Un arquitecto de mundo
Tras las huellas de Josep Llu¨ªs Sert y Rafael Moneo, I?aki ?balos estrena la direcci¨®n de la escuela de arquitectura de Harvard, una posici¨®n desde la que influir¨¢ en los edificios del futuro
El flamante nuevo director de la Graduate School of Design (GSD), el de??partamento de arquitectura de la Universidad de Harvard, I?aki ?balos, naci¨® en San Sebasti¨¢n en 1956 y estudi¨® en Madrid. Ahora vive entre esta ciudad y Cambridge, en Massachusetts, pero tiene casa en Ca??narias y construye en China. Tal vez por eso se considera m¨¢s un arquitecto de un tiempo que de un lugar. ¡°Hay que luchar contra la boina: el asentamiento en un lugar no te da certidumbre. La formaci¨®n de un arquitecto es infinitamente m¨¢s interesante si es capaz de tener el mundo en la cabeza¡±, opina. Cree que sus edificios, como la estaci¨®n del AVE en Logro?o o la remodelaci¨®n de la Fundaci¨®n T¨¤pies que concluy¨® en Barcelona, son un cruce de espacio y tiempo: ¡°Una perspectiva de 100 a?os iguala muchas cosas. Nos da lo mismo que el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid est¨¦ hecho en la misma ¨¦poca que el pabell¨®n Mies van der Rohe de Barcelona. Nos gustan los dos much¨ªsimo¡±.
As¨ª, para el autor de edificios en Las Palmas y Vitoria y de ensayos, como La buena vida, donde revisa las casas de Andy Warhol o Pablo Picasso, dirigir la influyente escuela estadounidense supone decidir, en cierta medida, c¨®mo ser¨¢ la arquitectura del futuro. Y aunque considera que ¡°Espa?a domina la cultura arquitect¨®nica mundial¡±, parece que el presente de alguien como ¨¦l, que comenz¨® a construir en un pueblo de 13.000 habitantes como Coria (C¨¢ceres), es ya planetario. Con su socia, la polaca Renata Sentkiewicz, acaba de ganar el concurso para levantar un Museo de Arte Contempor¨¢neo en Zhuhai (al sur de China, junto a Macao), y no lejos de all¨ª, en Guangzhou, dise?a una isla universitaria, un campus dedicado a la investigaci¨®n. As¨ª, con la cabeza y la atenci¨®n a ambos lados del globo, ?balos sabe contener su inquietud. Disfruta la tranquilidad de unas vacaciones en la isla de La Palma, donde tiene una casa, pero confiesa que adora y a?ora el ruido. Con las ventanas abiertas en su piso de la calle del Barquillo de Madrid explica que en Boston echa en falta el barullo, pero que irse a Am¨¦rica ya no supone convertirse en indiano. ?l no deja de viajar por el mundo. Y regresa a Madrid una vez al mes.
?balos tiene claro lo que grandes de la arquitectura espa?ola, Josep Llu¨ªs Sert y Rafael Moneo, aportaron al cargo que estrena. ¡°Sert no pod¨ªa entender el salto que existe en Am¨¦rica entre la arquitectura y la ciudad ¨C all¨ª ideada por urbanistas que son expertos en geograf¨ªa o econom¨ªa, pero ajenos al dise?o¨C. Por eso leg¨® un departamento de urbanismo asociado a la arquitectura que a partir de Harvard se expandi¨® por otras universidades¡±, cuenta. Luego explica por qu¨¦ Moneo fue otro director clave en Harvard: ¡°Cuando el posmodernismo comenz¨® a interesarse por la arquitectura hist¨®rica, ¨¦l ten¨ªa un pasado: se hab¨ªa formado en la historia de la arquitectura y de hecho vive la arquitectura como un presente continuo¡±. As¨ª, opina que aport¨® naturalidad y cercan¨ªa entre la historia y las nuevas disciplinas. Adem¨¢s, dice ?balos, todo lo que hace lo hace con dedicaci¨®n intensiva: ¡°Dej¨® huella y disciplin¨® mucho la escuela¡±.
El departamento de arquitectura que ahora dirige ?balos siempre ha querido tener vinculaci¨®n con Europa ¨Cdesde que comenz¨® con el alem¨¢n Walter Gropius¨C y con la pr¨¢ctica. No es una escuela te¨®rica, como Princeton, por ejemplo. Pero su nuevo director est¨¢ convencido de que Europa sigue siendo la cantera de la arquitectura del mundo. Asegura que a principios del siglo pasado, Am¨¦rica era la producci¨®n, y Europa, el valor a?adido, pero que hoy Am¨¦rica da el valor a?adido y lo que se construye en Europa se convierte en referente.
