Mia Couto: ¡°En ?frica no es que se viva un realismo m¨¢gico, es realismo real¡±
El escritor mozambique?o, blanco, hijo de la colonia y de la historia, ha ganado el Premio Cam?es 2013, el m¨¢s prestigioso en portugu¨¦s. Con un lenguaje recreado y peculiar, fusiona el mundo africano y europeo.
Mia Couto (1955, Beira, al norte de Mozambique) ser¨ªa un anodino hombre blanco africano, hijo de colonos portugueses, con f¨ªsico corriente, gafas y barba cana com¨²n, manos siempre en movimiento, chaqueta y pantal¨®n color caf¨¦ y leche, respectivamente, y camisa de mar hoy tan claro como sus ojos¡ Ese se?or Ant¨®nio ¨Cas¨ª se llama en realidad¨C que te cruzas por la calle y ni ves. Y as¨ª ser¨ªa (y este anonimato le gustar¨ªa) si no fuera por su voz. Su voz es un im¨¢n que atrae a medida que va lanzando ondas de palabras y estas arman un universo propio, mel¨®dico, en un portugu¨¦s recreado a gusto, poblado de matices, referencias y met¨¢foras. Como cuando habla de ¡°dolencia cong¨¦nita¡± al describir c¨®mo se fue haciendo poeta: ¡°A medida que iba naciendo, iba siendo escritor. Fue algo que me acompa?¨® en el descubrimiento de m¨ª mismo¡±. Cuando habla de c¨®mo cada persona ¡°es una humanidad individual¡±, cada hombre es una raza (y as¨ª titula uno de sus primeros libros). Couto es premio Cam?es de Literatura 2013 ¨Ccomo lo fueron a?os antes Jos¨¦ Saramago, Manuel Ant¨®nio Pina, Jorge Amado, Lobo Antunes o su paisano Jos¨¦ Craveirinha¨C por su ¡°innovaci¨®n estil¨ªstica y profunda humanidad¡±, y solo habla y escribe de los temas que en verdad importan: la vida, la muerte, los sue?os y la naturaleza. Entre ellos va colocando atajos, puentes, adornos cual guirnaldas de deseos, frustraci¨®n, nostalgia, amores, personajes con mucha vida interior y muchos planos (la salud, el sexo, la familia, la tradici¨®n¡). ¡°En Mozambique, lo que no se ve es m¨¢s importante que lo que se ve¡±, indica. Y con eso basta para entenderlo. ¡°?frica est¨¢ llena de Macondos¡±, dijo una vez. Y en Mozambique, precisa ahora, no es que se viva puro realismo m¨¢gico. Es que es ¡°realismo real¡±. Y eso le fascina. ¡°Tengo el privilegio inmenso de vivir en un pa¨ªs donde se producen historias¡ Mozambique existe porque es un gran productor de historias. Y estas surgen de la confrontaci¨®n y la convivencia de diferentes culturas, pueblos, naciones, religiones¡ que para poder trenzarse en armon¨ªa de fronteras tienen que presentarse, construirse en personajes. Y a partir de esos fragmentos, poder producir la gran epopeya nacional¡¡±.
Y en ese mundo quedamos atrapados desde el instante en que entramos en una sala vac¨ªa de su empresa medioambiental, que no por casualidad se llama Impacto. ¡°Hacemos aqu¨ª estudios para conseguir las primeras licencias de carreteras, presas, minas¡ Todos los proyectos ahora deben tenerla. Se han descubierto muchos y grandes recursos ¨²ltimamente en Mozambique¡±. Se trata de una casa baja, muy colonial, de patio con flores y susurros de conversaciones placenteras, en Maputo, ciudad en la que ¨¦l se instal¨® en 1972, capital de un pa¨ªs con 25 millones de personas pobres en su mayor¨ªa que asisten perplejas a tales perspectivas de desarrollo acelerado. Y all¨ª le asaltamos a preguntas, mientras en la calle resuenan tambores y c¨¢nticos de un jard¨ªn de infancia cercano.
