Un nuevo ciclo econ¨®mico y pol¨ªtico
La izquierda debe recuperar el crecimiento como objetivo para sostener el Estado de bienestar
Hayamos tocado ya fondo o no el nuevo ciclo econ¨®mico llegar¨¢ y coincidir¨¢ con un nuevo ciclo pol¨ªtico. Un nuevo ciclo econ¨®mico tan trascendente como el que nos sac¨® de las crisis del petr¨®leo durante la Transici¨®n y que consolidaron los Gobiernos del PSOE y Europa. Un nuevo ciclo pol¨ªtico tambi¨¦n que deber¨¢ redise?ar partes fundamentales de nuestro modelo institucional de convivencia democr¨¢tica casi 40 a?os despu¨¦s de su definici¨®n.
La sociedad espa?ola reclama cambios profundos en la manera de hacer pol¨ªtica, en las actitudes de los pol¨ªticos, en el funcionamiento de los partidos y en el de las instituciones. Exigencias imprescindibles para el ¨¦xito de cualquier proyecto pol¨ªtico, tanto de Gobierno como de oposici¨®n. Reformas pol¨ªticas de calado que permitan a los ciudadanos sentir que vuelven a tomar en primera persona las riendas de la pol¨ªtica. Porque si no lo hacen la desafecci¨®n ir¨¢ a m¨¢s, y con ella sus peligrosas consecuencias para la democracia: populismo y qui¨¦n sabe qu¨¦ m¨¢s.
La desafecci¨®n pol¨ªtica es el resultado de varios factores. En primer lugar, la demostrada incapacidad para controlar desde las instituciones democr¨¢ticas tanto las decisiones que provocaron la crisis econ¨®mica como las injustas medidas puestas en pr¨¢ctica para intentar salir de ella con nulo ¨¦xito hasta ahora. Un problema de largo recorrido, en Espa?a un ciclo econ¨®mico completo perdido, 1994-2008, por infinidad de errores ¡ªuna burbuja insostenible¡ª. Un tr¨¢gico error colectivo que casi nadie vio venir y que la derecha a¨²n niega atrapada en el espejismo del milagro econ¨®mico de Aznar. Un problema de diagn¨®stico, y de terapia. Si da igual votar la izquierda o a la derecha porque las decisiones se toman en otras instancias y las pol¨ªticas no cambian, entonces, la desafecci¨®n es la m¨¢s moderada de las reacciones imaginables...
A pesar de que el mito de que la derecha gestiona mejor que la izquierda la econom¨ªa se est¨¢ derrumbando a marchas forzadas, todav¨ªa perdura el recuerdo del origen de la crisis y de lo que se hizo entonces. Un an¨¢lisis riguroso conduce obligatoriamente a los a?os en los que Gobiernos socialistas pusieron en marcha pol¨ªticas de redistribuci¨®n socialdem¨®crata sin prestar atenci¨®n al origen de rentas demasiado vinculadas a la desregulaci¨®n, olvidando la producci¨®n. Dinero f¨¢cil, r¨¢pido, insostenible en el tiempo. Pues bien, la redefinici¨®n de su proyecto econ¨®mico constituye el primer objetivo para la izquierda espa?ola con vocaci¨®n de gobierno y sentido de Estado, para el PSOE. Una alternativa econ¨®mica consistente y veros¨ªmil que permita superar definitivamente el largo periodo de hegemon¨ªa neoliberal que est¨¢ detr¨¢s de la crisis y que se infiltr¨® en el pensamiento progresista.
Solo Europa puede salir de la crisis por una senda progresista
Pero ese proyecto debe ser europeo. Hay que ir m¨¢s lejos de lo que ya proponen el Partido Socialista Europeo (PES) y el grupo Socialistas y Dem¨®cratas (S&D) en el Parlamento Europeo para salir de la crisis, crecer y hacer frente al austericidio que impone la derecha. Pero atenuar o acabar con la austeridad, sin m¨¢s, no implicar¨¢ crecer. El crecimiento retornar¨¢ cuando nuestra econom¨ªa produzca de nuevo bienes y servicios competitivos utilizando los recursos ociosos existentes y los que se generen invirtiendo y a trav¨¦s de la educaci¨®n, de la I+D+i, aumentando el potencial de crecimiento. Una econom¨ªa sustentada en empresas s¨®lidas e innovadoras con un nuevo ¨¦nfasis industrial. Crecer exige ser competitivo a escala global.
La construcci¨®n del Estado de bienestar se fundament¨® en el crecimiento, y ese debe volver a ser el objetivo de la izquierda, crecer, defender un modelo propio, claro, asumiendo un entorno con retos estructurales como la globalizaci¨®n, el desempleo posburbuja con escasa formaci¨®n, el endeudamiento o el envejecimiento de la poblaci¨®n que exigen propuestas valientes.
