Merkel arrasa
El abrumador triunfo del CDU/CSU le permite elegir socio de gobierno y avala sus tesis europeas
Las elecciones alemanas han despejado espectacularmente el camino de la canciller Angela Merkel a un tercer mandato. Su bloque conservador democristiano, CDU m¨¢s CSU ha conseguido casi el 42% de los votos, una situaci¨®n que incluso le permitir¨ªa gobernar en minor¨ªa si as¨ª lo deseara. Pero hay poca tradici¨®n en Alemania de gobiernos minoritarios y es poco probable que se recurra a esa f¨®rmula. El arrasador resultado, que le deja a pocos esca?os (entre 3 y 4) de la mayor¨ªa absoluta le permite elegir el partido que acompa?ar¨¢ a Merkel como socio en el Gobierno del pa¨ªs m¨¢s poderoso de Europa, despu¨¦s de que los liberales, en ca¨ªda libre, ni siquiera hayan conseguido llegar al 5% que da acceso al Bundestag. La conclusi¨®n en clave de pol¨ªtica interna es que parece m¨¢s f¨¢cil un acuerdo con el SPD; y en clave europea, la canciller recibe un apoyo mayoritario para mantener sus tesis f¨¦rreas sobre el euro y las pol¨ªticas de austeridad.
Una Alemania profundamente conservadora ha otorgado al partido de la canciller, despu¨¦s de las elecciones m¨¢s aburridas en d¨¦cadas, sus mejores resultados en los ¨²ltimos 25 a?os. No solo por la popularidad personal de Merkel, por encima del 60%, sino porque sus pautas pol¨ªticas de centro derecha son percibidas por muchos de sus compatriotas como un salvoconducto para influir en una Europa en crisis. Los socialdem¨®cratas de Peer Steinbr¨¹ck han mejorado sus resultados anteriores, pero no han alcanzado el 27% que le pronosticaban los sondeos.
Adem¨¢s del apoyo masivo a las pol¨ªticas interiores y exteriores de CDU/CSU, las elecciones han dejado un claro perdedor, que es el partido liberal, incapaz de superar la barrera del 5% y entrar en el Bundestag. La triunfadora Merkel se queda sin socio de gobierno, pero es poco probable que lamente el cambio.
Editoriales anteriores
Merkel puede optar por una gran coalici¨®n con los socialdem¨®cratas, como la que funcion¨® en su primer mandato, entre 2005 y 2009, o incluso a tocar la puerta de los progresivamente desacreditados verdes, a los que ha hecho algunos gui?os recientes, ambos inc¨®modos compa?eros de cama. Steinbr¨¹ck descartaba hasta ayer mismo volver a gobernar con Merkel, pero sus resultados relativizan su papel en el escenario pol¨ªtico que se avecina. Una alianza entre el centroderecha y el centroizquierda ser¨ªa no solo el desenlace m¨¢s plausible pol¨ªticamente en un sistema proporcional, sino tambi¨¦n el preferido por los alemanes a la vista de los datos electorales que se conocen.
Esa eventual coalici¨®n, llegado el caso, no cambiar¨ªa sustancialmente el Gobierno de un pa¨ªs tan pol¨ªticamente rodado como Alemania, ni su postura europea o transatl¨¢ntica, m¨¢s all¨¢ de algunos ajustes menores e inevitables rifirrafes parlamentarios. A la postre, los socialdem¨®cratas han apoyado la crucial pol¨ªtica de Merkel sobre el euro y Berl¨ªn (ninguno de sus grandes partidos) sigue sin plantearse desempe?ar el papel relevante que le corresponder¨ªa en los asuntos internacionales.
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