¡°Soy Mia Couto, escritor mozambicano¡±, asegura ¨¦l al presentarse, con la misma convicci¨®n con que luego dir¨¢ ¡°soy ecologista¡±. Pero no lo es con connotaciones de movimiento verde o militante, no, sino en el sentido de bi¨®logo con especialidad: ¡°Mi ¨¢rea es la relaci¨®n entre fauna y flora, esa frontera de convivencia y dependencia mutua¡±. Por eso, quiz¨¢, en sus libros hay mucho animal: leones que devoran, monos que narran, flamencos que vuelan¡ Cadenas alimenticias. Pero Couto tambi¨¦n estudi¨® medicina, fue 12 a?os, hasta 1985, periodista de altura (dirigi¨® Not¨ªcias de Maputo y la Agencia de Informaci¨®n)¡
P. ?He ah¨ª la multiplicidad, m¨¦dico, bi¨®logo¡?
"Los pobres no pueden asumir m¨¢s riesgos porque ya no tienen nada"
R. M¨¦dico, s¨ª, pero no lo acab¨¦; soy bi¨®logo, fui periodista, trabajo en teatro, tengo a¨²n colaboraci¨®n con diarios y revistas¡ Estoy en contra de hacer una cosa sola. De ser solo escritor, por ejemplo, y hablar de tu obra. No. Yo quiero tener una relaci¨®n con la vida que pase por varias puertas, hacer muchas cosas, desarrollarme disperso por el mundo¡ Un truco para ser feliz es ese, desdoblarse en muchas vidas y personajes, transformarse uno en su propia narrativa.
P. A los 14 a?os public¨® ya poes¨ªa, ?c¨®mo empez¨® a escribir?
R. Primero porque yo soy hijo de un poeta, uno que no lo era solo porque escrib¨ªa, sino porque lo era en su alma¡ ?l me ense?¨® esa sensibilidad, esa manera de ver el mundo. Y porque en cierto momento yo pensaba que ser adulto era eso, pues autom¨¢ticamente lo relacionaba con esa gente que ven¨ªa a casa, escritores y periodistas. Mi padre lo fue tambi¨¦n, y muy conocido. Ser hijo de poeta era una especie de condenaci¨®n en nuestra casa¡ Mi madre miraba a sus hijos con preocupaci¨®n (¡°?ser¨¢ que viene otro?¡±), pues pensaba que estos eran cuasi improductivos e in¨²tiles. As¨ª que sin pensar fui siendo escritor¡ Y segundo, porque soy parte de una sociedad con voces diferentes, soy hijo de esas voces: algunas proceden de ?frica; otras, de Europa, y eso me encant¨®¡ As¨ª que fue una dolencia cong¨¦nita, una fatalidad. La poes¨ªa estaba all¨ª, yo no lo decid¨ª, ella tom¨® posesi¨®n de m¨ª.
P. ?Y la prosa lleg¨® despu¨¦s?
R. Ah¨ª s¨ª que hubo un clic que me hizo despertar. Fue cuando trabajaba de periodista, cuando comenc¨¦ a apreciar la fuerza de la oralidad del pa¨ªs, la manera en que se transmite el pensamiento¡ Y eso era para m¨ª sorprendente. Yo no estaba preparado, escrib¨ªa noticias de modo m¨¢s funcional y comunicativo¡ fue el hecho de empezar a contar lo que ve¨ªa, o m¨¢s bien esa l¨®gica entre la realidad y la ficci¨®n que estaba detr¨¢s, lo que me hizo escritor.
