Sanidad herida
La p¨¦rdida de satisfacci¨®n con el sistema p¨²blico es la huella del efecto de los recortes
El sistema sanitario p¨²blico espa?ol empieza a acusar los efectos de los recortes y de unas reformas (copagos, privatizaciones) que se han emprendido sin las suficientes explicaciones y en contra de gran parte de los usuarios y los profesionales. El bar¨®metro sanitario de 2012 que el Ministerio de Sanidad hizo p¨²blico casi de tapadillo el mi¨¦rcoles de esta semana acusa ese desgaste: por primera vez la satisfacci¨®n general con el sistema cae, y ya van dos a?os en que desciende el n¨²mero de quienes piensan que la sanidad funciona bien a secas o bien pero con necesidades de mejora. Es verdad que los descensos son peque?os, pero lo que debe importar es el cambio de tendencia.
No sirve como consuelo que las cifras absolutas sigan siendo buenas: es dif¨ªcil que en uno o dos a?os esa impresi¨®n general desaparezca. Adem¨¢s, el bar¨®metro mide apreciaciones, y estas son, por definici¨®n, subjetivas. No demuestran la calidad en s¨ª, sino c¨®mo se cumple lo esperado. Un sistema muy malo puede sacar en este sentido buena nota si lo que se auguraba era a¨²n peor. Por eso lo que importa en este caso es la opini¨®n creciente de que hay un deterioro.
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Eso queda claro en los datos, por m¨¢s que Sanidad haya querido destacar solo una impresi¨®n general positiva. Tras a?os de complacencia por ser considerada una de las mejores del mundo ¡ªuna calificaci¨®n que se basaba en su universalidad, una caracter¨ªstica que las reformas del Gobierno tambi¨¦n ha erosionado¡ª, la opini¨®n sobre la atenci¨®n sanitaria est¨¢ en ca¨ªda libre. Solo la inercia o el agradecimiento de sus usuarios al trabajo de unos profesionales menguados y cada vez peor pagados evita que este tipo de encuestas arroje resultados a¨²n peores. A esto ¨²ltimo apunta que sea mejor la opini¨®n de quienes han usado un servicio en concreto que de quienes hablan sin haberlo experimentado. O sufrido.
Pero esto no debe interpretarse como un aval. La marea blanca, la baja nota que los ciudadanos dan a la ministra Ana Mato (una de las peores del Ejecutivo en todas las encuestas), el hecho de que la sanidad sea ya uno de los cinco problemas de los espa?oles seg¨²n el CIS o el rechazo que el propio bar¨®metro recoge a medidas como el aumento de los copagos son la prueba de que la confianza de los usuarios se est¨¢ perdiendo. Y como cualquier m¨¦dico sabe, lo primero para tratar a un paciente es que este conf¨ªe.
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