?Juan, son tus pensiones!
Si no hay reformas el sistema acabar¨¢ pag¨¢ndonos la mitad de lo que esperamos
Querido Juan Espa?ol:
La ¨²ltima vez que habr¨¢s tenido ocasi¨®n de leer un art¨ªculo period¨ªstico sobre la reforma de las pensiones ha debido ser esta misma ma?ana o ayer. Imagino que no habr¨¢s le¨ªdo todo lo que se ha publicado en los ¨²ltimos meses. No te sientas mal, yo tampoco. Seguro que has tenido otras cosas que hacer.
Pero si has podido repasar por encima una peque?a muestra de lo que se ha publicado solo desde que se acabaron las vacaciones, pongamos que desde el 2 de septiembre, ya habr¨¢s visto que hay material abundante y para todos los gustos. Desde los documentos oficiales del Gobierno o el Consejo Econ¨®mico y Social, replicando al primero, hasta los art¨ªculos de opini¨®n de especialistas, acad¨¦micos, profesores u opinantes de toda condici¨®n, pasando por los titulares medi¨¢ticos ilustrativos de la opini¨®n de los partidos de la oposici¨®n, sindicatos, patronales u otras organizaciones m¨¢s o menos civiles.
Convendr¨¢s conmigo en que hay que distinguir entre las propuestas formales de reforma de las pensiones que, nos gusten o no, al menos en mi opini¨®n, parten de una bienintencionada voluntad de arreglar un problema que parecemos tener, y las reacciones pol¨ªticas, a las que cabr¨ªa atribuir la misma buena intenci¨®n, por una parte, y las reacciones opin¨¢ticas de expertos m¨¢s o menos acreditados y hasta de los aficionados, por otra.
Los datos del INE y de la Seguridad Social obligan a a reconoce que tenemos un grave problema
Si reparas en el detalle de la parte m¨¢s genuina de esta avalancha de opini¨®n, encontrar¨¢s una rara unanimidad en el reconocimiento de que tenemos un problema de pensiones. Alguna voz hay que afirma que no existe tal problema. Pero usando ¨¢lgebra de primaria y los datos oficiales publicados en los ¨²ltimos 15 a?os por el INE y la Seguridad Social, podr¨ªas comprobar que incluso la m¨¢s favorable (o menos mala) continuaci¨®n de las tendencias de fondo que muestran estos datos (s¨ª, por favor, qu¨ªtales la influencia ruidosa del ciclo en el periodo) nos lleva a un creciente d¨¦ficit del sistema de pensiones, si nada cambiase, incluso despu¨¦s de la reforma adoptada en 2011 y en vigor desde el primero de enero pasado. Donde la unanimidad desaparece, Juan Espa?ol, es en el an¨¢lisis de las causas de este desequilibrio y, especialmente en el de los remedios que podr¨ªan aplicarse.
Para muchos, las causas del problema de d¨¦ficit creciente de pensiones que empezamos a experimentar en 2011-2012 (seg¨²n se mida) radican en la destrucci¨®n de empleo debida a la crisis y el problema desaparecer¨¢ cuando hayamos salido de la misma. Cr¨¦eme si te digo que, para empezar, puede que ¡°nunca¡± volvamos a tener el nivel de afiliaci¨®n que ten¨ªamos en 2007-2008. Hombre, dir¨¢s, nunca, nunca¡ Bueno, me refiero a lo que me queda de vida a mis 62 a?os. O sea, que yo no lo ver¨¦. Y que conste, Juan, que me encantar¨ªa equivocarme tanto en lo de la afiliaci¨®n como en lo de mi esperanza de vida.
Tambi¨¦n te digo que el problema de las pensiones no se resuelve con m¨¢s empleo, al menos de manera definitiva. ?Sabes por qu¨¦? Seguro, lo hemos comentado algunas veces. Porque cada nuevo afiliado genera derechos de pensiones tan buenas o mejores como las de aquellas que sus cotizaciones financian y, adem¨¢s, durante m¨¢s a?os de vida. Este asuntillo del incesante aumento de la esperanza de vida es fastidioso para un sistema de pensiones como el nuestro, pero m¨¢s vale que a nadie se le ocurra ponerle remedio.
