usaba la litera de abajo, y ?lex, la de arriba. A las ocho, los ni?os ten¨ªan entrenamiento y despu¨¦s volv¨ªan a la caravana, rodeados de amigos, a por leche y donuts. Juli¨¢ le compr¨® a Marc una KTM 50 de segunda mano, y con siete a?os fue subcampe¨®n de Catalu?a de motocross. Al a?o siguiente gan¨® la competici¨®n. Y a partir de ese momento no dej¨® de intentarlo. Por aquellas fechas, la Federaci¨®n Catalana de Motociclismo quiso promocionar la velocidad y lanz¨® la Copa Conti acompa?ada de una oferta tentadora. Por 500.000 pesetas, la promoci¨®n inclu¨ªa la moto, el casco, el mono, los guantes, las botas, la licencia y la inscripci¨®n a las carreras. Juli¨¢ tuvo que convencer a su hijo, que no estaba interesado en ir r¨¢pido, sino en seguir manch¨¢ndose de barro en motocross. ¡°Aquel primer a?o no me gust¨®. Y al final de la temporada, los hermanos Rojas, que ten¨ªan una empresa textil y eran muy aficionados al motociclismo, me ofrecieron llevarme a su equipo. Mis padres dijeron que no, porque normalmente hay que pagar y no ten¨ªamos dinero. Pero nos explicaron que era gratis, y entr¨¦¡±.
A Marc le empieza a gustar la velocidad y salta a la vista que tiene un don. ¡°Era un ni?o muy vivaracho¡±, recuerda Capdevila, del Moto Club Segre. ¡°Era r¨¢pido en sus reacciones. Con unos ojos que lo controlaban todo, con muchos reflejos. Si alguien le daba un consejo, lo asimilaba en el acto. Los padres eran trabajadores, pero si no pod¨ªan comprarle una nueva moto, segu¨ªa con la vieja. Hace muchos a?os que estoy en las carreras, he visto a familias arruinarse. Ellos no se habr¨ªan arruinado¡±.
Marc gana con comodidad un campeonato catal¨¢n de seis carreras, el Open RACC 50, y al a?o siguiente salta a una Honda 125GP, una moto muy grande para un ni?o de 11 a?os que apenas levanta un palmo del suelo. Aun as¨ª, queda segundo tras Pol Espargar¨®, con quien volver¨ªa a encontrarse a?os m¨¢s tarde en el mundial. Por aquellas fechas, Marc entra en el colegio p¨²blico Jaume Balmes en la clase de Roser Atienza, que fue su tutora dos a?os. ¡°Lo tuve en 5? y 6? de primaria cuando ya era campe¨®n de Catalu?a¡±, cuenta la profesora. ¡°Muchos fines de semana ten¨ªa que irse el viernes antes a entrenar, pero ¨¦l y sus padres se preocupaban much¨ªsimo por sus estudios. Recog¨ªan sus deberes y el lunes siempre llegaba con todo hecho¡±, contin¨²a. ¡°Era un ni?o superinteligente, de los mejores alumnos que he tenido. Y era sencillo, pero tambi¨¦n muy competidor. ?l quer¨ªa ganar porque le gustaba, pero nunca se pon¨ªa chulo¡±.
En 2005, a los 12 a?os, Marc conoce a Emilio Alzamora, que fue campe¨®n mundial de 125cc en 1999. Hab¨ªan coincidido en el Moto Club Segre, pues Emilio, que es de Lleida, tambi¨¦n era asiduo, pero no hablaron hasta que la Generalitat le organiz¨® al excampe¨®n un homenaje al retirarse de las carreras. ¡°Me hab¨ªa hablado de Marc un amigo que me dijo que cog¨ªa las curvas a mucha velocidad. Y luego me sorprendi¨® que prestara tanta atenci¨®n. Ten¨ªa una madurez que no era normal, parec¨ªa un joven de 23 a?os en lugar de un chaval de 12. Me qued¨® claro que ten¨ªa una gran pasi¨®n por correr en moto. Un d¨ªa le dije que ten¨ªa que cambiar la trazada, que ten¨ªa que entrar m¨¢s tarde, lo intent¨® y le sali¨®. Aprende muy r¨¢pido¡±. El excampe¨®n acababa de entrar a dirigir la escuela de mec¨¢nica de Monlau (en Barcelona), un centro educativo que tambi¨¦n imparte la ESO y FP, y donde m¨¢s tarde cre¨® un m¨¢ster de ingenier¨ªa de competici¨®n. Alzamora, un tipo tranquilo que no se altera f¨¢cilmente, se llev¨® consigo al joven piloto. Y hasta hoy; sigue siendo su m¨¢nager y entrenador deportivo.?
