El barrio de Camden imita a Hollywood
El distrito alternativo de Londres cocina un paseo de la fama musical donde quedar¨¢n inmortalizados los mejores artistas y personalidades de la historia reciente de esta industria As¨ª es su macroproyecto
A pie de calle nadie lo conoce, pero Lee Bennett, empresario ingl¨¦s corpulento acicalado con un pendiente de plata que abraza su oreja derecha, camina con seguridad pasmosa por el barrio londinense de Camden Town. El brit¨¢nico se convierte en una prolongaci¨®n nuestra por las calles de un distrito lejano al Londres se?orial. Entre turistas, trabajadores y alg¨²n punk, cientos de tiendas, carteles y objetos gigantescos cuelgan de sus fachadas a cada paso. Mientras, los numerosos puestos de comida tratan de seducir al olfato pr¨¢cticamente a cualquier hora del d¨ªa. Si los planes no se tuercen de nuevo, este impacto se intensificar¨¢ desde finales de octubre con el proyecto conocido como el Music Walk of Fame (el Paseo de la Fama de la M¨²sica). Con ¨¦l, Bennett aspira a honrar a artistas y miembros de la industria musical sembrando las principales arterias de Camden con baldosas con sus nombres.
La idea naci¨® en 2007 de forma inesperada en un viaje familiar a Los ?ngeles. ¡°Estaba en Hollywood con mi hijo, que entonces ten¨ªa 10 a?os, y me pregunt¨®: ¡®?No estar¨ªa genial tener algo as¨ª en Londres?¡±, desvela en uno de sus bares en el distrito. Meses m¨¢s tarde, este ingl¨¦s comenz¨® a considerarlo una iniciativa viable. Cerca de seis a?os despu¨¦s, el proyecto que despert¨® recelo en el Ayuntamiento local qued¨® aparcado ante los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012 y se ralentiz¨® por las espor¨¢dicas reuniones con la C¨¢mara de Comercio de Hollywood. En su primera fase, el Paseo de la Fama de la M¨²sica cubrir¨¢ la distancia entre el cruce entre Camden High Street y Jamestown Road y el emblem¨¢tico espacio cultural Roundhouse. A lo largo de estos 800 metros, el empresario espera colocar 120 baldosas en algo m¨¢s de un a?o, de las que 30 estar¨¢n ya listas en febrero ¨Cmes en el que se entregan los galardones de la m¨²sica y cine Brit Awards y Bafta, respectivamente¨C. ¡°Cada baldosa mide algo m¨¢s de un metro por un metro. Consiste en un disco con el borde y las letras en bronce que nos cuesta cerca de 1.070 euros, y por instalarlas pagamos al Ayuntamiento entre 355 y casi 600 euros¡±. En la segunda fase, el paseo tiene previsto ampliarse desde la estaci¨®n de metro de Camden Town hasta Hawley Street ¨Cpasando por delante de la sede de la cadena MTV¨C, donde se plantar¨¢n otras 30 placas, y en la tercera, estas bajar¨¢n desde la parada del subterr¨¢neo hasta la m¨ªtica sala Koko.
¡°En cuanto pudo comprarse una casa, se mud¨® aqu¨ª¡±, rememora el padre de Amy Winehouse
Uno de los primeros homenajes recaer¨¢ sobre la cantante de soul y jazz Amy Winehouse, quien falleci¨® a la edad de 27 a?os tras una vida de adicciones al alcohol y las drogas. La londinense, apodada la reina de Camden, contar¨¢ desde octubre con una baldosa y una estatua de bronce que la recordar¨¢n para siempre junto a Roundhouse. ¡°Amy era de Barnet [norte de Londres], pero le encantaba Camden. En 2002, en cuanto se pudo permitir una casa, se mud¨® aqu¨ª. Ten¨ªa muchos trabajos peque?os. Uno de ellos era en un sex shop vendiendo todo tipo de fetiches¡±, rememora su padre, Mitch Winehouse, enfundado en un impecable y brillante traje gris met¨¢lico. Tras su p¨¦rdida, Mitch cre¨® una fundaci¨®n con el nombre de su hija que preside desde entonces, cuyo objetivo es concienciar a los j¨®venes sobre la drogodependencia y ayudar a la comunidad local. ¡°Ella adoraba a Camden, y Camden a ella. Le gustaba el mercado; lo vintage, la ropa y la escena musical era importante para ella. Quiero que la gente entienda que Amy no era como reflejaban los medios. Ella puede ser y ha empezado a ser un bien muy potente. Esto le encantar¨ªa y creo que es maravilloso¡±.
Entre las incorporaciones que espera a tener el paseo de las estrellas el pr¨®ximo a?o se encuentra un museo que reformar¨¢ por completo el Stables Market, que en sus or¨ªgenes alberg¨® un hospital para caballos. Las obras de esta mole de unos 15.250 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas oscilan entre los seis y 8,3 millones de euros. El motivo se entiende al deambular por un edificio fantasma en el que parte de la costosa decoraci¨®n importada ya desde India ser¨¢ devuelta ante los fluctuantes planes de Bennett: un restaurante tem¨¢tico, un bar, un peque?o estudio en el que ver c¨®mo trabajan los profesionales del sector, figuras de cera, objetos que han participado en giras o pertenecido a artistas y 15 salas dotadas de hologramas son las responsables de las elevadas cifras que, seg¨²n el ingl¨¦s, se traducir¨¢n en una entrada que rondar¨¢ los 20 euros. ¡°Esta tecnolog¨ªa 3D necesita unas dimensiones m¨ªnimas. Cada habitaci¨®n costar¨¢ entre 35.500 y 60.000 euros y tendr¨¢ tres metros y medio de alto en un espacio de 36 metros cuadrados. Podr¨¢s tocar en un escenario con Janis Joplin, Jimi Hendrix o Nirvana o volver a Woodstock. Entrar¨¢s en la sala y, si miras alrededor, el p¨²blico estar¨¢ detr¨¢s, y el grupo, delante¡±.