Hay baile bien agarrado, adem¨¢s, entre la voz y la escritura de Mia Couto (rica, refinada, densa, ir¨®nica¡ as¨ª la han definido), un abrazo de lo europeo y lo mozambique?o, las expresiones en portugu¨¦s con las distintas lenguas bant¨²s (tres decenas en el pa¨ªs¡), a lo largo y ancho de sus 25 libros, una obra plena de naturaleza y mitos, de lo humano y lo sobrenatural, lo ancestral y la guerra, la pol¨ªtica de hoy y la memoria hist¨®rica. La cultura aut¨®ctona brotando en cada esquina. Diferencias y coincidencias. Choques. Hasta en el modo de pensar. Vean: ¡°?Conoce la diferencia entre un sabio blanco y uno negro? La sabidur¨ªa del blanco se mide por la prisa con que responde. Entre nosotros es m¨¢s sabio quien m¨¢s se demora. Algunos son tan sabios que no responden nunca¡± (en El ¨²ltimo vuelo del flamenco).
P. Ahora en Mozambique hay autores como usted, Paulina Chiziane, L¨ªlia Mompl¨¦¡ Anta?o en ?frica no hab¨ªa apenas producci¨®n escrita, sino oral, ?hay ¡®boom¡¯ de las letras africanas?
R. No, aqu¨ª no, o no con el mismo ritmo que en otras partes de ?frica, porque hemos tenido dificultades especiales: la lucha por la independencia y una guerra civil entre 1977 y 1992 que mat¨® al libro. Tambi¨¦n porque la cultura impresa, escrita, es un fen¨®meno urbano. Los pueblos la tienen oral y este pa¨ªs es en su mayor¨ªa rural (90%). El porcentaje de gente que ves aqu¨ª en Maputo, por ejemplo, el 80% ha venido del pueblo. Aqu¨ª, a la ciudad se le llama Xilunguini, el lugar donde viven los blancos. Y este dato indica que las ciudades no son espacio reconocido como propio¡ Igual que sucede entre el espacio p¨²blico y el privado. Y esto influye tambi¨¦n en la literatura y en el modo de ser ciudadano¡
P. ?Considera que la literatura es una creaci¨®n urbana¡?
R. S¨ª, claramente, en todas partes. Y aqu¨ª adem¨¢s vivimos muchos tiempos en el mismo; varios siglos a la vez: hay cosas dentro del XXI y otras de atr¨¢s. Y en muchos planos: los europeos, los expatriados, la clase alta, la pol¨ªtica, el pueblo¡ Y esto hablando solo desde lo que es claramente visible, porque luego est¨¢ lo no visible de la cultura, la religi¨®n¡ Porque aquello que no ves es m¨¢s importante que lo que ves.
P. ?Por ejemplo?
R. Por ejemplo, la manera como se organiza la religiosidad. Aqu¨ª la mayor¨ªa de la gente tiene dos religiones. Y no hay conflicto con eso. Eso significa que no son completamente una cosa u otra, musulmanes o animistas. Se reza a los dioses funcionales. Y es importante conocer esto¡ Porque si yo no entendiera, por ejemplo, el catolicismo, tendr¨ªa dificultades para entender Espa?a; los valores, la ¨¦tica, el comportamiento, la relaci¨®n con el cuerpo, la propia conciencia, el sentimiento de culpa¡ todo eso tiene que ver con la religi¨®n. Y sin eso no vas a entender ?frica, desde luego. Aqu¨ª no se entiende la l¨®gica de las cosas sin el animismo. Los especialistas de pol¨ªtica, de econom¨ªa, no comprenden que hay otra l¨®gica, m¨¢s profunda, menos visible, dif¨ªcil de explicar.
P. ?Lo consigue usted aclarar con sus libros?
R. Es que no lo intento [se r¨ªe]. Lo que yo quer¨ªa era llamar la atenci¨®n en que lo que se ve no es todo. Porque m¨¢s grave que no comprender es creer que ya has comprendido. Es un esfuerzo incluso para los mozambique?os la comprensi¨®n de esa complejidad.
P. Su obra es muy celebrada en Portugal y m¨¢s all¨¢, le han concedido el Cam?es este a?o, el m¨¢s importante en lengua portuguesa¡ ?Tiene dentro de su pa¨ªs el mismo reconocimiento?