Sus ojos lo controlaban todo, ten¨ªa reflejos. Si alguien le daba un consejo lo asimilaba en el acto
A Marc nunca le import¨® ser un ni?o menudo, pero en 2007 un cambio en la normativa le despert¨® a la realidad. Moto y piloto ten¨ªan que pesar un m¨ªnimo de 136 kilos para competir en 125cc, y Marc -que med¨ªa 1,50 metros- solo pesaba 43 kilos. Eso le oblig¨® a competir con 20 kilos de lastre, mientras que otros pilotos llevaban cinco u ocho kilos extra como mucho. El reparto del peso era importante: una pieza de cuatro kilos debajo del motor, placas pegadas al asiento del piloto, los manillares llenos de plomo, la torniller¨ªa de hierro¡ ¡°Fue un a?o de aprendizaje muy duro¡±, dice Alzamora. ¡°De siete carreras solo termin¨® dos, porque se ca¨ªa. Tard¨® mucho en dar el estir¨®n¡±. ¡°En ese momento empec¨¦ a preocuparme¡±, dice M¨¢rquez. ¡°Me tomaba todos los d¨ªas un zumo de frutas de un litro y medio: pl¨¢tano, manzana, naranja¡¡±. Por aquellas fechas le hicieron una prueba m¨¦dica. Marc llegar¨ªa a medir entre 1,69 metros y 1,71. Respiraron tranquilos.
Las ca¨ªdas de M¨¢rquez, muchas, las recuerda tambi¨¦n ?ngel Viladoms, presidente de la Real Federaci¨®n Motociclista Espa?ola, que entonces presid¨ªa la federaci¨®n catalana. Su apoyo a los aspirantes, adem¨¢s de llenar el mundial de pilotos espa?oles, se volvi¨® contra la seguridad de los menores. ¡°Marc era un enano y me dec¨ªa: ¡®?A 200 kil¨®metros por hora me divierto much¨ªsimo!¡¯. Y a m¨ª se me encog¨ªa el coraz¨®n¡±. La federaci¨®n hizo un cambio para evitar que los j¨®venes, a¨²n ni?os, dieran el gran salto y pasaran de una moto de 50cc a otra de 125cc con tecnolog¨ªa similar a una de gran premio. Se cre¨® una nueva categor¨ªa obligatoria para los chicos de entre 11 y 13 a?os: PreGP. ¡°Las motos tambi¨¦n eran de 125cc, pero, en lugar de llegar a 230 kil¨®metros por hora, se quedaban en 180¡±, dice M¨¢rquez. Poco m¨¢s tarde, ¨¦l entraba en el mundial con 15 a?os reci¨¦n cumplidos. Hoy, la edad m¨ªnima para participar ha subido a los 16. ¡°Saltaba de categor¨ªa y dejaba atr¨¢s una nueva normativa m¨¢s estricta¡±, dice con una sonrisa. ¡°Todos los a?os iba al l¨ªmite¡±.
Sus dos primeros a?os en el mundial fueron duros. Qued¨® decimotercero y octavo y sufri¨® varias fracturas que se sumaron a las que ya ten¨ªa: el cart¨ªlago de crecimiento de la tibia, el c¨²bito y el radio, el hueso calc¨¢neo (tal¨®n), el omoplato. La m¨¢s grave llegar¨ªa m¨¢s tarde, durante un entrenamiento en Australia de Moto2, cuando se cay¨® y se golpe¨® la cabeza, lesion¨¢ndose el nervio ¨®ptico. ¡°No fue mi golpe m¨¢s duro, pero s¨ª el m¨¢s grave¡±, cuenta. ¡°Ya me hab¨ªa pasado antes en el Campeonato de Espa?a. A los 15 minutos empec¨¦ a ver borroso, los m¨¢rgenes se iban distanciando¡ Pens¨¦ que en tres d¨ªas se pasar¨ªa, como la vez anterior, pero no. Estuve cinco meses viendo doble y sin saber si me iba a curar. Me operaron y pas¨¦ un mes en reposo hasta que volv¨ª a ver bien¡±. ¡°El que lo vivi¨® m¨¢s tranquilo fue Marc¡±, apunta Alzamora.
