Ken Bugul o la sanaci¨®n a trav¨¦s de la escritura
"No estoy cansada de las preguntas recurrentes de los periodistas occidentales sobre la poligamia. Me divierten mucho. La poligamia es la cosa m¨¢s extendida del mundo. Todos los hombres casados tienen a otra mujer en la cabeza, empezado por sus propias madres, a las que comparan con frecuencia con sus esposas. La salsa de mam¨¢, el pastel de mam¨¢, mam¨¢ lo hac¨ªa as¨ª, mam¨¢ lo hac¨ªa as¨¢. Aparte de eso, estoy por la libertad individual. Si una mujer no quiere ser parte de una relaci¨®n pol¨ªgama, ella no tiene m¨¢s que rechazarlo por todos los medios, incluso los m¨¢s extremos si hace falta. En cuanto a m¨ª, no tengo a un hombre en mente. No tengo otra cosa que el instante pasado con alguien que me interesa. Los cuentos de hadas nos han influido mucho a unos y otros. La realidad es diferente".
Mari¨¨tou Mbaye Bil¨¦oma (Ndoucoumane, Senegal, 1948) responde as¨ª a un cuestionario por correo electr¨®nico. Lo hace desde su pa¨ªs, casi milagrosamente, pues viaja de manera regular por todo el mundo. Su nombre, probablemente, no diga nada a los amantes de la literatura. Su seud¨®nimo, Ken Bugul, que en wolof significa "nadie me quiere", s¨ª. La editorial Zanz¨ªbar ha publicado en espa?ol dos de sus obras, parte de una trilog¨ªa autobiogr¨¢fica novelada: Riwan o el camino de arena, que recibi¨® el Gran Premio de ?frica Negra en el a?o 1999, y El baobab que enloqueci¨®. Los lectores hispanohablantes tambi¨¦n pueden acceder a su particular universo a trav¨¦s de su novela La locura y la muerte.
Ken Bugul escribe sobre lo que conoce: entre otras cosas, la vida en un har¨¦n. Hija de un morabito y educada en Occidente, regres¨® a Senegal sumida en una grave crisis existencial y psiqui¨¢trica de la que la rescat¨® su boda con un anciano l¨ªder religioso pol¨ªgamo. Repite en todas sus entrevistas que se encontr¨® perdida en Europa y que se hall¨®, pacificada y feliz, entre las coesposas con las que comparti¨® lo que considera su aut¨¦ntico hogar. Sin embargo, la poligamia es una cuesti¨®n quiz¨¢ anecd¨®tica en su obra, que la cr¨ªtica y, especialmente, el feminismo desde la perspectiva occidental han convertido en central. La obra de Ken Bugul se plantea temas m¨¢s profundos: la cuesti¨®n de la identidad como negra, mujer e individuo. Ella explica, adem¨¢s, que comenz¨® a escribir como terapia.
"Querer vivir y vivir libre es una terapia continua. Todos los d¨ªas debo enfrentarme a mis desaf¨ªos y lo que m¨¢s me importa es librarme de todo peso y reconciliarme conmigo misma. Mi futuro es el hoy que vivo. Me inscribo en una din¨¢mica perpetua de escritura terap¨¦utica para curar mis propios males y los del mundo que me rodea y en el que evoluciono...", precisa.
No se considera feminista y reivindica al individuo y la libertad.
"Cada uno hace sus elecciones y las asume", apunta. "Las mujeres no podr¨¢n ser hermanas porque cada mujer representa un peligro potencial para las otras, sobre todo si es joven y hermosa, educada y competente. Las mujeres no tienen celos de los hombres, sino de otras mujeres. Incluso a nivel pol¨ªtico o social, las mujeres juegan a ser hombres. Como si quisieran probarse su capacidad para ser como ellos. Las mujeres s¨®lo tienen que ser ellas mismas, individuos ante todo y despu¨¦s mujeres y cesar la victimizaci¨®n, que es una confesi¨®n de debilidad. Hace falta luchar como individuo, no como mujer. Cesemos de decir a las mujeres "vosotras, las mujeres, nosotras, las mujeres" como para recordarles quienes son. La vida de las sociedades patriarcales puede estirarse de esa manera. Yo soy un individuo y, de manera accesoria, una mujer".
Ken Bugul entr¨® en contacto con Occidente en 1970. Como parte de una generaci¨®n nacida en el per¨ªodo colonial y educada en valores occidentales, conoci¨® la asimilaci¨®n y la alienaci¨®n. Al llegar a Occidente descubri¨® que sus ancestros no eran rubios de ojos azuales: all¨ª tom¨® conciencia de sus or¨ªgenes y comenz¨® su personal batalla con la cuesti¨®n de la identidad. "Las nuevas generaciones han tenido otra trayectoria, nacidos tras las independencias o sin haber conocido jam¨¢s la asimilaci¨®n ni la alienaci¨®n a trav¨¦s de la educaci¨®n. Aquellos que no han pasado por la escuela colonial no tienen el mismo tipo de relaci¨®n con Occidente. No es comparable".
Ken Bugul vivi¨® en B¨¦lgica y Francia, en Senegal y en otros pa¨ªses africanos. Ha visitado m¨¢s de medio centenar de pa¨ªses y ha sacado la conclusi¨®n de que "es parecido por todas partes". "He conocido a seres humanos en todas partes. La aproximaci¨®n de los medios de comunicaci¨®n o de ciertos intelectuales, no todos, es diferente a la realidad africana. Una ONG se interesa por el lado negativo de esa realidad para encontrar una soluci¨®n y justificar su trabajo. Los medios buscan lo sensacional y una manera de reprochar, inconscientemente, a ?frica el haber elegido su independencia. Claro que existen cosas negativas, pero no todo. ?frica sigue el mismo proceso de evoluci¨®n que todos los continentes. ?frica vive el d¨ªa a d¨ªa y no bajo clich¨¦s culpabilizantes o no. Hay una din¨¢mica de vida y de supervivencia incre¨ªble en ?frica y las mutaciones son tan r¨¢pidas... Dej¨¦mosle el tiempo que hizo falta a otros continentes para llegar al punto donde est¨¢n y ?frica llegar¨¢ en menos tiempo. El pulso de ?frica es el mismo que el del resto del mundo. Los africanos son seres humanos como los dem¨¢s. R¨ªen, lloran, aman como los dem¨¢s seres humanos".
Ken Bugul explica que lee todo lo que cae en sus manos, desde novela gr¨¢fica y c¨®mic a revistas, peri¨®dicos y libros. Considera que sabe apreciar un buen libro y le da igual que su autor sea africano o no, mujer u hombre: lo que le interesa es la obra en s¨ª. Respecto a su propio legado literario, recomienda su trilog¨ªa en versi¨®n original, pues se declara poco satisfecha con sus traducciones al espa?ol.
A esta autora de palabra directa y limpia le interesa exorcizar, a trav¨¦s de la escritura, sus preocupaciones y contribuir al cambio. No piensa en el cambio senegal¨¦s o africano o mundial. Piensa en su propio cambio.
"Si quiero cambiar el mundo, es necesario que lo haga yo misma", conluye. "La escritura es lo que me permite aspirar a un mundo mejor y contribuir a ¨¦l. El mundo no est¨¢ mal, la que est¨¢ mal soy yo. Antes de abandonar el planeta, me gustar¨ªa curarme a trav¨¦s de la escritura".
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