Gibraltar como excusa
El marco adecuado para resolver los problemas concretos es la Uni¨®n Europea
Desde que tengo uso de raz¨®n, el tema de Gibraltar ha servido, por razones de pol¨ªtica interna, para excitar el ¡°fervor patri¨®tico¡± de espa?oles y brit¨¢nicos. A los conservadores de Reino Unido por la nostalgia del imperio perdido y a la derecha espa?ola porque siempre le ha gustado sacar pecho frente a la ¡°p¨¦rfida Albi¨®n¡±. Y ahora, si la cosa se pone cruda y el Gobierno de Rajoy pierde el control de la situaci¨®n pol¨ªtica e intenta tapar problemas internos del PP, viene muy bien al caso utilizar el conflicto sobre Gibraltar.
Sobre el tema de fondo del conflicto, el retorno del Pe?¨®n a la soberan¨ªa espa?ola, existe un gran consenso en la mayor¨ªa de los ciudadanos y de los partidos pol¨ªticos espa?oles. Aunque siempre subyace, el tema de la soberan¨ªa no es el que ha provocado las actuales tensiones entre los Gobiernos de Espa?a y de Reino Unido. Sin embargo, Gibraltar es un tema de pol¨ªtica de Estado y todo lo que concierne al mismo deber¨ªa ser consensuado y consultado por el Gobierno con la oposici¨®n. No ha ocurrido as¨ª.
La tensi¨®n de los ¨²ltimos d¨ªas en la bah¨ªa de Algeciras es el resultado de una serie de desprop¨®sitos que se habr¨ªan podido evitar si se hubiera acudido inicialmente al di¨¢logo con Reino Unido y al consenso con la oposici¨®n. A la provocaci¨®n unilateral de las autoridades gibraltare?as depositando bloques de hormig¨®n para impedir la pesca a los barcos espa?oles, le sigue una serie de medidas (los controles en la Verja, la amenaza de establecer una tasa de congesti¨®n a los llanitos, el env¨ªo de buques de guerra brit¨¢nicos), acompa?ada de una escalada de declaraciones grandilocuentes que no ayudaron a encauzar la situaci¨®n. En un segundo plano quedaron los perjuicios causados a los ciudadanos: largas esperas en la Verja, la incertidumbre ante su futuro de miles de trabajadores del Campo de Gibraltar y los efectos negativos sobre la precaria econom¨ªa de la ciudad de La L¨ªnea.
La historia nos demuestra que las medidas que afectan negativamente a los ciudadanos de ambos lados de la Verja no ayudan a la soluci¨®n de los problemas. Basta recordar los resultados nefastos del cierre de la Verja en 1969, durante la ¨¦poca franquista y el aislamiento que provoc¨®: p¨¦rdida de contacto entre familias y ciudadanos, desconfianza y resentimiento, retroceso en la utilizaci¨®n del idioma espa?ol entre los gibraltare?os, etc¨¦tera.
El Pe?¨®n es un tema de
pol¨ªtica de Estado y la oposici¨®n
debe ser consultada
A la vista de los incidentes acaecidos, cabe preguntarse si los mismos hubieran tenido lugar de haber existido un ¨®rgano de consulta entre las partes concernidas. El Gobierno del PP liquid¨® el Foro Tripartito. Es verdad que las instituciones de Andaluc¨ªa y los Ayuntamientos del Campo de Gibraltar no estaban representados formalmente, pero participaban en la delegaci¨®n espa?ola junto a las delegaciones brit¨¢nica y gibraltare?a. Pero m¨¢s all¨¢ de los problemas de representaci¨®n institucional, el Foro Tripartito era el ¨²nico lugar de encuentro entre las partes que podr¨ªa haber afrontado los temas concretos. Precisamente, gran parte de la controversia actual gira en torno al mecanismo de di¨¢logo entre las partes.
Ahora no se trata de abordar el problema de la soberan¨ªa. La propuesta de buscar un acuerdo con Argentina para llevar conjuntamente a la ONU los contenciosos de las Malvinas y Gibraltar fue un desprop¨®sito del Gobierno. Ahora se trata de abordar una salida a las tensiones actuales derivadas de las medidas adoptadas. Es necesario el di¨¢logo y la negociaci¨®n y es razonable que se desarrollen en el marco de la Uni¨®n Europea (UE) de la que son miembros Espa?a y Reino Unido. Es el marco adecuado para abordar los problemas concretos. Que la UE env¨ªe observadores sobre los mismos (tr¨¢nsito de personas y bienes, fiscalidad, bunkering, medio ambiente, etc¨¦tera) supone que la UE asume una responsabilidad ante problemas que dividen a sus miembros. Pero sobre todo, la liquidaci¨®n del Foro Tripartito pone de manifiesto la importancia de articular un mecanismo permanente y flexible de di¨¢logo entre las partes.
Llevamos m¨¢s de 300 a?os de conflicto sobre Gibraltar y en el horizonte no se vislumbra una soluci¨®n definitiva al problema de la soberan¨ªa. Una y otra vez el principio de la integridad territorial choca con el de la autodeterminaci¨®n. Seguramente mi generaci¨®n no ver¨¢ un Gibraltar bajo soberan¨ªa espa?ola. No debemos dejar de reivindicarla, pero con la vista puesta en los efectos sobre Ceuta y Melilla.
Pero tengo una cosa clara: las pol¨ªticas que dividen a las poblaciones retrasan la soluci¨®n del problema y las pol¨ªticas que unen acercan la soluci¨®n. Es cuesti¨®n de tiempo y tambi¨¦n de medios. Si desarrollamos inversiones estructurales en el Campo de Gibraltar que favorezcan la reducci¨®n de las diferencias de rentas entre las poblaciones. Si practicamos conjuntamente, con la implicaci¨®n necesaria del Reino Unido y la UE, ¡°pol¨ªticas de poblaci¨®n¡±, es decir, pol¨ªticas de salud, pol¨ªticas de becas en educaci¨®n y formaci¨®n profesional, culturales, medioambientales, etc¨¦tera, que acerquen a los ciudadanos, es posible que el problema de la soberan¨ªa encuentre un camino m¨¢s adecuado.
Manuel Chaves Gonz¨¢lez fue presidente de la Junta de Andaluc¨ªa.
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