P¨¦p¨¦ Kall¨¦, un rumbero africano
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Portada de un disco de Pepe Kall¨¦ con Empire Bakuba.
Si tu nombre es Pepe y vives en ?frica occidental, como es mi caso, no va a pasar mucho tiempo sin que alguien te diga ¡°?Ah! Te llamas igual que P¨¦p¨¦ Kall¨¦¡±, comentario que a veces viene acompa?ado de un r¨ªtmico baile de gestos ostentosos. ¡°S¨ª hombre, el cantante, ese tan grande con una barriga enorme¡±, a?ade mi interlocutor ante mi evidente cara de sorpresa. Despu¨¦s de que esto me pasara diez o quince veces, no s¨®lo en Senegal sino tambi¨¦n en Mal¨ª o Mauritania, me propuse averiguar qui¨¦n era este tocayo tan conocido en distintos pa¨ªses de esta parte de ?frica. Y preguntando por aqu¨ª, leyendo por all¨¢, me fui adentrando en la hermosa historia de ida y vuelta del soukous y de uno de los grandes monstruos de este g¨¦nero musical, P¨¦p¨¦ Kall¨¦, un aut¨¦ntico rumbero africano.
Para entender el fen¨®meno P¨¦p¨¦ Kall¨¦ hay que trasladarse en el tiempo, hasta los a?os cuarenta del siglo pasado, y en el espacio, hasta Leopoldville (actual Kinshasa), capital del Congo Belga (actual Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo). All¨ª, como ocurr¨ªa en otros pa¨ªses de ?frica, la m¨²sica cubana causaba entonces furor. A trav¨¦s de las ondas de Radio Congo Belga, grupos como el Septeto Habanero o el Tr¨ªo Matamoros eran aut¨¦nticas referencias del baile y la diversi¨®n. Los ritmos cubanos conectaron muy bien con el o¨ªdo africano, no sonaban en absoluto como algo nuevo, era algo as¨ª como la vuelta a casa del hijo pr¨®digo, pues el son o la rumba hunden sus ra¨ªces en este continente, viajaron hasta Am¨¦rica en el coraz¨®n y la cabeza de los esclavos y ahora regresaban con nuevos aires caribe?os.
Maravilloso v¨ªdeo de Papa Wendo y Pepe Kall¨¦, juntos sobre el escenario.
En el Congo Belga pronto empezaron a surgir grupos que hac¨ªan versiones de la m¨²sica cubana aportando, claro est¨¢, su particular visi¨®n del mundo y en su propia lengua, el lingala, o en franc¨¦s, el idioma de los colonos. De esta nueva fusi¨®n surgi¨® un estilo diferente, denominado soukous o rumba africana, liderada por artistas tan carism¨¢ticos como Papa Wendo, considerado el padre de la rumba congole?a, y su famosa banda, la Victoria Bakolo Miziki, la Todopoderosa Orquesta Kinshasa Jazz (TPOK Jazz) liderada por Franco o la African Jazz del Gran Kall¨¦. Y fue precisamente en este ¨²ltimo grupo donde, a comienzos de los a?os setenta, hizo sus primeros pinitos como solista un joven llamado Jean-Baptiste Kabasele Yampanya que quiso rendir homenaje a su mentor, el Gran Kall¨¦, y adopt¨® su nombre empezando a ser conocido como P¨¦p¨¦ Kall¨¦.
Empire Bakuba y P¨¦p¨¦ Kall¨¦ a mediados de los ochenta. Aut¨¦ntico Kwassa Kwassa.
A mediados de los setenta, sobre todo tras el ¨¦xito logrado con la canci¨®n Nazoki, Empire Bakuba ya era un referente musical en su pa¨ªs y comenzaba a realizar giras internacionales. Los miembros de la banda adoptaron un estilo propio y un tanto extravagante al modo de los sapeurs de Congo Brazzaville e incluso crearon una nueva danza llamada Kwassa Kwassa. Entre sus miembros destacaba la imponente figura de P¨¦p¨¦ Kall¨¦, de un metro noventa de altura y m¨¢s de 130 kilos de peso, que por sus enormes dimensiones de las que parec¨ªa imposible que saliera una voz tan melodiosa, empez¨® a ser conocido como el Elefante de la M¨²sica Africana. Empire Bakuba fue una banda longeva, sobrevivi¨® durante 25 a?os, y llev¨® la rumba africana y el soukous mucho m¨¢s all¨¢ de las fronteras del Congo.
Aprovechando el tir¨®n del soukous en Europa, a mediados de los ochenta, P¨¦p¨¦ Kall¨¦, al igual que otros m¨²sicos congole?os, se instala en Par¨ªs desde donde consigue hacer llegar su m¨²sica a todos los rincones de ?frica, el Caribe y Europa. Estaba en el esplendor de su carrera, que se prolong¨® durante los a?os noventa con albumes como el dedicado a Roger Milla, el famoso futbolista camerun¨¦s, aut¨¦ntico icono del deporte rey en ?frica. A lo largo de su vida, compuso unas trescientas canciones y grab¨® en solitario o al frente de su orquesta m¨¢s de veinte discos, una prol¨ªfica actividad que nos permite entender por qu¨¦ el nombre de Pepe se asocia en muchos rincones del continente a la arrolladora figura de este artista internacional que muri¨® en noviembre de 1998 de un ataque al coraz¨®n.
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