P. ?Qu¨¦ aportar¨¢ usted a Harvard?
R. Ninguna revoluci¨®n. Pero s¨ª aquello por lo que me han llamado: combino la pr¨¢ctica y la investigaci¨®n, y tengo experiencia: s¨¦ qui¨¦n es qui¨¦n.
P. ?Eso es fundamental para ense?ar arquitectura?
R. Lo es para gestionar un departamento. Creo que lo que les interesa de mi trayectoria es lo que he llamado termodin¨¢mica: integrar conocimientos cient¨ªficos en la arquitectura de una forma imaginativa, no meramente t¨¦cnica, sino cultural. Hace 15 a?os que defiende esa combinaci¨®n de cultura y ciencia. ¡°No quiero sonar pedante, pero el fil¨®sofo Bruno Latour dice que ¡®todos tenemos que ponernos la bata blanca¡¯. Los laboratorios han dejado de estar apartados de la vida. Los conocimientos de hoy hacen que la forma en la que entend¨ªamos la arquitectura hace tres lustros haya quedado obsoleta. Necesitamos poder integrar imaginaci¨®n y ciencia¡±.
La pregunta entonces es qu¨¦ pasar¨¢ con los otros pilares de la arquitectura: la tradici¨®n o el lugar. ¡°No hay arquitectura vern¨¢cula en el mundo que no sea una lecci¨®n maestra de adaptaci¨®n clim¨¢tica. La termodin¨¢mica siempre ha estado ah¨ª. Defiendo arquitecturas pasivas capaces de no consumir energ¨ªa finita para ofrecer confort. Defiendo afinar la intuici¨®n de la tradici¨®n con nuevos instrumentos¡±, explica.
P. ?C¨®mo hacer que la termodin¨¢mica no se convierta en una nueva etiqueta de moda, como sucedi¨® con ¡°lo ecol¨®gico¡±, transformado en adjetivo antes que en hecho?
R. Produciendo obras de arquitectura memorables, s¨®lidas y adaptadas a las necesidades reales de la sociedad.
P. ?Un ejemplo concreto?
R. Me lo pones dif¨ªcil.
P. Lo digo porque usted y su anterior socio Juan Herreros firmaron unas torres, llamadas bioclim¨¢ticas, en Vitoria que necesitaban aire acondicionado para evitar el calor.
R. Tuvieron la m¨¢s alta calificaci¨®n energ¨¦tica. Son una arquitectura bastante pasiva basada en los datos clim¨¢ticos de Vitoria.
P. Las fachadas son de vidrio.
R. Vitoria puede tener m¨¢s vidrio que casi ninguna otra ciudad en Espa?a. Y adem¨¢s las viviendas ventilan: todas tienen dos o tres fachadas. Si en un momento dado hay tres d¨ªas de sol excesivo, puedes tener calor, pero es lo m¨¢s bioclim¨¢tico que puedes hacer.
"Espa?a domina hoy la cultura arquitect¨®nica mundial"
Siendo un emigrante de lujo, ?balos vive mal que los espa?oles tengan que emigrar. ¡°No creo que las crisis sean una gran oportunidad. Son una gran desgracia. En el caso de la arquitectura espa?ola, que viv¨ªa un momento dorado, una desgracia mayor¡±. Pero considera que una vez que los arquitectos espa?oles han asumido que su crisis ser¨¢ m¨¢s larga que la crisis econ¨®mica espa?ola, han reaccionado bien. Sus despachos peque?os y m¨¢s artesanales que los del mundo anglosaj¨®n les han permitido adaptarse: ¡°No creo que haya un estudio en Europa de primera l¨ªnea en el que al menos el 20% de sus colaboradores no sean espa?oles¡±, explica. Y sostiene que el mundo acad¨¦mico m¨¢s prestigioso tambi¨¦n se ha aprovechado de la formaci¨®n polit¨¦cnica que se ha dado en Espa?a. Alejandro Zaera tiene su mismo cargo en Princeton e I?aki Alday en la Universidad de Virginia¡ ¡°Lo llaman la Armada Espa?ola. Creo que Espa?a domina en este momento la cultura arquitect¨®nica mundial¡±.
Ante el m¨ªnimo escepticismo de su interlocutora, ?balos se explica: ¡°Somos muchos los que estamos formando a la ¨¦lite. Y vienen m¨¢s. Estar en las posiciones clave de las universidades m¨¢s importantes es decidir cu¨¢les son las l¨ªneas que va a seguir la arquitectura en el mundo. Mucha gente no es consciente de hasta qu¨¦ punto diez escuelas de arquitectura del mundo dirigen la cultura arquitect¨®nica. Desde dentro te das cuenta de c¨®mo los programas de estudio del resto del mundo se van adaptando¡±.
