Obras maestras, malas artes
Las mejores piezas de la colecci¨®n de Mu?oz Ramonet han desaparecido del palacete de la calle Muntaner de Barcelona
Por fin el Ayuntamiento de Barcelona tiene las llaves del palacete situado en el n¨²mero 288 de la calle Muntaner. Ah¨ª se rodaron algunas secuencias de Blancanieves, la pel¨ªcula de Pablo Berger, pero lo que importa en esta historia es la colecci¨®n de arte que su anterior due?o ten¨ªa bajo sus paredes. Resulta complicado valorarla, se podr¨ªa hablar de decenas de millones de euros. Unas 26 obras de Fortuny, unas 18 de Goya, 12 de El Greco, siete de Sorolla, cuatro de Rembrandt, tres de Murillo y otras tres de Zurbar¨¢n... ?Quieren m¨¢s? Pues, cuadros de Vel¨¢zquez, Ti¨¦polo, Tiziano , Botticelli, Rafael, Gr¨¹newald,etc¨¦tera. ?Les parece poco? Est¨¢ bien: para los que presuman de gustos menos habituales, una colecci¨®n de miniaturas que supera el millar de piezas.
Efectivamente, un tesoro. Pertenec¨ªa a Julio Mu?oz Ramonet, un hombre de origen humilde que construy¨® su fortuna gracias al estraperlo del algod¨®n, al terminar la Guerra Civil, y a la especulaci¨®n inmobiliaria. Lleg¨® a tener 30 empresas, dio trabajo a 45.000 empleados, y su fortuna se dispar¨® tras casarse con la hija de un banquero.
Le encantaba pasearse en alguno de sus cuatro Rolls Royce y en su casa se com¨ªa con cubiertos de oro, pero cuentan que no sab¨ªa gran cosa de arte y que aquellas obras le serv¨ªan m¨¢s que nada para presumir. El verdadero art¨ªfice de la colecci¨®n fue R¨®mulo Bosch Catarineu. Pero le fueron mal las cosas y tuvo que desprenderse de ella para que le sirviera de aval. En 1950, fue a parar a manos de Mu?oz Ramonet.
La carrera de este no fue ejemplar: no tuvo escr¨²pulos para forrarse bendecido por el r¨¦gimen franquista y en 1986 se refugi¨® en Suiza, huyendo de la justicia espa?ola que lo persegu¨ªa por estafa y falsedad documental. All¨ª muri¨® en 1991, legando el palacete y cuanto conten¨ªa a la ciudad de Barcelona. Sus cuatro hijas no hicieron caso del testamento, y cuando se conoci¨® la ¨²ltima voluntad de su padre, empezaron hace dos d¨¦cadas los litigios.
Sentencia tras sentencia hasta que confirm¨® el Supremo. El 25 de julio, el Ayuntamiento pudo disponer de su tesoro. Se abrieron las puertas del palacete, pero las mejores obras que figuraban en los inventarios no estaban. Las hijas conoc¨ªan bien las artes de su padre.
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