Entre las concurridas calles de Camden alternan por igual las riadas de turistas, trabajadores, fans del britpop, g¨®ticos y punkis. Su mercado principal recibe cerca de 300.000 visitantes cada fin de semana, lo que lo convierte en la segunda atracci¨®n tur¨ªstica europea. Al caer el manso sol brit¨¢nico, comienza su rica vida nocturna en 62 pubs ¨Cmuchos de ellos, con m¨²sica en directo¨C, que generan 6.000 empleos, seg¨²n el Ayuntamiento local. Pero esta estampa difiere de la humilde zona obrera, destino de emigrantes irlandeses, que no despeg¨® hasta la d¨¦cada de los sesenta. ¡°Entonces se comenzaron a usar los pubs, Roundhouse empez¨® a emplearse como local de ensayo donde iban los Sex Pistols¡ Sin m¨²sica, Camden se convertir¨ªa en cualquier parte de Londres o del mundo. Lo mejor que podemos hacer es protegerla¡±, afirma Jonathan Simpson, alcalde laborista del barrio, sin perder atenci¨®n al f¨¦rreo marcaje de Bennett a sus palabras.
Pero es cierto. Por aqu¨ª han desfilado todo tipo de artistas y g¨¦neros musicales. Los alocados sesenta y setenta atrajeron al rock psicod¨¦lico de The Doors y Pink Floyd, el glam rock de David Bowie o el punk de Sex Pistols y The Clash. En los ochenta, el pop de Madonna, el divertido ska de Madness y Red Hot Chili Peppers tomaron el relevo que despu¨¦s transmitieron a la ola de brit?pop de Oasis, Blur y Suede en los noventa y las melod¨ªas de Primal Scream y Coldplay a comienzos de siglo. Para hacerse con un hueco en el paseo, Bennett y su equipo dividir¨¢n los homenajeados en cinco categor¨ªas ¨Cicono, influencias, innovadores, h¨¦roe no cantado e industria musical¨C que refrendar¨¢ el p¨²blico, salvo, dice, en los primeros inmortalizados. A cada lanzamiento, anuncia, le acompa?ar¨¢ un concierto o evento. ¡°El comit¨¦ internacional, compuesto por miembros de grupos, periodistas musicales y personalidades de la industria, crear¨¢ una lista breve con candidatos que luego votar¨¢ la gente por Internet. Los iconos ser¨¢n la principal categor¨ªa porque es lo que atrae la atenci¨®n, lo que la gente quiere ver¡±. Adelant¨¢ndose a los acontecimientos, Bennett nos anticipa que entre las primeros personalidades y grupos celebrados, adem¨¢s de Winehouse, estar¨¢n Led Zeppelin, The Who y Elvis (en la categor¨ªa de iconos); el dise?a?dor gr¨¢fico Storm Thorgerson (h¨¦roe no cantado), el brasile?o Sergio Mendes y el rapero Dr. Dre (influencias), Gibson Les Paul y Tech?nics 1.200 (innovadores) y los fundadores de Island y Atlantic Records, Chris Black?well y Ahmet Urtogen (industria musical).
¡°Arruinar¨¢ el mercado y lo har¨¢ americano y tur¨ªstico¡±, recela la encargada de un puesto de m¨²sica
El proyecto genera, sin embargo, dudas entre algunos vecinos y empresarios locales. Varios de ellos dudan de que el paseo de la fama aporte algo a un barrio donde ya concurren cientos de miles de turistas. ¡°Dependemos de la acera y es una calle estrecha. Habr¨ªa mucha destrucci¨®n y ya pagamos demasiado¡±, recela una peluquera africana que pasa la treintena. ¡°No me gusta. Arruinar¨¢ el mercado y lo har¨¢ americano y tur¨ªstico¡±, se suma la joven encargada punk de un puesto de m¨²sica. Lee Bennett opina, sin embargo, que la regeneraci¨®n del barrio urge. El equilibrio entre pasado y futuro pasa por no impedir que Camden contin¨²e siendo un trampol¨ªn para grupos j¨®venes pujantes como Wolf Alice. ¡°Algunos de nosotros nos conocimos aqu¨ª¡±, contesta el cuarteto en un pub de la zona, ¡°en East London te juzgan e intimida m¨¢s. En Camden adquieres experiencia y puedes hacer lo que quieras, no te juzgan¡±.
De norte sur y de este a oeste, aqu¨ª se respira m¨²sica y un entorno especial. Esta mezcla, seg¨²n Bennett, generar¨¢ la eclosi¨®n de un nuevo g¨¦nero o artista de talla mundial. ¡°Muchas nuevas escenas musicales salen de una revoluci¨®n y ese momento est¨¢ a punto de llegar. Llega con una droga y una moda asociadas, como el acid house, pero suceder¨¢ en zona, donde haya gente con opiniones distintas, abiertas de mente. Como en Camden¡±.
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