I?aki ?balos habla de una cultura arquitect¨®nica mundial no dogm¨¢tica. ¡°Las l¨ªneas m¨¢s interesantes son las que abren nuevas v¨ªas y permiten pensar que la diferencia puede ser un valor. No estamos ante ning¨²n catecismo. Reina la apertura mental y hay que estar atento a c¨®mo las diferencias pueden contribuir al debate¡±, razona. Al tiempo que critica el anteproyecto para la Ley de Servicios Profesionales, que prepara el Ministerio de Econom¨ªa, en el que se relativiza la importancia de la cultura arquitect¨®nica cediendo la construcci¨®n a otros profesionales. ¡°Me siento humillado. Me parece absolutamente incomprensible que se est¨¦ intentando arramblar con la profesi¨®n, posiblemente con la de cocinero, m¨¢s prestigiosa que ha dado este pa¨ªs con una ley tan ciega al valor que aporta la arquitectura¡±. Habla de valor econ¨®mico: ¡°?Por qu¨¦ la gente va a Barcelona, Par¨ªs o Nueva York?¡±, pregunta.
Y asume que el hecho de que los arquitectos molesten a los pol¨ªticos ¨CEsperanza Aguirre dijo hace un a?o que ¡°a los arquitectos habr¨ªa que matarlos¡±¨C se debe a que el arte nunca es c¨®modo. Y menos para los pol¨ªticos. ¡°En general, no les hacemos un servicio a ellos. Tratamos de hacerlo a la sociedad, y eso muchas veces pasa por no hac¨¦rselo al pol¨ªtico¡±.
P. ?Usted cree que la sociedad piensa que trabajan para ella? Han recibido m¨¢s cr¨ªticas por su endogamia y prepotencia que ning¨²n otro colectivo¡
R. La cr¨ªtica que recibe la arquitectura, merecida en gran parte, se focaliza en la gesti¨®n de la arquitectura que se ha hecho en Espa?a en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. De los nombres que son criticados es dificil¨ªsimo encontrar uno espa?ol.
P. ?Calatrava? Que est¨¦ ejerciendo desde Espa?a. Todos sabemos d¨®nde est¨¢ el despilfarro.
"La forma en que entend¨ªamos la profesi¨®n hace tres lustros es obsoleta"
P. En Espa?a ha habido mucho. Al margen de los grandes nombres.
R. Bueno¡ si alguien hace un aeropuerto sin tener ni un solo avi¨®n, no es un problema del arquitecto que ha dise?ado el edificio de la terminal. La arquitectura espa?ola se caracteriza por una cierta contenci¨®n formal y por una buena gesti¨®n de las limitaciones econ¨®micas, como m¨ªnimo por eso. Mientras los arquitectos espa?oles trabajaban con presupuestos bajos, que otros pa¨ªses admiran, aqu¨ª hab¨ªa otros tirando el dinero por un agujero negro.
Aunque no se vaya a hacer las Am¨¦ricas como un indiano, ?balos est¨¢ acostumbrado a las mudanzas. Creci¨® en San Sebasti¨¢n y estudi¨® Arquitectura en Madrid. ¡°?ramos cinco hermanos, yo el peque?o, estudiando la carrera en Madrid. Tampoco ten¨ªamos tantos recursos, de modo que nos trasladamos toda la familia¡±. Cuenta que tiene un hermano arquitecto diez a?os mayor que ¨¦l, ¡°el que me influy¨®¡±. Y que, como le gustaba dibujar, para convencerle le pas¨® la obra completa de Le Corbusier: ¡°Un marciano haciendo platillos volantes fant¨¢sticos¡±. Por entonces dud¨® entre estudiar Literatura, Filosof¨ªa o Arquitectura, y ah¨ª le convenci¨® su padre. Le dijo que los literatos ten¨ªan una profesi¨®n para ganarse la vida, como Juan Benet, que le gustaba y era ingeniero.
Reci¨¦n salido de la escuela, se encontr¨® con la profunda crisis que asolaba la construcci¨®n. Corr¨ªa el a?o 1979 y un delineante de su hermano, Jes¨²s Est¨¦vez, ¡°que ha fallecido hace poco y era de Coria, llam¨® diciendo que en su pueblo ten¨ªa clientes¡±. Los emigrantes estaban regresando, muchos desde Suiza. Ten¨ªan dinero, quer¨ªan construirse casas, y ?balos se fue para all¨¢.
