El Turismo Responsable y sus m¨²ltiples sentidos
Por Ernest Ca?ada, coordinador de Alba Sud
El Turismo Responsable naci¨® como reacci¨®n al malestar generado por el crecimiento tur¨ªstico. Desde los a?os 70, cuando la turistizaci¨®n de determinadas ¨¢reas del planeta ya era un hecho, se empez¨® a elaborar una cr¨ªtica razonada a algunas de las implicaciones de este modelo de desarrollo. Los impactos negativos en el medio ambiente, la econom¨ªa, la cultura o en las condiciones laborales fueron haci¨¦ndose visibles. Comenzaba a romperse as¨ª la imagen amable de un sector que tomaba cada vez m¨¢s relevancia en la econom¨ªa internacional.
Esta gradual insatisfacci¨®n deriv¨® en la idea del Turismo Responsable a principios de los 2000. Desde un inicio sirvi¨® para albergar diversas motivaciones, por lo que pronto dio lugar a un concepto con m¨²ltiples sentidos. Hoy en d¨ªa el Turismo Responsable sirve para identificar ciertas actitudes y sensibilidades de determinados turistas que buscan otras formas de viajar, distintas a las propuestas m¨¢s estandarizadas de las grandes operadoras. Preocupaciones sobre la afectaci¨®n en el medio ambiente que provoca uno como turista, si el dinero gastado llega a la poblaci¨®n local o c¨®mo tener una relaci¨®n m¨¢s cercana con la gente del lugar, por ejemplo, dan nuevo sentido a la actividad tur¨ªstica: buscan una mayor implicaci¨®n o compromiso personal.
El crecimiento de este tipo de sensibilidades, tanto entre los turistas como en algunas empresas, cristaliz¨® en modalidades como el turismo solidario o el ecoturismo, que encontraron despu¨¦s en el Turismo Responsable una referencia. Esto ha dado lugar a un nicho de mercado en torno a este tipo de ofertas alternativas. Aunque inicialmente sus promotores no estuvieron en el coraz¨®n de la industria tur¨ªstica y m¨¢s bien creci¨® en sus m¨¢rgenes, la propia evoluci¨®n del sector favoreci¨® su desarrollo. La empresa tur¨ªstica trata de ofrecer cada vez m¨¢s productos singulares, diferenciados, que permitan al cliente una experiencia particular. Esto conlleva que la oferta se segmente m¨¢s, sin que necesariamente se abandonen propuestas m¨¢s estandarizadas, como resorts todo-incluido, y de ah¨ª el creciente inter¨¦s de grandes empresas por este tipo de iniciativas asociadas con un Turismo Responsable.
Algunas iniciativas empresariales han apostado por la aplicaci¨®n voluntaria de buenas pr¨¢cticas, conscientes de la evoluci¨®n de una parte de la potencial demanda y de la misma sociedad. Estas buenas pr¨¢cticas se identifican tambi¨¦n como Turismo Responsable, tal como recoge la Declaraci¨®n de Ciudad del Cabo en Destinos del a?o 2002. Pol¨ªticas de Responsabilidad Social Corporativa, certificaciones o c¨®digos ¨¦ticos son algunos de los instrumentos que el sector empresarial ha adoptado para promover una gesti¨®n m¨¢s atenta ante determinadas problem¨¢ticas y con m¨¢s capacidad para comunicar una mejor imagen empresarial.
Por otra parte, y en contradicci¨®n con lo anterior, la acumulaci¨®n de conflictos vinculados a la actividad tur¨ªstica ha sido otra fuente de inspiraci¨®n del Turismo Responsable. Existen iniciativas que constituyen una evidencia de su progresiva relevancia:
- Observatorio del Turismo Irresponsable,
- campa?a de Tourism Concern sobre las causas de los conflictos tur¨ªsticos
- informe de Alba Sud sobre conflictos tur¨ªsticos en Centroam¨¦rica
Conflictos provocados por citar solo algunas causas por:
- contaminaci¨®n ambiental
- desplazamiento de la poblaci¨®n local
- privatizaci¨®n y ¡°elitizaci¨®n¡± de ciertos territorios
- explotaci¨®n sexual comercial de menores
- acaparamiento de recursos naturales como la tierra o el agua
- encarecimiento del coste de la vida
- malas condiciones laborales
Desde esta perspectiva el Turismo Responsable se entiende como un movimiento social en defensa de la sostenibilidad de esa actividad. As¨ª se privilegia la intervenci¨®n a favor de las poblaciones afectadas negativamente por las din¨¢micas tur¨ªsticas o en conflicto, una mayor sensibilizaci¨®n de todos los actores implicados (turistas, empresas, poblaci¨®n anfitriona o instituciones p¨²blicas) y el desarrollo de modelos tur¨ªsticos m¨¢s sostenibles, adaptados a cada contexto. Frente a la l¨®gica voluntaria de las iniciativas empresariales se demanda una mayor regulaci¨®n obligatoria por parte del Estado.
La coexistencia de estos m¨²ltiples sentidos en la idea de Turismo Responsable no es sencilla. La importancia creciente del mismo sector hace que las distintas motivaciones que coincidieron en el origen del concepto adquieran y demanden un mayor protagonismo. Esto evidencia sus contradicciones, dificulta la capacidad de entenderse y reconocerse y, finalmente, puede comprometer su mismo uso.
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