La querella antifranquista y la fiscal¨ªa
La decisi¨®n de la juez argentina Mar¨ªa Servini de Cubr¨ªa de ordenar la detenci¨®n preventiva de dos espa?oles para, mediante su extradici¨®n a Buenos Aires, tomarles declaraci¨®n indagatoria sobre las torturas que, seg¨²n numerosos denunciantes, les infligieron durante el franquismo, cuenta con la oposici¨®n de la fiscal¨ªa espa?ola, contraria a la normal tramitaci¨®n de la querella argentina, en el ejercicio de la jurisdicci¨®n universal frente a delitos de lesa humanidad. Desde que el 14 de abril de 2010 se produjeron las primeras denuncias en sede judicial argentina, el ministerio p¨²blico espa?ol, constitucionalmente obligado a ¡°promover la acci¨®n de la justicia¡±, ha tratado de neutralizar el intento de las v¨ªctimas del franquismo de obtener reparaci¨®n respecto a los graves cr¨ªmenes de que fueron objeto entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977.
La juez Servini orden¨® el 18 de septiembre ¨²ltimo la detenci¨®n preventiva ¡ªaparte de otros dos exfuncionarios del r¨¦gimen franquista, ya fallecidos¡ª de Juan Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, alias Billy el Ni?o, de 68 a?os, y Jes¨²s Mu?ecas Aguilar, de 74. El primero de ellos, polic¨ªa integrante de la tristemente c¨¦lebre Brigada Pol¨ªtico Social, y el segundo, guardia civil participante en la intentona golpista del 23-F. El arresto preventivo de ambos sujetos, para preguntarles sobre las ¡°constancias probatorias¡± en poder de la juez, ha sido encomendado por la magistrada a Interpol, que les detendr¨¢ en caso de que se ausenten de Espa?a, como le ocurri¨® en Reino Unido al exmandatario chileno Augusto Pinochet en 1998, reclamado por el entonces juez Baltasar Garz¨®n, en aplicaci¨®n tambi¨¦n de la jurisdicci¨®n universal.
En los 204 folios de la resoluci¨®n de la juez Servini, muy documentados sobre el correcto ejercicio de la jurisdicci¨®n universal ¡ªcon informes de Amnist¨ªa Internacional y otros expertos en la defensa penal de los derechos humanos¡ª, se rebate la pretensi¨®n del ministerio fiscal espa?ol de impedir la persecuci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo, unas veces con el argumento falso de que en Espa?a se est¨¢n persiguiendo, otras por considerar prescritos delitos imprescriptibles o por estimar que la Ley de Amnist¨ªa de 1977 cancel¨® todos los cr¨ªmenes franquistas, a pesar de que no contempl¨® los delitos de genocidio ni los de lesa humanidad, entre ellos la tortura.
La justicia espa?ola desaprovechar¨¢ una nueva oportunidad
de mitigar su
verg¨¹enza hist¨®rica
La juez Servini recab¨® y obtuvo el 27 de mayo ¨²ltimo el testimonio de Garz¨®n, quien asegur¨® que legalmente era posible en Espa?a la persecuci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo, hasta que el Tribunal Supremo se lo impidi¨® a su juzgado, en contradicci¨®n con la sentencia del mismo tribunal que conden¨® al argentino Adolfo Scilingo. Preguntado sobre si es cierto, como inform¨® la fiscal¨ªa espa?ola, que se est¨¦n investigando en Espa?a los cr¨ªmenes del franquismo, Garz¨®n contest¨®: ¡°Radicalmente, no¡±. Y a?adi¨®: ¡°Este juzgado es el ¨²ltimo reducto judicial que les queda a las v¨ªctimas del franquismo para ser reparadas. (¡) De ah¨ª la importancia trascendental de esta investigaci¨®n¡±. Explic¨® que hab¨ªa comparecido ¡°para atender la citaci¨®n judicial y cumplir el deber de colaboraci¨®n con la justicia¡±.
Los primeros pasos dados por la juez Servini para perseguir los delitos denunciados en la querella argentina ya han sido objetados por la fiscal¨ªa, que estim¨® ¡°innecesaria¡± la detenci¨®n de Billy El Ni?o y Mu?ecas con argumentos ya desestimados por la juez, como que los dos individuos reclamados podr¨ªan estar amnistiados o que se hubiera extinguido su responsabilidad criminal. La fiscal¨ªa, ante la orden judicial de detenci¨®n, se pronunci¨® en contra, ¡°habida cuenta de la antig¨¹edad de los hechos¡±, y argument¨® que las acusaciones son muy generales y en algunos casos ocupan dos l¨ªneas. El detalle de los hechos imputables por torturas ocupa en la resoluci¨®n de la juez 47 folios.
Entre las numerosas y detalladas denuncias se relata c¨®mo en agosto de 1968 el entonces capit¨¢n Mu?ecas acompa?¨® en el cuartel de la Guardia Civil de Zarautz (Guipuzcoa) a los familiares de un detenido, ¡°lleno de ara?azos y de restos de sangre, la cara hinchada, llena de moratones (¡) Estaba irreconocible¡±. Pero a los familiares del torturado les impresion¨® lo que Mu?ecas les dijo: ¡°Esto es lo que ocurre cuando no quieren colaborar¡±. M¨¢s abundantes son los denunciantes de Billy el Ni?o. Varios resaltan que en 1973 en Madrid, tras la muerte de un polic¨ªa el 1 de mayo, capitane¨® a un grupo de sociales, ¡°apunt¨¢ndonos con sus pistolas y grit¨¢ndonos que nos iban a matar a todos para vengarse¡±, relatan varios denunciantes. Gonz¨¢lez Pacheco ¡°me dio la mayor paliza de mi vida, cre¨ª que efectivamente me iba a matar¡±, afirma uno de ellos.
El juez Pablo Ruz ¡ªmuy sensible generalmente a las observaciones de la fiscal¨ªa¡ª no dio cumplimiento inmediato a la orden internacional de detenci¨®n, sino que decidi¨® que, una vez que las autoridades argentinas cumplimentaran la solicitud de extradici¨®n, citar¨ªa a los dos querellados, para preguntarles si quieren ser extraditados... As¨ª pues, de la mano de la fiscal¨ªa, tras el rid¨ªculo internacional experimentado al impedir a Garz¨®n investigar los cr¨ªmenes del franquismo, la justicia espa?ola seguramente desaprovechar¨¢ una nueva oportunidad de mitigar su verg¨¹enza hist¨®rica.
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