Se qued¨® tres a?os siguiendo el consejo de Frank Lloyd Wright: ¡°Haz tus primeras casas lejos de donde vives¡±. ¡°No hab¨ªa vivido nunca en un pueblo y la dehesa extreme?a me entusiasm¨®. En un bar conoc¨ª a un se?or en zapatillas que hablaba muy bien. Le pregunt¨¦ a qu¨¦ se dedicaba y me dijo que era Rafael S¨¢nchez Ferlosio, el autor de El Jarama y Alfanhu¨ª ¨Clos libros que entonces todo el mundo le¨ªa¨C. Me invit¨® a su palacio, que estaba en ruinas, junto a la catedral. All¨ª iba tambi¨¦n el notario, que era muy culto. De repente estaba rodeado de gente mucho m¨¢s interesante que en la capital¡¡±.
?balos se fue de Coria porque ¡°la etapa se agot¨®¡±. Y aunque hace cinco a?os concluy¨® una relaci¨®n profesional con Juan Herreros que se prolong¨® m¨¢s de dos d¨¦cadas, no cree haber agotado m¨¢s etapas que la mayor¨ªa de la gente. ¡°Los arquitectos j¨®venes son inseguros, necesitan trabajar en equipo. Recomendar¨ªa a todo el mundo poner a prueba sus ideas asoci¨¢ndose. Juan y yo aprendimos mucho el uno del otro y somos amigos. Pero seg¨²n creces te haces m¨¢s independiente. Lleg¨® un momento en que tuvimos que decidir si quer¨ªamos tener una aventura distinta¡±. Y la iniciaron en 2008.
Son poqu¨ªsimas las obras de los grandes estudios que perdurar¨¢n"
Arriesgar, en realidad, es una constante en la vida de ?balos, que, con tres matrimonios y tres hijos, ha sido m¨¢s estable profesional que personalmente. ¡°Hoy ninguna profesi¨®n ejercida con intensidad es muy compatible con la vida familiar. Y aunque no estoy de acuerdo con eso, es dif¨ªcil cambiarlo. Lo ¨²nico que puedes contraponer es la m¨¢xima intensidad en los pocos momentos que tienes. Es mucho peor en otras sociedades, como la asi¨¢tica. He tenido mejores y peores momentos con mis hijos, pero seg¨²n crecen van aproxim¨¢ndose a m¨ª. Todos tenemos nuestro papel. Hay quien est¨¢ muy cerca y precisamente por estar tan cerca, los ni?os se intentan alejar¡¡±. Todas las parejas de ?balos han sido arquitectas. Sin embargo, ahora su pareja profesional, Renata Sentkiewicz es, por primera vez, su pareja personal. ¡°Quiz¨¢ en mi acercamiento a mis anteriores parejas ten¨ªa otros v¨ªnculos, pero me acerqu¨¦ a Renata trabajando; su capacidad como t¨¦cnica y dise?adora es impresionante¡±, se?ala ?balos, que se considera arquitecto por encima de profesor.
P. ?Y qu¨¦ le hace pensar que sabe formar arquitectos?
R. Que aprendo ense?ando.
Explica que un buen profesor ¡°debe saber adaptarse, luego hay muchas formas de ser bueno¡±. Cuenta que su generaci¨®n tuvo la fortuna de tener maestros que ense?aban a ser, a comportarse, a entender el mundo. ¡°Con [Alejandro de la] Sota casi aprend¨ªas de sus chistes. Pero la obra tambi¨¦n habla. Mi pasi¨®n por los rascacielos y por la arquitectura americana viene de [Francisco Javier S¨¢enz de] Oiza. De las veces que visit¨¦ el BBVA en construcci¨®n¡±, cuenta. Y lamenta que la visita de obra se est¨¦ perdiendo. ¡°La internacionalizaci¨®n de la profesi¨®n te obliga a pensar estrategias que garanticen la calidad a distancia¡±. El control de calidad se hace entonces por partes, con prefabricados. ¡°Nos guste o no, el muro cortina es la lengua franca de la arquitectura, lo que permite garantizar el mismo resultado en todo el mundo. Por eso se hacen las grandes oficinas con este material, porque el vidrio tambi¨¦n ha aumentado sus prestaciones, aunque todav¨ªa le quede camino por recorrer¡±.
Los grandes estudios son pocos y se reparten el mundo porque, supuestamente, ofrecen servicios completos. ¡°Pero son poqu¨ªsimas las obras de esos grupos que perdurar¨¢n. Construyen con eficacia, pero no son memorables, no tienen valor cultural¡±, a?ade. En medio de ese panorama, el nuevo director de la Escuela de Arquitectura de Harvard cree que esa tendencia se va a revertir. ¡°Los clientes cada vez son m¨¢s conscientes de que las grandes corporaciones resuelven los problemas, pero no aportan valor. Y, a su vez, es muy dif¨ªcil que un arquitecto demuestre su valor haciendo bares. Por eso creo que el futuro pasa por la escala intermedia: la colaboraci¨®n entre los peque?os arquitectos creativos y las grandes oficinas puede permitirles a los dos sobrevivir¡±.
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