Un trozo de tierra para Rosal¨ªa
La cofundadora de Inditex fue enterrada en un peque?o cementerio parroquial pr¨®ximo a A Coru?a Su hija mayor, Sandra Ortega Mera, asume su legado
Amaba los ¨¢rboles. Era habitual encontr¨¢rsela en un vivero comprando macetas y semillas. Y fue la frondosidad del peque?o cementerio de su parroquia de residencia, Santa Eulalia de Li¨¢ns, en Oleiros, a las afueras de A Coru?a, lo que llev¨® a Rosal¨ªa Mera Goyenechea, fallecida repentinamente el jueves a los 69 a?os de edad, a mudar su inicial deseo de ser incinerada. All¨ª reposa desde ayer en una sepultura en tierra la mujer hasta ahora m¨¢s rica de Espa?a, cofundadora del imperio textil Inditex, tras ser despedida por su familia, amigos y personalidades de la vida p¨²blica y social en una breve y sencilla ceremonia, musicalizada por el grupo Luar na Lubre con el Himno del Antiguo Reino de Galicia y Piensa en m¨ª,de Luz Casal, que se encontraba entre los asistentes.
No hubo misa, solo unas palabras del p¨¢rroco, Juan Carlos Alonso, recordando a la ¡°mujer, madre y abuela coraje, que nunca olvid¨® sus or¨ªgenes humildes y dec¨ªa lo que pensaba, aunque fuera pol¨ªticamente incorrecto¡±. Y dirigi¨¦ndose a su hija, Sandra Ortega Mera, muy afectada, rez¨® porque permanezcan ¡°las obras¡± de su madre. El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que encabez¨® la representaci¨®n p¨²blica, fue m¨¢s all¨¢ tras el sepelio: ¡°Pido a su familia, y en especial a su hija, que contin¨²e el compromiso social de su madre con los que m¨¢s lo necesitan, los discapacitados, y con la econom¨ªa social¡±.
A pesar de la presencia de su padre, Amancio Ortega, due?o de Inditex y el tercer hombre m¨¢s rico del planeta, siempre tan medi¨¢tica aunque no diga nunca ni palabra, todos los focos se centraban ayer en la primog¨¦nita del matrimonio ¡ªse divorciaron en 1986¡ª que cofund¨® el imperio textil. Nacida en A Coru?a en 1968, siete a?os antes de que sus padres abrieran la primera tienda de Zara, Sandra es la heredera m¨¢s desconocida de las dos mayores fortunas de Espa?a. Casada y con tres hijos, consigui¨® llevar al extremo la obsesi¨®n de sus progenitores por la privacidad y la discreci¨®n, el disfrutar de una vida sencilla y familiar. Hasta la repentina muerte de Rosal¨ªa Mera, su mentora a todos los efectos.
Madre e hija eran inseparables. Viv¨ªan en casas contiguas en Oleiros, compart¨ªan aficiones y paseos por la playa. Ambas se desviv¨ªan por el cuidado de Marcos, el segundo hijo de Mera y Ortega, nacido con par¨¢lisis cerebral. Y tambi¨¦n eran socias y administradoras solidarias del holding empresarial que hizo de Mera la emprendedora m¨¢s rica de Espa?a, adem¨¢s de la Fundaci¨®n Paideia, que codirig¨ªan. Pero Sandra Ortega, siempre tras las c¨¢maras. El anonimato que cultivaba con tanto esmero, ese que le permit¨ªa ser presidenta de la asociaci¨®n de padres del colegio p¨²blico de sus hijos o estar en una romer¨ªa popular como una vecina m¨¢s, se ha desmoronado al sufrir su madre un derrame cerebral cuando veraneaba con ella, su esposo y sus hijos en Menorca.
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