R. Por un lado, desde el punto de vista oficial, no tiene importancia aqu¨ª ser escritor, lo cual es una suerte [se r¨ªe]. La percepci¨®n por parte del poder es que ser¨ªa un error dar importancia a una cosa que se mueve en un c¨ªrculo literario tan peque?o, a¨²n en construcci¨®n. Ser periodista es otra cosa, tiene otro carisma. Pero desde el punto de vista del prestigio social, lo tiene, y mucho, el escritor. Mucho peso. Hay una especie de idolatr¨ªa por lo escrito, se supone una suerte de relaci¨®n con lo divino. En la calle me paran todo el tiempo, como si fuera el futbolista Mia Couto [se r¨ªe]. Pasa con todos, no es algo particular conmigo. Para un pa¨ªs que lee tan poco y con tan alta tasa de analfabetismo, es incre¨ªble. Me sorprende todos los d¨ªas. Es¡ como si las personas proyectasen en m¨ª una voz que les tiene ofuscados. Basta darse una vuelta por el barrio para verlo¡
P. Trata, adem¨¢s, un tema importante, la guerra vivida hasta hace 20 a?os, en Tierra son¨¢mbula, por ejemplo¡ Pero tambi¨¦n hay historias de marineros encerrados que viven del recuerdo del mar¡ ?De d¨®nde saca las ideas?
"A pesar de la alta tasa de analfabetismo, hay idolatr¨ªa hacia el escritor"
R. Raramente lo que escribo es verdadero. Son temas que se van mezclando y yo tengo con la realidad una cierta distancia. Este es un pa¨ªs que crea y cuenta constantemente¡ No existe una cosa sin tal en Mozambique, todas tienen un aura de, digamos, construcci¨®n. Por ejemplo, siempre repito esa an¨¦cdota que ya conocer¨¦is. Era 1994, yo estaba en el campo como bi¨®logo y era la primera vez que se votaba en el pa¨ªs, no exist¨ªa eso antes, los jefes eran din¨¢sticos¡ Hasta all¨ª lleg¨® un pol¨ªtico de un partido nuevo que ven¨ªa a hacer propaganda electoral, ¡°mi partido har¨¢ esto y esto¡¡±; en fin, el discurso de siempre¡ Ven¨ªa a salvarlos. Y alguien se levant¨® y cont¨® la an¨¦cdota del pez y el mono. Un mono que se asoma a un r¨ªo y ve un pez movi¨¦ndose y se dice: ¡°ay, este animal se ahoga¡±, lo coge, lo saca y el pez se agita. ¡°Est¨¢ contento¡±, se dice el macaco. Pero, claro, el pez se muere y ¨¦l concluye: ¡°L¨¢stima, si hubiera llegado antes¡¡±. Las personas piensan y argumentan usando historias.
P. Usted tiene una tambi¨¦n pol¨ªtica, fue miembro del Frelimo (el marxista-leninista Frente de Liberaci¨®n de Mozambique, que pele¨® por la independencia, la gan¨® y est¨¢ en el poder).
