Una pol¨¦mica ¡®al dente¡¯
El colectivo gay llam¨® a boicotear su marca despu¨¦s de que proclamara: "No har¨ªa un anuncio con una familia homosexual" Guido Barilla, due?o del imperio de la pasta, recula ahora en sus opiniones Mientras, el debate nacional se alimenta en Italia: ?Es un pa¨ªs anclado en un modelo retr¨®grado?
Un macarr¨®n, una farfalla, un fusillo y otras variedades de pasta dibujan caritas alegres sobre un fondo azul. Junto al logo de Barilla, un rezo: ¡°La pasta pone de acuerdo a todo el mundo. Volvamos a hablar sentados a la mesa¡±. El mensaje, lanzado el mi¨¦rcoles por la firma de pasta desde su cuenta de Facebook en forma de creatividad publicitaria, juega la carta de la iron¨ªa para intentar pasar p¨¢gina. Una imagen que suena a petici¨®n de tregua.
Los d¨ªas previos fueron dif¨ªciles en el cuartel general de la multinacional, en Parma: el presidente, Guido Barilla ¡ªque junto a sus hermanos Luca y Paolo lleva las riendas del grupo¡ª tuvo que excusarse p¨²blicamente con los homosexuales. El 25 de septiembre, en un programa muy escuchado y provocador de Radio24, declar¨®: ¡°No har¨ªa un anuncio con una familia homosexual. No por falta de respeto hacia los gais, que tienen derecho a hacer lo que les d¨¦ la gana sin molestar al pr¨®jimo, sino porque pienso que la familia a la cual nosotros nos dirigimos es la familia cl¨¢sica¡±.
No pod¨ªa imaginar que sus palabras detonar¨ªan una campa?a de boicot hacia la empresa. Asociaciones de gais, famosos patrios y extranjeros, pol¨ªticos de izquierdas se apuntaron a la lluvia de cr¨ªticas y a enarbolar la bandera del progresismo. Mientras, en el Parlamento italiano, avanza entre miles de obst¨¢culos una ley contra la homofobia tibia; ¡°m¨ªnima¡±, como defini¨® uno de sus redactores. Pero este es otro tema.
Guido Barilla recul¨® en una nota de prensa. ¡°Entiendo que mis palabras puedan haber herido la sensibilidad de muchos, pero no reflejan mis opiniones. Para ser claro, quiero precisar que: 1) Respeto a cualquier persona sin diferencia alguna. 2) Respeto a los gais y la libertad de expresi¨®n de cualquiera. 3) Respeto todas las uniones y las familias amorosas¡±. A la enmienda p¨²blica se a?adi¨® un v¨ªdeo donde aparece con aire dolido y algo demacrado, midiendo cada gesto y palabra. ¡°Tengo mucho que aprender en este terreno. En las pr¨®ximas semanas me reunir¨¦ con los representantes de asociaciones y sectores que se hayan sentido ofendidos¡±.
Pero la pol¨¦mica ya estaba servida y la imagen de su firma, una de las insignias de la italianidad en el mundo, da?ada. Barilla est¨¢ entre los primeros grupos alimenticios del pa¨ªs. Emplea a 8.000 personas, fabrica m¨¢s de 1.000 productos en plantas distribuidas por 13 naciones, y los vende en 100 pa¨ªses del mundo. Fundado en 1877 por Pietro Barilla, el grupo es hoy gestionado por la cuarta generaci¨®n de la dinast¨ªa.