Saltaba de categor¨ªa y dejaba atr¨¢s una normativa m¨¢s estricta. Todos los a?os iba al l¨ªmite
El pasado mes de junio, cuando M¨¢rquez estaba a punto de ganar su segundo mundial, un nuevo cambio de normativa le abri¨® la puerta grande a MotoGP. Dorna, la empresa espa?ola que organiza el campeonato, cambi¨® la regla que hasta ahora imped¨ªa a los pilotos competir en equipos oficiales en su primer a?o en la categor¨ªa de MotoGP. ?Por qu¨¦ este repentino cambio? Para que el joven M¨¢rquez pueda competir con Honda y Repsol. As¨ª de simple. ¡°El piloto est¨¢ demostrando que no fue una mala decisi¨®n¡±, justifican desde Dorna.
El inesperado retiro de Casey Stoner, por quien Honda, el fabricante m¨¢s poderoso del circo mundial de las dos ruedas, hab¨ªa apostado para recuperar la hegemon¨ªa perdida tras la marcha de Valentino Rossi a Yamaha en 2004 -tarea no cumplida por Dani Pedrosa-, fuerza la apuesta por el ni?o de Cervera. M¨¢rquez, adem¨¢s, es guapo, est¨¢ echando cuerpo (mide 1,69 metros y pesa 60 kilos), es simp¨¢tico y no rechaza una entrevista. Sin olvidar su sello: la sonrisa de largas comisuras. Adem¨¢s es humilde, pero muy ambicioso. A quien no le gusten las motos tambi¨¦n se emocionar¨ªa viendo su ¨¦pica carrera del a?o pasado en Estoril: sali¨® ¨²ltimo y qued¨® primero. Marc ha llevado las motos a un nuevo l¨ªmite a la hora de tumbar, obligando a Alpinestar a fabricar un mono con las coderas reforzadas con aluminio. ¡°Soy un inconformista¡±, dice el piloto. Desde las oficinas de Monlau, Alzamora describe c¨®mo est¨¢ viviendo este momento: ¡°Intento disfrutarlo, el problema con Marc es que quema las etapas tan r¨¢pido, que no me deja¡±, dice mientras en la planta de abajo cinco chicos aprenden a poner a punto un Porsche GT3. ¡°?Si arriesga mucho? Como todos. Busca el l¨ªmite, y siempre puedes buscar un poco m¨¢s¡±.
Para ?ngel Nieto, que lleva 44 a?os en las pistas, ¡°a Pedrosa le han metido un chaval de 20 a?os que va como un cohete. Y tu peor enemigo es tu compa?ero de equipo¡±. ¡°Como piloto tiene mucho temperamento, su t¨¦cnica es muy buena para lo joven que es¡±, contin¨²a. ¡°Parece que tuviera un libreto en su cabeza, donde apunta todo lo que tiene que aprender. Pero que no le metan la presi¨®n de que tiene que ganar todos los domingos, ?eh? Hay que darle tiempo¡±. Para su hermano Alex, que le saca 10 cent¨ªmetros de altura y va decimotercero en Moto3, ¡°Marc es tal como se le ve en la tele¡±. En contraste con los piropos generalizados, M¨¢rquez es menos querido en la pista. Pol Espargar¨®, con quien vivi¨® varios enfrentamientos en carrera y que qued¨® segundo tras ¨¦l en el mundial, prefiere no hablar de su viejo rival. Pere Gurt, m¨¢nager de Espargar¨®, define al piloto: ¡°Como piloto tiene una mezcla de finura y agresividad. Es camale¨®nico. Si hay que pilotar fino, es capaz de hacerlo, pero le sobra fogosidad¡±.