R. S¨ª, abrac¨¦ la causa de la independencia cuando ten¨ªa 17 a?os, fui del Frelimo. En esa ¨¦poca, la colonizaci¨®n estaba presente, era el a?o 1975. El Frelimo aceptaba a blancos, mestizos, indianos, pero no pod¨ªamos usar armas. Ah¨ª hab¨ªa una frontera de confianza. Nunca fui guerrillero, nunca en la vida. Cuando entr¨¦ en el movimiento, trabaj¨¦ en la clandestinidad siempre en la ciudad, yo era universitario. Y aqu¨ª hay otra historia, s¨ª: cuando me ofrec¨ª para ser miembro, recuerdo que me llevaron a una casa y ah¨ª s¨ª era el ¨²nico blanco, y todos los dem¨¢s eran hombres negros de vivencias¡ y para ser miembro hab¨ªa que tener ciertas dosis de sufrimiento vivido, hacer declaraci¨®n de tal, esto te daba identidad, ¡°yo estoy legitimado porque he sufrido¡±, esa cosa cristiana. Y mi vida hab¨ªa sido una vida buena, as¨ª que en mi cabeza me dec¨ªa: ¡°Tengo que inventarme algo¡¡±. Pero no fue necesario, lleg¨® mi turno, escrib¨ªa poemas, publicaba en un diario y¡ puede entrar¡
P. Esa debi¨® de ser una ¨¦poca interesante desde el punto de vista de la esperanza por cambiar las cosas, por construir el pa¨ªs¡ Y ahora se ha hecho mucho, queda mucho por hacer¡
R. Era mucho y era una ingenuidad, era errado, no supimos leer el mundo, ver su complejidad. Pens¨¢bamos que era f¨¢cil inventar un mundo nuevo, un hombre nuevo con la cabeza m¨¢s humana, m¨¢s abierta. Pero el pasado tiene un peso enorme y adem¨¢s no somos todos iguales¡ No pertenezco al partido desde finales de los ochenta, yo me sal¨ª y ¨¦l se sali¨® de m¨ª, fue una separaci¨®n rec¨ªproca.
P. ?Hay mucha gente decepcionada con la pol¨ªtica hoy?
R. [Las pr¨®ximas elecciones generales se celebran en 2014]. S¨ª, hay un resentimiento grande. Porque hubo un tiempo en que cada mozambique?o cre¨ªa que pod¨ªa contar, que contaba, que el futuro pasaba por ¨¦l. Y de repente no, no es as¨ª. OK. Entonces necesitas encontrar un culpable, es el momento del ¡°Frelimo traidor¡±¡
P. Y ahora los retos son importantes. Hay muchos intereses externos por los recursos, muchos ¡®businessman¡¯¡
Las capas del pueblo mozambique?o
Ant¨®nio Couto, ¡®Mia Couto¡¯, es hijo de exiliados portugueses a Mozambique en los cincuenta. Luch¨® por la independencia (esta lleg¨® en 1975) y se qued¨® asentado y prendado de un pa¨ªs que siempre consider¨® suyo. Con el poso de su propia historia, las capas de las distintas culturas y lenguas (el portugu¨¦s y las aut¨®ctonas) ha ido levantado una literatura fusi¨®n y puente, tan personal que este a?o gan¨® el Premio Cam?es de Literatura, el m¨¢s prestigioso en portugu¨¦s.
A sus 58 a?os, ha publicado 25 libros traducidos a 20 idiomas (en Espa?a, en Alfaguara o Txalaparta), entre ellos ¡®Voces anochecidas¡¯, ¡®Venenos de Dios, remedios del Diablo¡¯, ¡®Tierra son¨¢mbula¡¯ (que algunos califican de ¡°el vivo retrato del pueblo mozambique?o¡± y consideran uno de los mejores libros africanos del siglo XX), ¡®El ¨²ltimo vuelo del flamenco, ¡®Cronicando¡¯ o su ¨²ltima novela publicada: ¡®Confesiones de una leona¡¯. Algunas se han llevado al cine.
R. Estamos aprendiendo a vivir esta situaci¨®n. Piensa que este pa¨ªs cuando acab¨® la guerra estaba en una lista negra, era invisible, y abri¨® las puertas con grandes facilidades para la explotaci¨®n de los recursos minerales. Y ahora hay que revisar esa situaci¨®n. Porque nosotros mismos no sab¨ªamos que ten¨ªamos tanto y no hay cultura ni comprensi¨®n t¨¦cnica para enfrentarse a la situaci¨®n.
