La necesidad de las elecciones primarias
Las votaciones abiertas para designar candidatos son un buen sistema para revitalizar la pol¨ªtica
Si nos atenemos a la experiencia europea, los mejores resultados obtenidos por los partidos socialistas en las elecciones parlamentarias celebradas en tiempo reciente en la Uni¨®n Europea han sido precedidos por la elecci¨®n del candidato en un proceso de primarias abiertas a la sociedad. Tal es el caso de Francia y de Italia.
Este proceso de elecciones primarias ha servido para conocer mejor a los posibles candidatos, pero tambi¨¦n sus ideas, promoviendo debates p¨²blicos entre ellos y con los ciudadanos. Ha sido una excelente oportunidad para ampliar el proceso de decisi¨®n m¨¢s all¨¢ de las fronteras de la estricta militancia pol¨ªtica partidaria, extendi¨¦ndola a quienes comparten ideas (en este caso progresistas) y son parte del apoyo electoral en las urnas.
En un contexto de crisis econ¨®mica como el actual, con un nivel intolerable de paro y con problemas econ¨®micos y sociales tan serios, es necesario que los ciudadanos conozcan a los pol¨ªticos que toman las decisiones y les obliguen a adquirir compromisos concretos. Con ello se producir¨¢ un impulso de renovaci¨®n del contrato pol¨ªtico con los electores, de los partidos y sus candidatos.
Las experiencias italiana y francesa se han hecho con unas reglas sencillas y claras (por ejemplo, en el caso franc¨¦s bastaba con firmar una declaraci¨®n individual y contribuir con un euro) y con una propuesta interna de candidatos amplia y plural.
Creo que estos antecedentes son perfectamente aplicables a Espa?a y al PSOE. De hecho, este ser¨¢ uno de los temas que deba decidir la pr¨®xima Conferencia Pol¨ªtica a celebrar este oto?o, y cuya ponencia marco se hace ya eco del mismo.
Que los gestores p¨²blicos sean vistos como fuente de problemas en lugar de actores en la soluci¨®n de los mismos evidencia un alejamiento social, que muestran los recientes trabajos de Metroscopia o los bar¨®metros mensuales del CIS, que es necesario reducir por la salud democr¨¢tica de nuestro pa¨ªs. Es cierto que el comportamiento interno de los partidos en la designaci¨®n de sus candidatos es solo un aspecto de este problema y que hay otros muy relevantes, como la erradicaci¨®n de la corrupci¨®n en todas sus vertientes y manifestaciones o la reforma de los sistemas electorales, adem¨¢s del contenido de las pol¨ªticas desarrolladas por los Gobiernos.
Las normas deber¨ªan fomentar la presentaci¨®n de candidaturas
Pero es necesario, ahora m¨¢s que nunca, que se haga realidad aquello de que las cosas se pueden hacer de un modo distinto, m¨¢s eficaz y transparente, modificando actitudes y comportamientos anteriores. Sin ello, no ser¨¢ posible recuperar la confianza que los partidos pol¨ªticos tuvieron en la Transici¨®n y las primeras d¨¦cadas de la democracia, pero que han perdido desde entonces.
El censo del PSOE reflejaba en el 38? Congreso celebrado en febrero de 2012 unas cifras de 216.000 militantes y 405.000 simpatizantes registrados. Una cifra solo ligeramente superior al 10% de los sufragios obtenidos por los socialistas en las elecciones generales de noviembre de 2011, y ello a pesar de la disminuci¨®n del apoyo electoral en n¨²mero de sufragios totales respecto de anteriores elecciones.
En estas condiciones, y como una aportaci¨®n a la necesaria renovaci¨®n del partido socialista y al propio sistema pol¨ªtico espa?ol, es necesario que el proceso de designaci¨®n de la candidatura socialista a las pr¨®ximas elecciones generales se haga sobre una base abierta, con reglas que fomenten la participaci¨®n. Es una necesidad imperiosa ante el electorado progresista. Tal iniciativa deber¨ªa generalizarse a otros procesos de designaci¨®n de candidatos y ¨®rganos internos.
Tal convocatoria deber¨ªa ser abierta y lo m¨¢s amplia posible, extendi¨¦ndose a militantes y simpatizantes actualmente registrados, pero tambi¨¦n a todos aquellos ciudadanos que, inspir¨¢ndose en el modelo franc¨¦s, expresen su compromiso p¨²blico con el PSOE y manifiesten de manera expl¨ªcita su voluntad de participar en dicho proceso.
Adem¨¢s, las normas deber¨ªan estar orientadas a fomentar la presentaci¨®n de candidaturas, estableciendo barreras no disuasorias para la participaci¨®n y el debate entre los candidatos a las primarias. Un modelo de decisi¨®n a dos vueltas podr¨ªa favorecer este hecho. Igualmente, deber¨ªan quedar establecidas, de entrada, las reglas de la campa?a, los apoyos materiales y econ¨®micos para desarrollarla y sus l¨ªmites. Acceso a listados y censos, reglas de debate p¨²blicos, condiciones materiales del voto y voto por correo son aspectos fundamentales para su buen desarrollo, como hemos tenido ocasi¨®n de comprobar recientemente en el caso de Andaluc¨ªa.
Son propuestas positivas que pueden ser, junto con otras, revitalizadoras de nuestra vida pol¨ªtica. Pero hace falta, sobre todo, voluntad y cultura democr¨¢ticas en los partidos que quieran designar a sus candidatos por elecciones primarias, dejando que el proceso fluya libremente sin condicionarlo ni someterlo a decisiones previas. De ello depende que este mecanismo de participaci¨®n democr¨¢tica sea un ¨¦xito y sirva de ejemplo de regeneraci¨®n de los partidos pol¨ªticos. De lo contrario, la ciudadan¨ªa lo considerar¨¢ como m¨¢s de lo mismo.
Luis Planas es inspector de Trabajo y Seguridad Social y particip¨® en el proceso de primarias en Andaluc¨ªa.
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