Los 50 a?os de Taylor y la justicia internacional
El antiguo se?or de la guerra y ex presidente de Liberia, Charles Taylor, ha perdido la apelaci¨®n contra la sentencia dictada por el Tribunal Especial para Sierra Leona (SLSC) que le condenaba a 50 a?os de c¨¢rcel por cr¨ªmenes de guerra y contra la humanidad cometidos durante la guerra de Sierra Leona (1991-2002).
Charles Taylor durante el juicio en La Haya. Foto Jerry Lampen/AFP/Getty Images v¨ªa The Guardian.
El pasado 26 de septiembre, la C¨¢mara de apelaciones del SLSC confirm¨® por unanimidad la sentencia impuesta a Taylor en primera instancia el 26 de abril de 2012.
La defensa del ex presidente recurri¨® la decisi¨®n del Tribunal y pidi¨® su absoluci¨®n alegando fallos procesales. Por su parte, el fiscal tambi¨¦n la recurri¨® pidiendo aumentar la condena a 80 a?os.
Los jueces de la C¨¢mara de apelaci¨®n consideran que la pena impuesta en primera instancia ¡°es justa a la luz de la totalidad de los cr¨ªmenes cometidos¡± y consideran probado que ¡°el acusado ayud¨® y promovi¨® unos cr¨ªmenes que son parte de un plan premeditado para conseguir objetivos pol¨ªticos por medio de la fuerza¡±.
De esta forma, Taylor queda confirmado como el principal responsable de una guerra en la que murieron miles de personas, tantas otras fueron mutiladas y cientos de menores secuestrados y obligados a ser soldados o esclavas sexuales. Y todo ello, seg¨²n los jueces, para tomar el control de Sierra Leona y para enriquecerse.
CharlesTaylor, seg¨²n la sentencia, proporcion¨® a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) armas, munici¨®n, alcohol, cigarrillos, medicamentos y todo tipo de ayuda log¨ªstica a cambio de los famosos diamantes de sangre. As¨ª es como Taylor se las ingeni¨® para que el RUF se convirtiera en una m¨¢quina de matar para provocar la ca¨ªda del gobierno de Sierra Leona y hacerse con el control del pa¨ªs.
De esta forma, la comunidad internacional cierra uno de los cap¨ªtulos m¨¢s sangrientos de finales del siglo pasado y principios del actual. Sin embargo, en este caso quedan muchos flecos sueltos como ya hemos denunciado con anterioridad en estas mismas p¨¢ginas: entre ellos la falta de justicia y reparaci¨®n a las v¨ªctimas o las implicaciones de pa¨ªses occidentales en la guerra de Sierra Leona.
La Corte Penal Internacional en La Haya. Foto Chema Caballero.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que esta sentencia aparece justo en el momento en que la mayor¨ªa de los gobiernos africanos est¨¢n demandando cambios profundos en el sistema de justicia internacional.
Estos son conscientes de la importancia de luchar contra la impunidad y mejorar la justicia y la reconciliaci¨®n para combatir los efectos nocivos de los conflictos y la intolerancia en ?frica. Adem¨¢s, estos fueron los valores principales que motivaron la formaci¨®n de la Uni¨®n Africana (AU). Su puesta en pr¨¢ctica e implementaci¨®n ha avanzado grandemente a medida que la democracia se ha ido asentando en el continente y los distintos pa¨ªses se han adherido a los tratados e instituciones internacionales pero, sobre todo, desde el fin de la mayor¨ªa de los grandes conflictos que lo asolaron en la d¨¦cada de los noventa.
Es, sin embargo la praxis y aplicaci¨®n de estos principios a nivel internacional, especialmente la de la Corte Penal Internacional (CPI), lo que levanta ampollas en ?frica. Las formas en que esta gestiona e intenta poner fin a la impunidad est¨¢ dando pie a que diversos pa¨ªses africanos tengan la sensaci¨®n de que su soberan¨ªa nacional est¨¢ amenazada, que la legalidad internacional se ceba con los estados d¨¦biles y que los principios internacionales se aplican de forma selectiva. En la pr¨¢ctica esto se reduce a que la gran mayor¨ªa de los casos que tiene entre sus manos la CPI conciernen a africanos.
Muchas voces se han alzado en el continente contra la justicia internacional y su forma de actuar. Posiblemente, el caso de Charles Taylor se pueda sumar a esta larga lista de agravios ya que no se ha querido ir m¨¢s all¨¢ de un ex presidente africano e investigar la implicaci¨®n occidental en la guerra de Sierra Leona.
Es muy probable que Charles Taylor termine sus d¨ªas en una c¨¢rcel brit¨¢nica mientras que los que lo apoyaron, lo financiaron y se enriquecieron pasen sus ¨²ltimos a?os en un retiro dorado lleno de honores y con la satisfacci¨®n de la misi¨®n cumplida.
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