P. Y la pobreza no ha mejorado, sigue siendo de las m¨¢s altas¡
R. Exacto, y adem¨¢s este modelo de democracia actual no explica, pero propicia que se intente sacar ganancia durante el mandato. Los pol¨ªticos como visionarios¡ eso no lo veo en ninguna parte, hay casos excepcionales, pero nadie que se ofrezca para defender intereses comunes. Un compatriota suyo hace unos d¨ªas me dec¨ªa que ya que yo he conocido al expresidente Samora Machel, que ¨¦l ten¨ªa una visi¨®n de futuro y que ahora en el Gobierno no existe tal¡ Y entonces yo le pregunt¨¦ si es que en Espa?a ustedes tienen un Gobierno con visi¨®n de futuro [se r¨ªe]. La crisis es m¨¢s profunda de lo que parece, no se trata solo de que un pa¨ªs se administre mejor o peor, sino de c¨®mo servir a una sociedad, de c¨®mo hacer pol¨ªtica¡ Todos los partidos desempe?an el mismo papel, no es posible eso. Ahora necesitamos lo imposible.
P. ?Hay revuelo de protesta de j¨®venes en Mozambique como en otros lugares?
R. Este pa¨ªs vivi¨® sin Estado mucho tiempo, ha tenido un proceso inverso al que se vivi¨® en otros lugares, en Europa en particular. Esto significa que por tanto¡ yo no voy a entrar en conflicto contigo porque no existe una entidad reguladora, un tribunal, una polic¨ªa¡ Si yo me enfrento a ti, nadie va a mediar, es confrontaci¨®n directa¡ Aqu¨ª las personas solo se posicionan cuando tienen certeza de vencer. Los pobres no pueden asumir m¨¢s riesgos porque ya no tienen nada, ya viven en una situaci¨®n que no admite m¨¢s. Cuando est¨¢n seguros, van a la calle, no al rev¨¦s.
P. Esto sucede en toda ?frica quiz¨¢.
R. El hecho de estar en condiciones de supervivencia hace que arriesgues menos¡ Y existe tambi¨¦n la creencia de que las instituciones no te van a representar, los sindicatos, asociaciones c¨ªvicas, partidos¡ Aqu¨ª nadie entrega su insatisfacci¨®n tan f¨¢cilmente a otro a no ser que sepa a ciencia cierta¡ las personas son simp¨¢ticas y hospitalarias, pero t¨² no entras en su intimidad, no, a no ser que sepan seguro lo que quieres o qui¨¦n eres t¨²¡ Lo noto en mi trabajo, en zonas remotas: una lengua abre una puerta enorme. Aqu¨ª hay veintitantas, hasta sumar 33 con dialectos. Y cuando llego a un sitio, soy mulungu, un blanco, un extra?o, incluso si voy con un colega negro; pero si comienzas a hablar la lengua local, en un minuto te conviertes en otro ser.
P. En sus libros usa muchas palabras en estas otras lenguas, en changana, por ejemplo, las mezcla.
R. S¨ª, es mi modo de escritura, pero tambi¨¦n un reflejo. Aqu¨ª todo es mixtura, no hay una lengua pura.
P. Y los t¨ªtulos de los libros tienen mucho animal, mucho de choque cultural entre blancos, negros, asimilados¡ Como en ¡®El ¨²ltimo vuelo del flamenco¡¯, donde un investigador intenta averiguar la identidad de un muerto a trav¨¦s de lo que queda de su pene, o en ¡®Confesiones de una leona¡¯¡
R. ?Ah, s¨ª, la historia del soldado de la ONU del que solo queda el pene cuando le estalla una mina! Yo ten¨ªa que trabajar en zonas minadas¡ yo o¨ªa esa historia, hasta que encontr¨¦ dos motoristas que lo contaban y les pregunt¨¦¡ ?S¨ª, ex??plot¨® el soldado? S¨ª, dec¨ªan. ?Por las minas? No, por otra cosa, explotaban por irse con sus mujeres. Y la historia de la leona tambi¨¦n tiene base de verdad, yo trabajaba en el norte en un proyecto del gas, me avisaron en mi tienda de madrugada de que hab¨ªa un hombre muerto; cuando llegu¨¦, ¡°fue muerto por un le¨®n¡¡± volv¨ª a la tienda con miedo. En ese periodo, era 2008, ese caso fue el primero, el ¨²nico hombre, luego todas fueron mujeres; en cuatro o cinco meses, los leones mataron a 25. Yo no estaba preparado para convivir con la idea de ser devorado por una fiera¡
P. No hay una imagen m¨¢s aterradora que un animal salvaje comi¨¦ndose a un ser humano.
R. S¨ª, ser engullido es un miedo mayor. Saber estar junto a los animales es un aprendizaje esencial, como tener que nadar con peces m¨¢s grandes que t¨²¡ s¨ª, ah¨ª el ego se acaba.
