Los otros cr¨ªmenes de guerra
El patrimonio cultural se convierte en v¨ªctima colateral de las revueltas ¨¢rabes
Tiempos convulsos viven las primaveras ¨¢rabes, bien lo sabemos. Las revueltas ciudadanas derrocaron dictadores sin tener un gui¨®n escrito, y ahora las aspiraciones de millones de personas ¡ªb¨¢sicamente, tener una vida libre y digna¡ª se ven lastradas por las luchas de poder. Es dif¨ªcil predecir el curso de una revoluci¨®n, pero lo que no estaba previsto es que algunas de las joyas m¨¢s valiosas del patrimonio cultural se convirtieran en v¨ªctimas colaterales de las turbulencias.
Ah¨ª est¨¢n las fotos, abracadabrantes. Excavadoras Hyundai sobre sarc¨®fagos volteados, o un viaducto hecho a?icos. Hablamos de la gran necr¨®polis de Cirene, la bella ciudad fundada por los griegos en el siglo VII antes de Cristo en el este de Libia (que dar¨ªa luego el nombre de Cirenaica a la regi¨®n). Los vecinos del yacimiento, cercano a Bengasi y patrimonio de la Unesco, han destruido una parte del cementerio con idea de vender parcelas a promotores inmobiliarios y particulares. Las tierras son suyas, dicen, aunque no tienen papeles que lo acrediten. Por eso piden precios de saldo. Y muy probablemente los compradores ser¨¢n los mismos que ponen las excavadoras. Menudos bloques con vistas pueden hacerse...
Los lugare?os, que con Gadafi no mov¨ªan un dedo, ahora se muestran dispuestos a negociar con el Gobierno... Un Gobierno que no tiene presupuesto, bloqueado en un Parlamento dividido, ni ej¨¦rcito ni polic¨ªa dignos de ese nombre. Un arque¨®logo, Ahmed Hussein, lucha solo contra la barbarie, armado con una c¨¢mara.
Ahora es Cirene, pero hace unos d¨ªas fue el museo de Al Minya, en el norte de Egipto, saqueado hasta los cimientos. M¨¢s de mil piezas arqueol¨®gicas de valor incalculable fueron robadas. Y lo que no pudieron llevarse, ya fueran estatuas o momias, lo destrozaron. El pre¨¢mbulo se hab¨ªa dado hace dos a?os en el Museo Egipcio de El Cairo. Las autoridades culpan, en este caso, a grupos islamistas.
Salafistas y talibanes han destruido recientemente mezquitas en Mal¨ª y el mausoleo de Abraham en Siria, como antes dinamitaron los Budas de Bamiy¨¢n. Claro que la ciudadela de Alepo ha servido de diana para las tropas de Bachar el Asad. Y antes fue el Museo Nacional de Irak, saqueado hace diez a?os. Y no hace tanto tiempo ve¨ªamos arder en suelo europeo la biblioteca de Sarajevo. Son los otros cr¨ªmenes contra la humanidad. Siempre impunes.
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