Solo Europa puede salir de la crisis por una senda progresista que conduzca a un futuro, o cuando menos a un nuevo ciclo econ¨®mico, de crecimiento y mayor cohesi¨®n social y bienestar. Si no se logra establecer un paradigma com¨²n norte-sur socialdem¨®crata, dentro y fuera del euro, ser¨¢ dif¨ªcil reforzar el papel pol¨ªtico que la izquierda pueda desempe?ar en el pr¨®ximo doble ciclo econ¨®mico y pol¨ªtico no solo en Europa, sino tambi¨¦n a escala global.
En segundo lugar, la desafecci¨®n pol¨ªtica se alimenta de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que afectan al conjunto de instituciones democr¨¢ticas y que han batido r¨¦cords con el caso G¨¹rtel-B¨¢rcenas. Un caso que eleva m¨¢s si cabe el list¨®n de exigencia para todos los partidos, sin excepci¨®n, deudores todav¨ªa de un ejercicio de autocr¨ªtica y transparencia mucho mayor que el realizado hasta ahora.
La desafecci¨®n pol¨ªtica se alimenta de los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n
Ahora m¨¢s que nunca la izquierda est¨¢ obligada a dar ejemplo. Tambi¨¦n, a abrir nuevos cauces de relaci¨®n con la sociedad eligiendo a sus candidatos mediante primarias abiertas en las que pueda participar cualquier ciudadano y potencial votante como, una vez m¨¢s, ha liderado el PSOE para las candidaturas a la presidencia del Gobierno de la naci¨®n. Primarias abiertas que deber¨¢n ampliarse a Comunidades Aut¨®nomas y Ayuntamientos. Para el PSOE ello implica modificar sus estatutos, recientemente puestos en pr¨¢ctica en Andaluc¨ªa, porque el procedimiento que regulan est¨¢ todav¨ªa muy lejos de lo que reclama la sociedad. Primarias porque la participaci¨®n abierta es un fin en s¨ª mismo, un instrumento de legitimaci¨®n, movilizaci¨®n y de apertura, no un instrumento a favor o en contra de la direcci¨®n de turno.
En el nuevo ciclo pol¨ªtico Espa?a necesita una profunda reforma constitucional que permita recuperar el impulso ciudadano sin el cual las instituciones democr¨¢ticas no pueden subsistir. La corrupci¨®n y la crisis que afectan al conjunto de nuestro sistema ¡ªlos tres poderes del Estado, Corona, partidos pol¨ªticos, modelo territorial...¡ª lo exigen. Una reforma con nuevos protagonistas, dando paso a las ideas de las generaciones de espa?oles que no participaron ni como j¨®venes votantes en la Transici¨®n, y con nuevos planteamientos de fondo porque el relevo generacional resultar¨¢ insuficiente si viene acompa?ado de viejas actitudes. Una reforma que cierre el modelo territorial, federalizando su funcionamiento y avalando desde la igualdad de derechos y obligaciones y los principios de cohesi¨®n y solidaridad los hechos diferenciales que en 1978 se quedaron fuera, en particular respecto a Catalu?a. Una reforma que incorpore y blinde los derechos sociales y que modifique el sistema electoral. En definitiva, una reforma constitucional que constituya una verdadera desamortizaci¨®n democr¨¢tica ciudadana que elimine todo el lastre innecesario acumulado desde 1978.
Por todo ello, en estos tiempos turbulentos, la solidez del proyecto pol¨ªtico del PSOE es imprescindible. Su redefinici¨®n, en la que estamos, debe concentrarse en la recuperaci¨®n de su credibilidad y rigor superando un periodo en el que la aparentemente infinita bonanza impuso pr¨¢cticas y mensajes de escaso calado intelectual, m¨¢s condicionadas por la realidad medi¨¢tica y sus ritmos y actores que por las necesidades pol¨ªticas ciudadanas, como despu¨¦s bien se ha podido comprobar. Ello obligar¨¢ tambi¨¦n a combinar de otra manera perfiles en los equipos pol¨ªticos, prestando mayor atenci¨®n a los factores que dignifican la acci¨®n pol¨ªtica ante los ciudadanos desde la m¨¢xima ejemplaridad p¨²blica ¡ªm¨¦rito, capacidad, formaci¨®n, intachabilidad¡ª, integrando con habilidad aquellos con carreras largas en el seno de los partidos, con otros cada vez m¨¢s numerosos con trayectorias profesionales antes y por supuesto despu¨¦s de la pol¨ªtica en el ¨¢mbito privado o en la Administraci¨®n. Los primeros Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez son un buen ejemplo.
Se acerca un nuevo ciclo econ¨®mico, y tambi¨¦n pol¨ªtico, que exige cambios profundos, a todo y a todos, sobre todo a los que quieran sobrevivir. Sinceramente no creo que haya otro camino.
Juan Moscoso del Prado es diputado por Navarra y miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva Federal del PSOE.
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