A Guido le llaman el rey le¨®n. La tupida melena casta?a veteada de canas le vali¨® este apodo de gal¨¢n. Tiene 55 a?os, est¨¢ casado y tiene cinco hijos, dos de su primer matrimonio y tres del segundo. Creci¨® correteando entre las naves de producci¨®n de pasta y galletas y las pistas de esqu¨ª. Pero sobre todo ama jugar al f¨²tbol. Estudi¨® en el Liceo cl¨¢sico estatal de Parma, pas¨® un tiempo en EE UU y despu¨¦s se matricul¨® en Econ¨®micas en su ciudad para luego trasladarse a la prestigiosa y cara Universidad Bocconi de Mil¨¢n. En la capital moral del pa¨ªs decidi¨® cambiar de camino ¡ª¡°tambi¨¦n por la complicada relaci¨®n que ten¨ªa con mi padre¡±, dijo en una entrevista¡ª. Dej¨® los n¨²meros para dedicarse a la filosof¨ªa. No termin¨® nunca la facultad porque quiso volver al lado de su padre cuando ¨¦ste sufri¨® el en¨¦simo ataque al coraz¨®n. De vuelta en Parma, acept¨® seguir el camino que la familia siempre hab¨ªa imaginado para ¨¦l: la empresa. En 1982 entr¨® en la f¨¢brica. Fue a trabajar a la sede de Par¨ªs para aprender a vender y en 1986 fue nombrado directivo. En 1993, tras la muerte de Pietro, asumi¨® el cargo de presidente de la sociedad.
El rey le¨®n apareci¨® manso en el v¨ªdeo de disculpas. Lo suyo, que parece fruto de un brote de superficialidad ingenua m¨¢s que de arraigados sentimientos hom¨®fobos, hiri¨® muchas sensibilidades. Es que ¡°Barilla representa a Italia¡±, escribi¨® Dario Fo en una petici¨®n online donde reclamaba a Guido que se pusiera al d¨ªa y reflexionase sobre el hecho de que las familias se rigen por el amor y punto. Italia es un pa¨ªs ¡°donde sigue siendo dif¨ªcil derrumbar los tab¨²es y reconocer derechos civiles a homosexuales. Pero a nivel de sentimiento colectivo dimos pasos gigantescos¡±, comenta el prestigioso soci¨®logo Marzio Barbagli. Lo confirma tambi¨¦n un informe de Eurispes: ¡°En los ¨²ltimos a?os, se ha desarrollado un proceso de normalizaci¨®n ¨¦tica que permiti¨® superar la idea de que la homosexualidad es una actitud inmoral¡±.
Los anuncios de la mamma que cocina un plato de pasta para que el marido y los ni?os se chupen los dedos quiz¨¢s ignoren estos cambios. Barilla no est¨¢ sola. Una marca de galletas escenifica una escena t¨ªpica en los hogares nacional-populistas: ella sirve diligente a los hijos, que bostezan, mientras el padre hace su aparici¨®n ajust¨¢ndose la corbata; agarra una galleta con una mano y el malet¨ªn con la otra. O un detergente cualquiera: una mujer frunce el ce?o ante una mancha de hierba en una camiseta cuando un guapo cicer¨®n, su sue?o secreto, le desvela los trucos para una limpieza absoluta. La peque?a pantalla escupe estereotipos sin parar. Tanto que el d¨ªa anterior de la desafortunada entrevista de Barilla en Radio24, la presidenta del Congreso, Laura Boldrini, hizo un llamamiento pidiendo que se superara la idea de la mujer-madre-maruja en los anuncios.
Guido Barilla nunca ha ocultado sus gustos conservadores. En una entrevista para el semanal de Il Corriere della Sera, Sette, en 2009, contaba al periodista Vittorio Zincone que su pieza musical favorita es La canzone del Sole, de Lucio Battisti, un must del enamoramiento como lo describir¨ªa un quincea?ero. Y su libro favorito, La rep¨²blica, de Plat¨®n.
¡ªDecid¨ªs vosotros las campa?as publicitarias? ¡ªle preguntaba el entrevistador.
¡ªEstamos pendientes.
¡ªEl Mulino Bianco [la marca de Barilla de galletas y brioches que ahora publicita Antonio Banderas en el improbable papel de molinero bohemio y po¨¦tico] ya es sin¨®nimo de familia feliz. Hasta demasiado.
¡ªNosotros nos dirigimos justo a la familia... A la mujer, que es la emperatriz del hogar.
¡ªUn modelo del a?o 800.
¡ªExisten arquetipos en nuestra vida que no cambiaremos nunca jam¨¢s.
Quiz¨¢s el arquetipo est¨¦ ahora obligado a bajar del mundo plat¨®nico a la realidad. Tras tanta pol¨¦mica, no le queda otra.
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