Intolerable desigualdad

Asociaciones de pacientes y de m¨¦dicos coinciden en que la reducci¨®n de los presupuestos sanitarios y los recortes que se han visto obligados a aplicar los hospitales est¨¢n provocando restricciones en la administraci¨®n de determinadas medicinas de elevado coste, como algunos f¨¢rmacos oncol¨®gicos paliativos, el nuevo tratamiento contra la hepatitis C o los nuevos anticoagulantes orales. Las asociaciones de pacientes denuncian tambi¨¦n retrasos en la incorporaci¨®n de novedades terap¨¦uticas costosas. Ciertamente, en el contexto de crisis econ¨®mica que vivimos, la incorporaci¨®n de nuevos medicamentos supone un gran reto para el sistema sanitario p¨²blico; pero la gesti¨®n de esta dificultad no deber¨ªa dar lugar en ning¨²n caso a restricciones arbitrarias, por motivos econ¨®micos, de medicamentos que han demostrado eficacia, ni provocar situaciones de agravio comparativo insoportables.

El de la hepatitis C es un ejemplo paradigm¨¢tico. La infecci¨®n por este virus causa da?os en el h¨ªgado que pueden dar lugar a cirrosis y c¨¢ncer. El nuevo tratamiento para esta infecci¨®n dura entre seis meses y un a?o y cuesta 30.000 euros, pero eleva la tasa de curaciones del 45% al 75% de los pacientes tratados. En Espa?a se estima que hay 900.000 infectados por el virus y que son susceptibles de ser tratados. Cuanto m¨¢s temprano sea el tratamiento, mejor. Los especialistas recomiendan tratar a partir del grado 2 de fibrosis, pero la mayor¨ªa de hospitales no lo autorizan hasta fases avanzadas de da?o hep¨¢tico. El resultado es una intolerable desigualdad entre pacientes de comunidades aut¨®nomas vecinas e incluso entre pacientes de dos hospitales de una misma ciudad. Estas desigualdades son injustas y afectan a uno de los n¨²cleos centrales del sistema sanitario p¨²blico: la equidad.

Se echa de menos una mayor agilidad en la aprobaci¨®n de las novedades terap¨¦uticas. Las autoridades sanitarias deber¨ªan hacer un riguroso examen de los nuevos f¨¢rmacos y aprobar solo aquellos que aporten ventajas sustanciales; pero una vez aprobados, cualquier demora en su administraci¨®n es una irresponsabilidad. Tambi¨¦n deber¨ªan articular un procedimiento ¨¢gil de decisi¨®n que permita aplicar criterios razonables y compartidos de dispensaci¨®n de los tratamientos y se eviten desigualdades territoriales. La grandeza de un sistema sanitario p¨²blico y universal es que no establece barreras de acceso y trata a todos los ciudadanos por igual.