Tambi¨¦n hay muchos que opinan estos d¨ªas que la mejor manera de atajar los d¨¦ficits crecientes de las pensiones consiste en aumentar los ingresos del sistema independientemente de si entran m¨¢s cotizantes o no. Imag¨ªnate, Juan, te van a pedir que pagues m¨¢s cotizaciones (o que las pague tu empresa) para mantenerte la pensi¨®n. Tu puesto de trabajo (o tu empresa) se volver¨¢ menos competitivo o t¨² perder¨¢s el salario equivalente. Si, por el contrario, te subiesen el IRPF o el IVA, tu renta disponible o el poder adquisitivo de tu salario tambi¨¦n sufrir¨ªa para mantener la misma pensi¨®n esperada.
Como habr¨¢s tenido ocasi¨®n de leer en los medios, el Gobierno propone revalorizar las pensiones si la situaci¨®n del sistema de pensiones lo permite, pero nunca menos de un 0,25% y nunca m¨¢s de lo que represente el aumento del IPC m¨¢s ese mismo 0,25%. No se te escapar¨¢, Juan, que la mayor parte de los a?os venideros, de no existir ese suelo, las pensiones ser¨ªan cada vez menores, pues el sistema tendr¨¢ (de no hacerse nada) d¨¦ficits crecientes. Pero el suelo del 0,25% evitar¨¢ que eso sea as¨ª. Claro, tampoco se te escapar¨¢ que el a?o en el que el IPC crezca, pongamos, un 2%, los bocadillos que puedas comprar con esa pensi¨®n disminuir¨¢n un 1,75%.
?No crees que, en definitiva, el que suba el IRPF o el IVA, o el que la revalorizaci¨®n de las pensiones sea inferior al IPC viene a ser lo mismo? Eso s¨ª, claro, las subidas del IVA o el IRPF las sufren todos los contribuyentes y la revalorizaci¨®n por debajo del IPC la sufren solo los pensionistas. Pero el sistema entra en v¨ªas de sostenibilidad en cualquier caso y las ventajas o desventajas de uno u otro m¨¦todo se sopesan en otra balanza.
Si se pagan m¨¢s cotizaciones, las empresas ser¨¢n menos competitivas
Tambi¨¦n hay quienes opinan que el aumento esperado del gasto en pensiones en proporci¨®n al PIB (hasta un m¨ªnimo de 4 puntos porcentuales en 2050, seg¨²n todos los estudios) no es tan grave, pues algunos pa¨ªses europeos ya lo sufren y no les va mal. A?aden que ese aumento se podr¨ªa financiar con los ingresos presupuestarios de cada momento sin necesidad de subir otros impuestos. Claro, bajando otros gastos. Con esos cuatro puntos del PIB se financian hoy d¨ªa todas las prestaciones por desempleo, una buena parte de la educaci¨®n o la mitad de la sanidad. No s¨¦ qu¨¦ pensar¨¢s t¨², Juan, pero yo no quiero ni imaginar los ajustes que habr¨ªa que hacer en esas partidas en el futuro para pagar las pensiones en ausencia de otras reformas.
Para terminar, quer¨ªa advertirte sobre el tema de las pensiones privadas. En estas condiciones, critican quienes se oponen a las reformas propuestas por el Gobierno, no va a quedar m¨¢s remedio que suscribir planes o seguros de jubilaci¨®n, cosa que solo podr¨¢n hacer los m¨¢s ricos. De esta forma, argumentan, se establece una complicidad entre el Gobierno y la industria de las pensiones a expensas del pueblo.
Bueno, el caso es que el detalle al que me refer¨ªa anteriormente, el de la creciente esperanza de vida, hace ineludible una reforma que equilibre los ingresos y los gastos en pensiones de todos y cada uno de los individuos presentes y futuros. La soluci¨®n a este problema puede venir por muchas v¨ªas, p¨²blicas o privadas, impuestos, cotizaciones, revalorizaci¨®n de las pensiones por debajo del IPC o ahorro (y pensiones) privado, pero no tendremos pensiones tan buenas como las que nos promete el actual sistema si no hacemos algo de esto.
Si no hacemos nada, Juan Espa?ol, el sistema acabar¨¢ pag¨¢ndonos unas pensiones equivalentes a la mitad de lo que esperamos hoy cuando nos jubilemos.
Afectuosamente tuyo.
Jos¨¦ A. Herce es profesor de Econom¨ªa en la UCM. Director Asociado de AFI.
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