Tensiones evitables

Un clima de alta tensi¨®n ling¨¹¨ªstica, perfectamente evitable, invade las islas Baleares. Evitable, porque es resultado de sendas reformas de los usos ling¨¹¨ªsticos oficiales que hasta ahora no hab¨ªan generado conflicto. Ello no significa que todo Gobierno ¡ªen este caso el del PP balear¡ª deba considerar intocable cualquier normativa. Es leg¨ªtimo que aspire a mejorarla. Pero conviene que todo cambio resuelva m¨¢s problemas de los que genere.

Las interpretaciones territorialistas de la regulaci¨®n ling¨¹¨ªstica constitucional no deben contraponerse a los derechos de los ciudadanos. Eso implica que en comunidades biling¨¹es, la Administraci¨®n debe ser capaz de atender plenamente a sus usuarios en los dos idiomas. La sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre la Ley de Funci¨®n P¨²blica de 2012 establece un r¨¦gimen dualista: el catal¨¢n ser¨¢ requisito para el acceso a la funci¨®n p¨²blica en determinados casos, tasados y limitados, y m¨¦rito ¡ªno requisito¡ª con car¨¢cter general.

Es probable que este planteamiento beneficiar¨¢ los intereses de los sectores del funcionariado menos propensos al enriquecimiento ling¨¹¨ªstico, pero quiz¨¢ no satisfaga tan claramente los derechos de la ciudadan¨ªa. La cuesti¨®n, jur¨ªdicamente, es de acentos: para equilibrar mejor unos y otros derechos habr¨ªa bastado con mantener el car¨¢cter general de la exigencia del biling¨¹ismo a los funcionarios (como requisito), pues casi siempre se relacionan con los ciudadanos; y dejar como excepci¨®n los casos en que la capacidad de atender en las dos lenguas no es relevante (m¨¦rito). Y como es de acento, conviene contemplar la sentencia junto con los votos particulares, de gran sensatez pr¨¢ctica.

Pol¨ªticamente, el asunto es m¨¢s vidrioso. ?Debe un gobernante crear problemas donde no los hay, sobre todo si hay fricciones sociales en asuntos sensibles y las decisiones se ejecutan sin el consenso b¨¢sico que evite fracturas? La sentencia del TC aterriza en un clima de amplia rebeli¨®n en la ense?anza balear. La reforma, que suscita una potente huelga, pretende introducir habilidades triling¨¹es en alumnado y profesores. Pero el escaso afecto de la c¨²pula conservadora local ¡ªno compartida por numerosos alcaldes del PP¡ª hacia la ense?anza en catal¨¢n en las islas insin¨²a que se trata m¨¢s bien de utilizar el ingl¨¦s como ariete para reducir la importancia escolar de la lengua propia. Si la buena causa de la tercera lengua se usa para un mal objetivo, acaba soliviantando a los ciudadanos.