P. ?Es usted lector habitual de literatura?
R. S¨ª, de poes¨ªa, de autores brasile?os especialmente, pero tambi¨¦n de literatura portuguesa y espa?ola. Garc¨ªa Lorca o Miguel Hern¨¢ndez son referentes¡ Este ten¨ªa que ver con las convicciones de mi padre, era comunista, escrib¨ªa poes¨ªa de combate. Recuerdo que mi padre declamaba sus poemas y me contaba su historia, de c¨®mo muri¨® en prisi¨®n de tifus, de cuando le visita su mujer y le dice que la hija, a la que no conoce, llora, pues le han nacido los primeros dientes y ¨¦l los denomina ¡°cinco diminutas ferocidades¡±. Nanas de la cebolla se titula. Eso para m¨ª era una cosa trascendente.
"Fue dolencia cong¨¦nita. A medida que iba naciendo, iba siendo escritor"
P. As¨ª que le marc¨® mucho su padre, ?cu¨¢ndo muri¨®?
R. Hace cinco meses.
P. Vaya, le tiene presente¡
R. S¨ª, no muri¨®¡
P. Y su madre, ?vive?
R. S¨ª, tiene 93 a?os. No s¨¦ c¨®mo se encontraron mis padres, tan distintos. Ella, de origen humilde, del norte de Portugal, de Tras Os Montes, cerca de Galicia. La primera vez que fui all¨ª, con esas casas de granito, las cabras¡ un viaje fant¨¢stico el ver d¨®nde estaba mi origen. Ella cuenta historias diferentes, de mucho colorido. Los nietos la adoran. Me ha marcado tanto como mi padre.
P. ?La literatura le ha hecho otra persona?
R. S¨ª, desde el principio, desde el momento en que cre¨¦ un nombre distinto ¨Cel real es Ant¨®nio Em¨ªlio Leite Couto¨C, hubo un juego, el placer de crear nuevos personajes dentro de m¨ª.
P. Y definitivamente, ?la guerra est¨¢ pasada?
R. No s¨¦. Creo que s¨ª, pero esto no se puede preguntar a alguien que la ha vivido¡ Intento convencerme a m¨ª mismo de que nunca m¨¢s. El mayor reto ahora es conservar aquello que se consigui¨® hasta ahora, cierta estabilidad pol¨ªtica.
P. ?Encierra estos demonios en las novelas?
R. S¨ª, y por esa posibilidad de convocar los fantasmas es por lo que la literatura es terap¨¦utica, psiqui¨¢trica, armoniza a los mozambique?os consigo mismo. Ahora algo m¨¢s, pero durante veinte a?os no se habl¨® de la guerra; como si nunca hubiera existido¡ Amnesia colectiva, mejor cerrar la caja de demonios, inventar un pasado sin experiencia traum¨¢tica¡ Obviamente, es una falsa soluci¨®n, aunque v¨¢lida para cierto momento. La literatura tiene una funci¨®n, s¨ª, revisitarlo sin buscar culpas, sin construir discursos que una vez m¨¢s inflamen tensiones.
P. ?C¨®mo ve Mozambique dentro de diez a?os?
R. No lo veo [risas]. Hay tantos Mo??zambiques que aunque me meta a adivino no puedo verlo. Aqu¨ª hay una especie de prohibici¨®n sagrada: nosotros no nos anticipamos al futuro. Curiosamente, no existe ninguna palabra en ninguna lengua bant¨² para decir futuro.
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