No fue el golpe m¨¢s duro, pero s¨ª el m¨¢s grave. Cinco meses viendo doble y sin saber si me iba a curar
El pasado 5 de mayo, en Jerez, Marc adelant¨® en la ¨²ltima curva a Jorge Lorenzo. ?Apur¨® demasiado? ¡°Es un adelantamiento ambicioso, pero que entra en los c¨¢nones¡±, dice Viladoms, de la federaci¨®n. ¡°Si lo hubiera derribado, te dir¨ªa que ha hecho mal, pero al no caerse Lorenzo, te digo que estas cosas pasan, que es un lance de carrera y que encima hacen afici¨®n. ?Es una virtud o un defecto? No lo s¨¦. El tiempo lo dir¨¢¡±. Desde su casa, M¨¢rquez se encoge de hombros. ¡°Yo hab¨ªa visto adelantamientos similares o id¨¦nticos en v¨ªdeo, vi que se pod¨ªa. Hice un primer intento y pens¨¦ que Lorenzo cerrar¨ªa la curva, pero cuando vi que trazaba abierto, pens¨¦: ¡®Lo tengo que intentar¡±. Lorenzo le neg¨® el saludo ante millones de espectadores en tres ocasiones, pero al d¨ªa siguiente, en el avi¨®n, chocaron manos. El campe¨®n y el reci¨¦n llegado.
Las compa?¨ªas han visto un fil¨®n en Marc y pronto se acercar¨¢n nuevas aspirantes. Adem¨¢s de Honda y Repsol, ya le pagan Red Bull, Alpinestars, Estrella Galicia, RACC, Lotus, Puma y GAS. ¡°Marc es perseverancia e ilusi¨®n. Y es as¨ª como nos gustar¨ªa que nos percibieran¡±, dice Bego?a Elices, directora de comunicaci¨®n de Repsol, que invierte 15 millones de euros en motociclismo (sin contar los anuncios que emite durante las carreras). ¡°Nos maravilla su esp¨ªritu de superaci¨®n, que hace f¨¢cil lo dif¨ªcil, y sus valores: la cercan¨ªa, la amabilidad y que es absolutamente carism¨¢tico. Es muy humilde, pero a la vez no le corta nada. Puede con todo¡±, le piropea sin perder de vista los r¨¦ditos que les aporta.
Yo, de momento, lo que gano lo guardo. No soy de caprichos, pero el dinero lo decido yo. ?Es m¨ªo!
Si uno tiene la oportunidad de entrar en casa de los M¨¢rquez, podr¨ªa creer que nada ha cambiado en la vida de esta familia. La ostentaci¨®n brilla por su ausencia. En su cuarto, de no m¨¢s de 15 metros cuadrados, sigue su vieja litera. Juli¨¢ no parece presto a volar lejos: ¡°Esta casa la pagu¨¦ con mi dinero y de aqu¨ª no me muevo¡±, dice con la pala a¨²n en la mano. Su mujer no est¨¢ en casa porque sigue trabajando de administrativa en una empresa de transportes. En el pueblo, las miradas se notan, pero le invaden menos que en otras partes. Salimos a dar un corto paseo, y solo se acerca a chocarle el pu?o su primo, que lleva una rodillera por caerse de la bici. ¡°Cuida¡¯t¡±, le dice Marc, un vecino m¨¢s y, sin embargo, bien distinto: gana cientos de miles de euros (aunque bastante menos que su compa?ero de equipo, Pedrosa, que ronda los cuatro millones). ¡°Yo, de momento, lo que gano lo guardo. Si no necesitas algo, ?para qu¨¦ comprarlo? No soy mucho de caprichos, aunque en motos s¨ª gasto, ?eh?¡±, dice el piloto, que tiene el garaje atiborrado de monos, botas y motos de cross, a¨²n su modalidad preferida. ¡°De todos modos, el dinero lo decido yo. ?Es m¨ªo!¡±. Y regala otra de esas sonrisas suyas.
-?Hasta d¨®nde va a llegar?
-No tengo ni idea. Esperemos lo mejor. Soy de vivir el presente.
-?Va a ganar MotoGP este a?o?
-Se intentar¨¢
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