Dudas sobre Siria
Lejos de las visiones monol¨ªticas y simplistas de la oposici¨®n siria, esta es plural y fluida y se encuentra activa en varios frentes
Muchos son los que, en estos d¨ªas de final del verano, afirman estar perdidos sobre la evoluci¨®n del conflicto en Siria. Con raz¨®n, desconf¨ªan de los art¨ªculos que se pueden leer en la prensa, a menudo contradictorios y cargados de ideolog¨ªa; desconfianza esta que les lleva a relativizar la informaci¨®n que nos llega de aquel pa¨ªs, como la del ataque qu¨ªmico del 21 de agosto en Al-Gouta. Se plantean dudas de diversa ¨ªndole. ?Era Bachar el Asad realmente un dictador? ?Era su r¨¦gimen tan represivo como lo pintan? ?Se trata realmente de una revoluci¨®n? ?Hay una alternativa a Bachar el Asad? ?Cu¨¢l?
Una de las preguntas m¨¢s recurrentes concierne la naturaleza de la oposici¨®n a Bachar el Asad que, para algunos, no es sino un amasijo de ¡°rebeldes¡± afiliados a Al-Qaeda y, para otros, una nebulosa complicada de entender. Lo cierto es que la oposici¨®n a Bachar el Asad tiene un car¨¢cter heterog¨¦neo, adem¨¢s de fluido, puesto que ha ido transform¨¢ndose a medida que el conflicto se enquistaba. Sus m¨¦todos y su campo de acci¨®n se sit¨²an a tres niveles ¡ªel civil, el pol¨ªtico y el militar¡ª aunque en algunos casos unos grupos permean a otros.
La oposici¨®n civil, hoy fragilizada pero a¨²n existente y creativa (como lo muestra un informe reciente del Arab Reform Initiative), se encuentra en el origen de la revuelta. En efecto, no es in¨²til recordar que las primeras protestas fueron eminentemente espont¨¢neas, populares y pac¨ªficas. Los hombres y mujeres que se manifestaron all¨¢ por marzo de 2011 exig¨ªan dignidad, justicia social y libertad. Durante meses su grito principal era silmiyya (pac¨ªfica), rechazando el uso de las armas, inspir¨¢ndose en la no violencia de sus predecesores en T¨²nez y Egipto. Frente a dichas demandas el r¨¦gimen respondi¨® con violencia y represi¨®n, algo que aument¨® el n¨²mero de manifestantes y contribuy¨® a crear una uni¨®n trans-clase y trans-regional.
La oposici¨®n civil, hoy fragilizada pero a¨²n existente y creativa, se encuentra en el origen de la revuelta
De aquellos primeros manifestantes surgieron los activistas civiles, en su mayor¨ªa j¨®venes inexpertos sin pasado militante u asociativo previo. Estos se encargaban de coordinar las protestas, lanzar campa?as de resistencia civil (huelgas generales o boicots a determinadas empresas) o trasladar los heridos a hospitales de campa?a clandestinos. Toda la labor de organizaci¨®n se realizaba en comit¨¦s de coordinaci¨®n creados para tal efecto en barrios, pueblos y ciudades, intentando elaborar una estrategia com¨²n en el dif¨ªcil contexto de divisi¨®n provocada por los controles militares, los cercos a algunas ciudades y barrios y los cortes de electricidad y l¨ªneas de comunicaci¨®n.
M¨¢s tarde surgieron los consejos locales, situados principalmente en las zonas ¡°liberadas¡± ¡ªes decir, aquellas que ya no est¨¢n bajo control del r¨¦gimen¡ª. Dichos consejos tienen por objetivo sustituir al Estado. Se encargan de los servicios p¨²blicos (colecta de las basuras o gesti¨®n de las escuelas) y se coordinan con los grupos armados responsables de la seguridad. Las provincias de Idleb y Raqqa destacan en este sentido. Persisten tambi¨¦n todo tipo de asociaciones, de entre las cuales las de beneficencia y las humanitarias son las m¨¢s numerosas dada la degradaci¨®n de las condiciones de vida de la poblaci¨®n.
La ya se?alada espontaneidad de las primeras manifestaciones, que sorprendieron no solo al r¨¦gimen sino a unos opositores pol¨ªticos neutralizados a lo largo de m¨¢s de cuarenta a?os de dictadura, especialmente tras la tristemente c¨¦lebre masacre de Hama de 1982 que aplast¨® una insurgencia contra el r¨¦gimen, hicieron que se tardase en configurar una oposici¨®n pol¨ªtica s¨®lida. Opositores de distinto color, y en muchos casos rivales, se organizaron en un grupo que vino a llamarse Consejo Nacional Sirio (agosto 2011) y que posteriormente, no sin dificultades y atendiendo a las peticiones de la comunidad internacional a fin de recibir alguna ayuda, se ampli¨® para conformar la llamada Coalici¨®n Nacional de las Fuerzas de la Revoluci¨®n y la Oposici¨®n Siria (noviembre 2012). Aunque es este grupo quien negocia con la comunidad internacional, sobre el terreno su presencia e influencia son modestas (que no inexistentes). En efecto, la popularidad inicial del primero de estos ¨®rganos, cuya legitimidad fue reconocida por los manifestantes en una de sus salidas de los viernes, ha ido decayendo gradualmente debido a su falta de iniciativa, a las divisiones en su seno y a su ineficacia (por ejemplo a la hora de formar un gobierno en el exilio). No hay que olvidar, por otro lado, la presencia de los partidos kurdos, que se han desligado mayoritariamente de estas formaciones de tendencia nacionalista dando origen, entre otros, al Consejo Nacional Kurdo.
El papel de la oposici¨®n civil y pol¨ªtica ha ido, no obstante, disminuyendo a medida que la represi¨®n por parte del r¨¦gimen se acentuaba y que el conflicto se internacionalizaba. Esto nos lleva a examinar el ¨²ltimo tipo de oposici¨®n, la oposici¨®n armada. Conformada por diversas formaciones con proyectos y visiones distintos, no debe olvidarse que su origen fue la deserci¨®n de miembros del ej¨¦rcito regular sirio que se negaron a disparar contra los manifestantes pac¨ªficos. De esos primeros desertores nacer¨ªa el Ej¨¦rcito Sirio Libre (ESL), encargado inicialmente de proteger las manifestaciones y despu¨¦s, tras largas deliberaciones, de dirigir la ofensiva contra el r¨¦gimen. A ellos se sumaron r¨¢pidamente algunos civiles que decidieron tomar las armas ante la creciente represi¨®n.
El papel de la sociedad civil ha disminuido a medida que la represi¨®n se acentuaba y que el conflicto se internacionalizaba
De esta manera comenzaron a surgir nuevas brigadas de forma descontrolada, algunas bajo el endeble paraguas del ESL, cuyo liderazgo est¨¢ en Turqu¨ªa, pero que no puede presumir de controlar efectivamente todo lo que sucede en el terreno, y otras m¨¢s aut¨®nomas rechazando la autoridad del ESL. A ambos hay que a?adir las brigadas formadas por militares y civiles kurdos que no terminan de fiarse del ESL, ligado a la Coalicion siria cuya retorica nacionalista ¨¢rabe ignora las particularidades y las aspiraciones de autonom¨ªa de la poblaci¨®n kurda. Aunque han coordinado esfuerzos con el ESL en varias ocasiones, como en Alepo, las zonas de mayor¨ªa kurda son protegidas por brigadas de dicha comunidad.
A estas brigadas locales se han ido sumado, desde el 2012, ¡°brigadistas¡± solidarios con la causa siria, yihadistas que ven en Siria un terreno de yihad contra un r¨¦gimen infiel (recordemos que El Asad pertenece a la confesi¨®n alau¨ª) y grupos claramente vinculados a Al-Qaeda, bien con el mando central de Al-Zawahiri o con el Estado Isl¨¢mico de Irak (por ejemplo el Frente de Al-Nusra y el Estado Isl¨¢mico de Siria e Irak), que han acaparado los titulares de la prensa mundial aunque para varios expertos no representan m¨¢s del 15% del conjunto de los rebeldes armados. Estos grupos, que al principio no fueron mal acogidos por la poblaci¨®n de las zonas ¡°liberadas¡±, a la que proporcionaban ayuda y comida, son hoy combatidos con vigor por la oposici¨®n civil y han protagonizado enfrentamientos contra el ESL y las brigadas kurdas. Especialmente visibles y espectaculares, los yihadistas est¨¢n hoy m¨¢s concentrados en imponer por la fuerza su visi¨®n a la sociedad en las zonas que controlan que en seguir combatiendo al ej¨¦rcito regular de siria.
En conclusi¨®n, frente a las visiones monol¨ªticas y simplistas de la oposici¨®n siria, vemos que esta ¨²ltima no se reduce a los yihadistas o los islamistas, ni siquiera a los rebeldes armados, sino que es plural y fluida y est¨¢ activa en varios frentes. Dicha oposici¨®n, inicialmente civil, es sobre todo el fruto de dos a?os y medio de represi¨®n y posterior guerra abierta y no hace sino ilustrar la complejidad del conflicto sirio.
Naomi Ram¨ªrez D¨ªaz es arabista y doctoranda de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y Laura Ruiz de Elvira es? polit¨®loga e investigadora en la Philipps Universitat Marburg, de Alemania.
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